La dimensión emocional detrás de la adicción al tabaco: “Dejar de fumar no es solo un hábito, es un acto de amor propio”

En ‘Infobae España’, la psicóloga Irene S. Ventura y la farmacéutica Leyre Gaztelurrutia dan las claves para abandonar el tabaquismo

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El 31 de mayo se
El 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco. (Imagen Composición Infobae)

Este sábado se ha conmemorado el Día Mundial sin Tabaco, una fecha que invita a reflexionar sobre las consecuencias del consumo de tabaco, su completa adicción y los retos que enfrentan quienes deciden abandonar el hábito.

La lucha contra el tabaquismo requiere un abordaje multidimensional, que considere tanto las repercusiones físicas del humo como los factores psicológicos que sostienen la dependencia. En declaraciones a Infobae España, la psicóloga y exfumadora Irene S. Ventura, fundadora del proyecto Voy a dejar de fumar, advierte que “uno de los mayores errores que cometemos al hablar de la adicción al tabaco es reducirla a una dependencia física”.

Según ella, el verdadero desafío no es solo dejar de fumar, sino mantenerse en abstinencia sin recaer, una dificultad estrechamente vinculada a lo emocional: “Dejar de fumar no es solo dejar un hábito, es un acto de amor propio”.

El mecanismo adictivo se refuerza en gran medida por el alivio fugaz que el cigarrillo ofrece al malestar de la abstinencia, lo que perpetúa el consumo. “Cada vez que alguien fuma, reduce momentáneamente el malestar, el mono, lo que refuerza la conducta”, explica Ventura.

Además, el cigarro funciona como regulador emocional: “Cuando una persona fumadora se siente mal (enfadada, triste, aburrida, estresada), suele utilizar el cigarro para huir de esa situación incómoda o para gestionar lo que siente”.

Dejar el tabaco implica reaprender a convivir con las propias emociones sin buscar la evasión a través del consumo. Para ello, la psicóloga recomienda una combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y mindfulness.

“La TCC permite identificar y transformar pensamientos automáticos, creencias limitantes y conductas asociadas al tabaquismo”, mientras que el mindfulness “enseña a no reaccionar al impulso”, aportando presencia y autocuidado en el proceso de deshabituación.

Finalmente, Ventura destaca que “la verdadera dependencia se manifiesta en lo psicológico: pensamientos insistentes sobre fumar, miedo a no poder estar bien sin tabaco, y la sensación de que ‘algo falta’ si no se fuma”.

Los datos del tabaco en España: más de un 60% de los fumadores se plantea dejarlo.

El peligro del humo para fumadores y seres queridos

Por su parte, la farmacéutica Leyre Gaztelurrutia, miembro del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia, expone el alcance del daño físico causado por el tabaco. “El humo del tabaco está compuesto por más de 4.000 sustancias, de las cuales más de 70 son cancerígenas”, afirma.

Además, “la nicotina, principal sustancia adictiva, produce la liberación de dopamina que genera sensación placentera, lo que explica la tolerancia y la dependencia”.

Gaztelurrutia señala que la exposición al humo afecta no solo al fumador activo, sino también al fumador pasivo, incrementando el riesgo de infecciones respiratorias, cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Entre los efectos a corto plazo, destaca la irritación de ojos y vías respiratorias, el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. A largo plazo, el consumo de tabaco está vinculado con la aparición de enfermedades como la EPOC, infartos y accidentes cerebrovasculares. “Acelera el envejecimiento tanto de la piel como del resto de órganos”, añade.

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El fumador pasivo corre el riesgo de infecciones respiratorias, cáncer y enfermedades cardiovasculares. (Getty Images)

Tratamientos disponibles y la importancia de la motivación

Frente a la adicción, existe un amplio arsenal terapéutico. La farmacéutica menciona terapias sustitutivas de nicotina: sprays, chicles, parches… y los fármacos financiados por el Sistema Nacional de Salud, como la vareniclina, el bupropión y la citisina.

Sin embargo, advierte que “la motivación del paciente es fundamental para lograr el éxito y la abstinencia al año”. Además, Gaztelurrutia subraya que para abandonar el tabaco es necesario desarrollar nuevas habilidades que permitan afrontar situaciones sin fumar, como gestionar el estrés, la tristeza o la alegría.

A su vez, Ventura enfatiza que “dejar de fumar toca capas muy profundas: identidad, autoestima, culpa, miedo al cambio”.

El vaper es una “puerta
El vaper es una “puerta de entrada al consumo de Tabaco”. (Freepik)

Cigarrillos electrónicos: ¿ayuda o incitación?

Un aspecto relevante en la actualidad es el creciente uso de los cigarrillos electrónicos o vapeadores. Gaztelurrutia dice que “estos dispositivos tienen sus riesgos y ya podemos decir que producen enfermedad”.

Asimismo, desmonta la creencia de que son una herramienta eficaz para dejar de fumar: “No son una forma para dejar de fumar y son puerta de entrada al consumo de tabaco de los jóvenes”.