Un vecino usa parte de su plaza de garaje comunitaria como trastero con esta ingeniosa solución: “Da el pego totalmente”

Una simple cortina del mismo color que la pared le permite ocultar su bicicleta sin levantar sospechas

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Un vecino en su garaje
Un vecino en su garaje comunitario usa parte de su plaza como un trastero. (TikTok / @222excelent)

La creatividad de algunos vecinos no tiene límites, y así lo ha demostrado un residente anónimo cuya inventiva se ha hecho viral en redes sociales. La usuario de la red social TikTok @222excelent compartió una publicación que ya acumula más de 130.000 visualizaciones en el que muestra cómo un vecino ha transformado parte de su plaza de garaje comunitaria en un pequeño trastero. El vídeo lleva ya más de 1.000 ‘me gusta’ y 300 comentarios.

A priori, había pasado desapercibido. El truco es tan simple como ingenioso. El vecino ha colgado una cortina del mismo color que la pared del garaje. Tras esta, esconde una bicicleta según se muestra en el vídeo y, posiblemente, otros objetos personales. El camuflaje a simple vista es tan eficaz, que como explica la autora del vídeo, “da el pego totalmente”.

La solución de este vecino, ha generado tanto admiración como controversia. En los comentarios, muchos usuarios elogian la creatividad y la discreción del invento, considerándolo una forma inteligente de aprovechar el espacio limitado con el que cuentan muchas plazas de garaje en ciudades grandes, muy pobladas.

Reacciones en las redes

“Este hombre merece que lo lleven a la NASA”, bromea un usuario. Otro comenta: “Lo mejor que he visto hoy. Parece parte del garaje”. Sin embargo, no le han faltado críticas al video: “Eso no se puede hacer en un espacio comunitario”, advierte alguien. Otros usuarios mencionan posibles riesgos, como la obstrucción del paso o el incumplimiento de la propia normativa de la comunidad.

Según la Ley de Propiedad Horizontal, los propietarios no pueden modificar los elementos de las zonas comunes del edificio sin la autorización correspondiente. Tampoco pueden realizar actividades molestas o peligrosas para el resto de convivientes en la comunidad. Es este caso en concreto, a pesar de que el vecino no ha hecho una obra permanente ni ha dañado la estructura, el simple hecho de transformar funcional y visualmente el espacio puede crear incomodidad entre el resto de vecinos.

Un aparcamiento subterráneo, en una
Un aparcamiento subterráneo, en una foto de archivo

Respecto al tema de seguridad, los servicios de emergencia suelen advertir sobre el peligro de almacenar objetos en zonas que, en caso de emergencia, deben estar despejadas, como puede ser en este caso la puerta del garaje o zonas similares. Bicicletas, herramientas u otros utensilios pueden obstaculizar salidas o convertirse en combustible en caso de incendio.

Se abre un debate

Más allá de las implicaciones legales o del revuelo en redes sociales como consecuencia de la publicación del video, este caso ha servido para abrir de nuevo un debate sobre cómo se utiliza el espacio urbano y cómo la falta de metros en sus viviendas obliga a algunas personas a ser creativas y a apañárselas para mantener todas su pertenencias.

Este caso evidencia como la falta de espacio en las ciudades lleva a soluciones ingeniosas que no siempre están alineadas con las normas comunitarias. A pesar de que muchos celebran la creatividad del vecino, otros ponen el énfasis en los posibles riesgos, otra muestra más de cómo un vídeo en redes sociales puede desatar un debate.