Sarna: causas, síntomas y tratamiento

Esta enfermedad la provoca un ácaro que excava túneles dentro de la piel, donde deposita sus huevos

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Un joven afectado por la
Un joven afectado por la sarna. (AdobeStock)

Aunque puede parecer una enfermedad del pasado, la sarna sigue siendo una de las infecciones de piel más frecuentes y al mismo tiempo estigmatizadas en todo el mundo. En España, los casos han crecido un 40% desde 2019, según los datos ofrecidos por un reciente estudio de la Academia Española de Dermatología.

La sarna es una enfermedad cutánea altamente contagiosa provocada por el Sarcoptes scabiei, un parásito que actúa excavando túneles en la piel, donde deposita sus huevos, y provoca una picazón intensa. Pese a que suele asociarse a un problema de falta de higiene o exclusivo de contextos de pobreza, esta infección puede afectar a cualquier persona independientemente de su posición socioeconómica.

La transmisión de la sarna ocurre principalmente a través del contacto directo y prolongado, piel con piel, con una persona infestada. También puede propagarse mediante el uso compartido de ropa, sábanas, toallas o muebles tapizados que hayan estado en contacto con la piel infectada.

Las situaciones de hacinamiento (como residencias de ancianos, guarderías, prisiones o refugios) favorecen la aparición de brotes, aunque la enfermedad también puede afectar a individuos en entornos domésticos o laborales.

Síntomas de la sarna

El síntoma más característico de la sarna es una picazón intensa, especialmente durante la noche. Esta molestia es resultado de la reacción alérgica del organismo a los ácaros, sus huevos y sus desechos. Entre los signos y síntomas más comunes, la Clínica Mayo destaca la erupción cutánea con pequeñas protuberancias rojas, similares a granitos o ampollas; las lesiones lineales o surcos finos en la piel, indicativos de los túneles cavados por los ácaros; y llagas o costras producidas por el rascado excesivo, que pueden infectarse con bacterias.

Las zonas del cuerpo más afectadas suelen ser entre los dedos de las manos, en las muñecas y los codos, alrededor de la cintura, en las axilas y la región genital, en los pezones (en mujeres) o los glúteos y en los pies y los tobillos. En los bebés y los niños pequeños, las lesiones pueden aparecer también en la cabeza, la cara, el cuello, las palmas de las manos y las plantas de los pies.

Los casos de sarna siguen en aumento: los dermatólogos insisten en la importancia de aplicar bien el tratamiento

Tratamiento de la sarna

El tratamiento de la sarna es eficaz si se sigue de manera correcta. Los profesionales de la Clínica Mayo recomiendan el uso de medicamentos tópicos y, en ciertos casos, tratamiento oral. La permetrina en crema es el tratamiento de primera elección, que se aplica sobre la piel limpia desde el cuello hacia abajo y se deja actuar durante 8 a 14 horas antes de enjuagar. En lactantes, también se aplica en cuero cabelludo y cara (evitando ojos y boca). Generalmente, es necesaria una segunda aplicación a la semana para asegurar la erradicación.

La ivermectina oral se utiliza en casos de sarna resistente, en infecciones graves o en pacientes inmunodeprimidos. Se administra en una dosis única, repitiéndose a los 7 o 14 días si es necesario.

Las lociones de azufre y crotamitón son otras alternativas para personas que no toleran la permetrina, como embarazadas o bebés. Además del tratamiento, es fundamental desinfectar la ropa, la ropa de cama y las toallas. Se recomienda lavarlas con agua caliente y secarlas a alta temperatura. Aquellos objetos que no puedan lavarse deben guardarse en bolsas de plástico selladas durante al menos 72 horas para matar a los ácaros.