Un hombre belga que vivía de ayudas sociales cuando ganaba 3.000 euros al mes ‘en negro’ es “condenado a trabajar”: llegó a amenazar a la policía con un arma

Los efectos de sustancias tóxicas le provocaron una reacción violenta en el momento de su detención

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Hombre realizando servicios comunitarios (Bogota.gov.co)
Hombre realizando servicios comunitarios (Bogota.gov.co)

Cobrar ayudas sociales sin necesitarlas puede suponer un delito. Si encima lo haces, mientras consigues otros ingresos de forma ilegal, los problemas se incrementan. Este tipo de pagos están destinados a las personas con alguna incapacidad o necesidad extrema, que haga necesario recibir dinero del Estado.

Esto es lo que ocurrido en Bélgica, donde un hombre ha recibido la condena idónea para alguien que se negaba a trabajar de manera lícita. A la ayuda innecesaria y el dinero negro, se suma el delito de amenaza a la autoridad, cuando se revolvió contra los agentes en el momento de su detención.

Condenado a trabajar

Se trata de Kevin, de 35 años y vecino de Beyne-Heusay, un barrio de la ciudad belga de Lieja. Ha sido condenado a 200 horas de servicio comunitario, obligando a trabajar a alguien que se negaba a hacerlo. En su defecto, deberá cumplir 14 meses de prisión por amenazar con agredir a agentes de policía.

Agentes de policía belgas vigilan
Agentes de policía belgas vigilan (EFE/EPA/OLIVIER HOSLET)

“Dejé la escuela a los 16 años. Trabajo en el CPAS (Centro deBienestar Social). Nunca he trabajado bajo contrato; he trabajado mucho de forma ilegal“, reconoció ante el juez. También aceptó que no podía dar detalles, pero que ganaba “unos 3.000 euros al mes trabajando ilegalmente“.

“Dado que el oponente parece haber disfrutado de inactividad y asistencia financiera durante 20 años, se le impondrá una severa pena de servicio comunitario“, concluyó el juez. Decidió esta solución tras analizar el caso en profundidad y comprender algunas explicaciones sobre su actuación.

Kevin sembró el miedo durante unas horas, aunque lo hizo claramente afectado por sustancias tóxicas y por problemas mentales desarrollados por la muerte de personas cercanas. Por ello, este caso resulta enrevesado y complejo de solucionar, lo que explica la decisión final del juez.

Vídeo de la Guardia Civil sobre la detención de un hombre por tenencia ilícita de armas. (Guardia Civil)

“Disparar a la multitud”

El pasado 3 de agosto de 2023, este hombre llamó por teléfono a la comisaría, para comunicar una seria amenaza, asegurando que iba a “disparar a la multitud”. Sus antecedentes hicieron saltar las alertas, pues fue detenido años atrás por intento de asesinato y por amenazar a un taxista con un cuchillo.

Cuando la policía llegó a su vivienda, encontraron a Kevin armado con un rifle, mientras les apuntaba. Tras minutos de tensión, acabó soltando el arma y saliendo fuera de la casa, donde fue reducido tras negarse a tirarse al suelo. Su mujer explicó que se encontraba bajo los efectos del cannabis y de una medicación.

El juez decidió rebajar su posible condena por estos problemas de adicciones y por su testimonio durante el juicio. El arrestado explicó que estaba buscando que los agentes le dispararan. “Quería suicidarme”, aseguró Kevin, debido a que deseaba reunirse con su madre y sus hijos fallecidos.

Tras estas duras declaraciones, fue cuando el juez preguntó sobre sus ingresos. En ese momento, el hombre reconoció su trabajo ilegal, por lo que el magistrado tomó la decisión del trabajo comunitario como condena de los hechos ocurridos con la policía y por su confesión. Decidió que obligar a trabajar a alguien con nula experiencia podría ser una buena condena.