Cuál es la diferencia entre artritis y artrosis: causas, síntomas y tratamiento de ambas enfermedades

Pese a que ambas patologías afectan a las articulaciones, sus efectos, su diagnóstico y la edad a la que pueden aparecer varían

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Una mujer con dolor en
Una mujer con dolor en la articulación de la muñeca (Imagen ilustrativa Infobae)

Dolor, rigidez, dificultad para moverse…, son síntomas que comparten muchas enfermedades articulares, pero también son muchas las diferencias entre la artritis y la artrosis. A pesar de que ambas afectan la misma parte del cuerpo (las articulaciones) y son patologías reumáticas, su origen, evolución y tratamiento son muy distintos. Entender en qué se diferencian es clave para detectarlas a tiempo y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.

La artritis es una enfermedad inflamatoria que puede afectar a una o varias articulaciones. Su característica principal es la inflamación de la membrana sinovial, que recubre la articulación y existen más de 100 tipos, siendo la artritis reumatoide la más común de tipo autoinmune. Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad y suele tener un componente sistémico, es decir, puede afectar también a otros órganos como los pulmones, el corazón o la piel.

Por otro lado, la artrosis es una enfermedad degenerativa. No está causada por una inflamación inicial, sino por el desgaste progresivo del cartílago que recubre los extremos de los huesos en la articulación. Este deterioro provoca fricción, dolor y pérdida de movilidad. Es mucho más común a partir de los 50 años y se relaciona con el envejecimiento, el sobrepeso y el uso excesivo o repetitivo de las articulaciones.

Diferencias clave entre la artritis y la artrosis: causas y síntomas

Pese a que a simple vista los síntomas pueden parecer similares, existen diferencias fundamentales que provocan que estas dos enfermedades no sean iguales. En primer lugar, su origen: mientras que la artritis es una patología autoinmune o inflamatoria, por lo que puede presentarse a cualquier edad, incluso en la infancia (artritis idiopática juvenil), mientras que la artrosis es mecánica y degenerativa, siendo más común en las personas mayores, especialmente a partir de los 50 años.

Persona con artrosis (EuropaPress)
Persona con artrosis (EuropaPress)

Entre los síntomas predominantes de la primera encontramos dolor, hinchazón, calor y enrojecimiento en las articulaciones, además de fatiga general y fiebre en algunos casos. Por el contrario, la artrosis se manifiesta con dolor que empeora con el movimiento y mejora con el reposo, rigidez matutina que suele durar menos de 30 minutos y crujidos articulares. Esta suele evolucionar lentamente con el paso de los años, mientras que la artritis puede avanzar de forma rápida si no se trata.

Además, hay una diferencia clave entre ambas enfermedades: la artritis suele afectar las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo, por lo que es simétrica, pero la artrosis puede ser unilateral o asimétrica.

El diagnóstico también cambia. Para diferenciar entre ambas enfermedades, los profesionales sanitarios se apoyan en pruebas clínicas y de laboratorio. En el caso de la artritis, pueden encontrarse marcadores inflamatorios elevados y anticuerpos específicos (como el factor reumatoide o los anticuerpos anti-CCP). En cambio, en la artrosis, los análisis suelen ser normales, y el diagnóstico se basa principalmente en la exploración física y radiografías que muestran el desgaste del cartílago.

Tratamiento para la artritis y la artrosis

Aunque no existe cura definitiva para ninguna de las dos enfermedades, sí hay formas de controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas que las sufren:

  • En la artritis, se utilizan fármacos inmunosupresores (como el metotrexato), antiinflamatorios y, en algunos casos, biológicos que actúan directamente sobre el sistema inmune. El tratamiento precoz es clave para evitar deformidades y daños irreversibles.
  • En la artrosis, el tratamiento se enfoca en el alivio del dolor y la mejora de la movilidad mediante analgésicos, fisioterapia, pérdida de peso y, en casos avanzados, cirugías de reemplazo articular.
Episodio: Artrosis en animales.

Además, en ambos casos, el ejercicio moderado, una dieta equilibrada y evitar hábitos como el tabaco o el alcohol pueden ayudar a controlar los síntomas.