¿Es seguro utilizar agua caliente del grifo para que hierva antes en la olla?

Puede parecer una solución rápida y eficiente, pero esconde riesgos significativos para la salud

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Una persona echa agua caliente
Una persona echa agua caliente a un cazo. (Canva)

Con los vertiginosos ritmos de vida y, con la idea de aprovechar al máximo el tiempo, es fácil optar por trucos. Uno de estos es decidir echar agua caliente al cazo u olla para que hierva más rápido al ponerla al fuego. Puede parecer una solución rápida y eficiente, pero esconde riesgos significativos para la salud.

Según un artículo publicado por Modena Volta Pagina, esta práctica no solo es ineficaz, sino que también puede ser perjudicial. El agua caliente del grifo se almacena en un tanque donde permanece estancada durante un tiempo considerable, lo que la convierte en un caldo de cultivo ideal para bacterias como la legionela.

Cuidado con la legionela

El medio italiano Modena Volta Pagina ha detallado que la legionela, entre otras bacterias, encuentra en el agua caliente estancada un ambiente propicio para su proliferación. Esto significa que utilizarla para cocinar podría tener consecuencias inesperadas y poco deseables para la salud. No obstante, desde la Organización Mundial de la Salud se recoge que es más probable encontrar la bacteria en aguas contaminadas y en “mezclas de tierra para macetas”.

Un grifo vierte agua caliente.
Un grifo vierte agua caliente. (Canva)

Esta enfermedad se reconoció por primera vez en 1977 debido a un brote de neumonía grande y, desde entonces, ha ocasionado brotes como consecuencia del mal mantenimiento de sistemas hídricos artificiales. Además, esta no se limita a unas zonas geográficas concretas, sino que está presente en “todas las partes del mundo”. Los síntomas que provoca pueden ser pulmonares o parecerse a la gripe con fiebre, cefalea, dolor muscular y malestar general.

Para evitar los problemas con esta bacteria, la OMS recomienda limpiar los sistemas de agua fría y caliente, así como mantener el agua caliente por encima de 50 °C (lo que significa que debe salir de la unidad de calentamiento a 60 °C, como mínimo). Otra opción es tratar las instalaciones con un biocida adecuado para limitar el crecimiento bacteriano. Además, se aconseja reducir el estancamiento del agua abriendo semanalmente los grifos que no se utilizan con asiduidad.

Otros problemas del agua caliente del grifo

Además, el calor del agua aumenta la capacidad corrosiva, lo que puede llevar a la disolución de metales pesados presentes en las tuberías, como cobre, hierro o zinc. En viviendas antiguas, incluso podría haber presencia de plomo, lo que añade un riesgo adicional, según el medio italiano.

La recomendación principal es volver a métodos tradicionales para hervir agua, aunque suponga más tiempo. Esto implica utilizar agua fría del grifo, asegurándose de dejarla correr unos segundos antes de llenar la olla. Este simple paso ayuda a eliminar cualquier residuo que pueda haberse acumulado en las tuberías.

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No obstante, para optimizar el tiempo de cocción, se sugiere cubrir la olla con una tapa, lo que realmente marca una diferencia en la rapidez con la que el agua alcanza el punto de ebullición. Modena Volta Pagina enfatiza que, aunque pueda parecer una buena idea usar agua caliente del grifo para ahorrar tiempo, es una práctica que debe evitarse por razones de salud. La seguridad y el bienestar deben prevalecer sobre la conveniencia, y adoptar medidas simples como las mencionadas puede contribuir a una cocina más segura y saludable.