7 frases que solo las personas con bajo coeficiente intelectual usan en conversaciones cotidianas, según la psicología

El tipo de lenguaje que se utiliza y las actitudes que tienen las personas dan pistas de su nivel de inteligencia y de su predisposición a adquirir nuevos conocimientos y aprender

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Dos personas hablando. (Adobe Stock)
Dos personas hablando. (Adobe Stock)

La forma en la que hablan las personas dice mucho de ellas, más de lo que se suele llegar a pensar. De ahí que la psicología haya identificado siete frases que solo aquellos que tienen un bajo coeficiente intelectual usan en conversaciones cotidianas. Aunque, no obstante, es evidente que todos, en alguna ocasión, cometen errores a nivel comunicativo, escogen mal las palabras o usan comentarios desafortunados.

Hay quienes se reconocerán en una o varias de estas frases o, incluso, identificarán a quienes las utilizan con frecuencia y, por ello, serán capaces de detectar si la persona que tienen delante tiene un nivel de inteligencia bajo. Y es que la psicología ofrece las claves para comprender mejor las habilidades comunicativas del interlocutor, no para juzgarlos, ya que el lenguaje es solo una pequeña parte de la personalidad.

“No soy una persona a la que le guste leer”

Una persona leyendo un libro
Una persona leyendo un libro (AdobeStock)

El conocimiento amplía la comprensión del mundo, y los libros son una fuente esencial para adquirirlo. Según la psicología, quienes dicen “no soy una persona de libros” suelen mostrar menor interés por la lectura, lo que puede estar vinculado a un coeficiente intelectual más bajo.

Esta falta de hábito no responde solo a una preferencia por otros formatos, sino a una resistencia a actividades que fomentan el desarrollo intelectual. Evitar la lectura limita el pensamiento crítico y el crecimiento cognitivo. Por ello, esta expresión puede ofrecer pistas sobre el nivel de inteligencia de una persona.

“No me apetece…”

Es habitual recibir respuestas como “no me apetece” cuando se propone una idea o se solicita una colaboración. Esta expresión suele reflejar falta de disposición para un esfuerzo intelectual.

Un ejemplo común es el rechazo a participar en actividades de formación o desarrollo profesional, como seminarios, bajo el argumento de que resultan aburridos. Aunque no todas las charlas sean atractivas, representan oportunidades para adquirir nuevos conocimientos. Repetir esta actitud puede limitar la apertura al aprendizaje y, según estudios psicológicos, asociarse con un coeficiente intelectual más bajo.

“Así es la vida”

Responder con un “así son las cosas” en una conversación profunda suele reflejar falta de curiosidad. Esta expresión evidencia desinterés por explorar nuevas perspectivas o buscar un entendimiento más amplio.

La capacidad de cuestionar el entorno, como preguntarse por fenómenos cotidianos, es clave para el conocimiento y la creatividad. El psicólogo Carl Rogers destacó que la creatividad nace de desafiar la realidad y proyectar nuevas posibilidades.

“No soporto el cambio”

Dos personas discutiendo. (Adobe Stock)
Dos personas discutiendo. (Adobe Stock)

El cambio, aunque desafiante, es imprescindible para el desarrollo personal. Sin embargo, quienes expresan con frecuencia “odio el cambio” pueden mostrar dificultades para adaptarse.

Un estudio de la Universidad de Illinois señala que las personas con un coeficiente intelectual más alto tienden a ser más flexibles ante situaciones inesperadas, mientras que quienes tienen un CI menor tienen mayores retos para adaptarse.

“Siempre tengo la razón”

Es común encontrar personas que nunca admiten estar equivocadas y repiten con insistencia: “Siempre tengo la razón.” Este comportamiento, más allá de la terquedad, puede reflejar un coeficiente intelectual bajo. Sostener esa postura implica una falta de pensamiento crítico y resistencia a aceptar información que desafíe sus creencias.

Quienes se aferran a esta frase revelan, posiblemente, limitaciones en sus capacidades cognitivas, más que una simple obstinación.

“No necesito ayuda”

El pueblo gitano pide, desde hace años, que se elimine el nombre del Marqués de la Ensenada, quien llevó a cabo la Gran Redada. Además, reclaman también que se incluya en los libros de texto el Samudaripen o Porrajeos

Decir “no necesito ayuda” puede, irónicamente, ser un indicio de necesidad. Esta afirmación a menudo refleja dificultad para reconocer limitaciones o el temor a parecer débil, lo que puede estar relacionado con una baja inteligencia emocional.

Cuando alguien insiste en su independencia de esta manera, no solo está mostrando autonomía, sino también revelando aspectos de su inteligencia emocional y cognitiva.

“Es culpa de otros”

La tendencia a culpar siempre a otros puede ser un indicador de un coeficiente intelectual bajo. Asumir la responsabilidad propia implica autoconciencia, un elemento clave de la inteligencia emocional. Según Daniel Goleman, la autoconciencia es la capacidad de mantenerse distante de las emociones y pensamientos para evaluarse objetivamente.