Confirmado un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en Castilla y León

El paciente es un hombre de 70 años que sufrió la picadura de una garrapata transmisora del virus

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Una garrapata sobre la piel.
Una garrapata sobre la piel. (Pixabay)

La Junta de Castilla y León ha confirmado el primer caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia. El paciente es un hombre de 70 años que ha sido ingresado en el hospital de Salamanca tras sufrir la picadura de una garrapata.

Según ha informado la Junta a través de la Dirección General de Salud Pública y su Servicio de Epidemiología, el paciente se encuentra "estable, aunque con la gravedad clínica que implica esta patología“. La tasa de letalidad de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo puede alcanzar hasta el 40% y no están disponibles vacunas ni para humanos ni para animales.

Del mismo modo, las autoridades castellanoleonesas han comunicado que ya se ha puesto en marcha el protocolo de aislamiento y protección de los sanitarios del hospital acorde a la situación. Además, se han identificado las personas de contacto del paciente para informarles sobre las medidas a seguir.

Cómo actúa la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad viral grave que ha captado la atención de las autoridades sanitarias internacionales por su considerable tasa de mortalidad y su potencial epidémico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta infección se transmite principalmente a los humanos a través de la picadura de garrapatas infectadas, en especial del género Hyalomma, y por contacto con sangre o tejidos de animales o personas infectadas.

La enfermedad se encuentra actualmente en África, los Balcanes, el Medio Oriente y partes de Asia, aunque puede despuntar en otras zonas del mundo. La OMS advierte que los brotes suelen producirse en zonas rurales donde el contacto con ganado es frecuente, ya que estos animales pueden ser portadores del virus sin presentar síntomas.

Los síntomas iniciales de la FHCC son similares a los de muchas enfermedades virales comunes: fiebre súbita, dolor muscular, mareo, dolor de cabeza y sensibilidad en los ojos. Sin embargo, a los pocos días pueden aparecer manifestaciones más graves como ictericia, dolor abdominal, hematomas, sangrado de encías, nariz o tracto digestivo y fallo multiorgánico. La tasa de mortalidad varía entre el 10 % y el 40%, dependiendo de la rapidez con que se diagnostique y trate al paciente.

Actualmente, no existe una vacuna aprobada para prevenir la enfermedad en humanos, por lo que el tratamiento se basa principalmente en el manejo de los síntomas y una intensa atención médica. Algunos estudios han mostrado resultados prometedores con el uso del antiviral ribavirina, pero su efectividad no ha sido confirmada por estudios clínicos concluyentes.

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La OMS destaca la necesidad urgente de mejorar los sistemas de vigilancia, diagnóstico rápido y respuesta ante brotes. Además, promueve campañas de concienciación sobre el uso de ropa protectora en zonas endémicas y la implementación de medidas de bioseguridad en centros de salud y mataderos.

Con el aumento del comercio internacional, el cambio climático y la expansión de los vectores, el riesgo de que la FHCC se propague a nuevas regiones es real, como ha sido el caso de este paciente. La OMS subraya que se requiere una respuesta global coordinada para enfrentar esta amenaza, proteger a las poblaciones vulnerables y evitar futuras crisis sanitarias.