Un relato inverosímil de suicidio y pruebas de una muerte violenta: las razones detrás de la detención del hombre que convivió ocho meses con el cadáver de su pareja

El acusado llamó el sábado a su hermano para indicarle que la mujer llevaba meses muertas y le dijo: “Los Mossos van a venir a por mí”

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Imagen de archivo de los
Imagen de archivo de los mossos d'esquadra (Lorena Sopêna-Europa Press)

Este sábado R.N.B. mandó varios audios a su hermano en los que le contaba que su mujer llevaba meses muerta y admitía haber cometido algún acto por el que podía ser ingresado. “Los Mossos van a venir a por mí”, le aseguró y llegó a hablar de cárcel, nombrando a su abogado e incluso de tener que confesar a colaborar con la Policía.

Esto llevó a que al día siguiente los Mossos d’Esquadra se personaran en la casa que ambos compartían y encontraron el cadáver de la mujer. Estaba en una habitación con la puerta sellada, envuelta en plásticos y cinta americana y en avanzado estado de descomposición. En el momento R.N.B. reconoció haber sido el artífice de que se encontrara así el cuerpo, pero se escudó en que era para demostrar que no había sido “una muerte violenta, ni por malos tratos, ni por apuñalamiento ni por nada”.

Ocho meses sin salir con el cadáver en casa

Y es que la versión del hombre, que dio en ese momento a los agentes, versó por el relato de que su pareja, con trastorno de la personalidad, con un 81 % de discapacidad y protocolo de suicidio en más de una ocasión, se habría suicidado, ya que los últimos meses antes del fallecimiento no quería ir al CSMA ni medicarse.

Uno de los datos que chocó a los investigadores fue que la mujer había muerto ocho meses antes, el 29 de septiembre de 2024. R.N.B. señaló que ese día la encontró muerta y “no llamó al médico ni a la Policía porque se quedó en shock”.

En su declaración relató que un día antes de la entrada de los agentes en su vivienda se había tomado unas pastillas porque “pensaba que todo esto era un sueño”. Reconoció haber dejado el cadáver como fue encontrado, pero por miedo y que llamó a su hermano “porque no aguantaba más”. Había estado viviendo ocho meses sin salir de casa, salvo para salir al supermercado.

Muerte violenta por traumatismo craneoencefálico

Sin embargo, el informe forense preliminar de autopsia concluyó que se trataba de una muerte violenta, homicida, causada por traumatismo craneoencefálico cerrado en contexto de politraumatismo.

Estas primeras conclusiones fueron leídas al hombre, a lo que respondió que eso era imposible, que no podía haber muerto de un traumatismo craneoencefálico ni que fuera una muerte homicida. Intentó escudarse en que cuando envolvió el cuerpo, se le cayó un par de veces, aunque indicó que en ningún momento se golpeó la cabeza.

A preguntas del Ministerio Fiscal señaló que la relación con la víctima era muy buena, aunque admitió que sabía que “ella le decía a los vecinos que él la había maltratado”. Indicó también que “él le quitó el cáncer a ella, que tenía un papiloma humano y él se lo quitó”. Esta versión no compaginaba con la de los vecinos que aseguraron “haber visto u oído escenas que no se corresponden con la relación idílica que describe el denunciado”.

Prisión provisional por homicidio

Todo este cúmulo de evidencias no convencieron a las autoridades que acabaron determinando que “de la instrucción de la causa hasta ahora se desprenden suficientes indicios de que R. N. B. ha causado la muerte violenta de su pareja”.

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“Por todo ello consideramos que existen claros indicios que apuntan a que R. N. B. ha cometido un delito de homicidio doloso contra su pareja, delito que se encuentra castigado con elevada pena de prisión, de 10 a 15 años, que supera con creces los requisitos penológicos señalados en el art. 503 Ley de Enjuiciamiento Criminal”, explica el juzgado de violencia sobre la mujer 3 de Barcelona, que ha acordado este lunes prisión provisional comunicada y sin fianza contra el acusado, del que no constan antecedentes.

La magistrada fundamenta esta decisión en que “el riesgo de fuga en el presente caso es más que evidente. El delito que se está imputando a R. N. B. es el delito más grave del Código Penal, castigado con pena de prisión de hasta 15 años, de lo que puede inferirse claramente el riesgo de que el investigado trate de sustraerse a la acción de la justicia, máxime cuando nos encontramos en el inicio de la instrucción, habiendo tratado durante 8 meses de ocultar el cadáver de la víctima, sin llamar al médico ni a la Policía”.

* Si lo necesitas, puedes llamar al teléfono gratuito de información y asesoramiento jurídico 016, un servicio público puesto en marcha por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, en funcionamiento las 24 horas del día, y en el que serás atendida por profesionales especializadas en esta materia. Este servicio garantiza la confidencialidad de los datos de las personas usuarias y atiende en 53 idiomas. También puedes comunicarte por WhatsApp en el número 600 000 016 y por correo electrónico escribiendo a: 016-online@igualdad.gob.es. Si eres menor de edad y crees que alguien de tu entorno está sufriendo violencia de género, puedes llamar a ANAR, al número de teléfono 900 20 20 10.