El truco para guardar la mermelada y que no se ponga mala: cuidado con la tapa

Aunque este producto puede conservarse durante un largo periodo, cualquier exposición prolongada a altas temperaturas puede descomponer los azúcares

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Imagen de archivo de mermelada.
Imagen de archivo de mermelada. (Freepik)

En tostadas con mantequilla, en tartas, en creps, en galletas, en pastas o con queso, son muchísimas las combinaciones que se pueden hacer con la mermelada. Este producto no falta en nuestras alacenas ni armarios y a pesar de su popularidad, quizás estemos provocando que se ponga mala por no guardarla en el lugar adecuado.

La importancia de una correcta conservación

La mermelada se elabora con tres ingredientes: fruta, azúcar y ácido cítrico, por ello, es vital conservarla de manera adecuada porque puede estropearse rápido. La forma más segura de saber si tenemos que tirarla es olerla. Si cuando introducimos la nariz en el tarro, nos viene un olor agrio que recuerda a una bebida alcohólica, es el momento de prescindir de ella.

Aunque este producto puede conservarse durante un largo periodo, cualquier exposición prolongada a altas temperaturas puede descomponer los azúcares y la pectina, un gel natural que ayuda a espesar la mermelada.

La humedad es otro factor clave en su preservación. En climas cálidos, puede facilitar la proliferación de bacterias y moho, echándola a perder rápidamente. Si alguna vez has abierto un frasco y te has encontrado con una mermelada amarga, aguada o con manchas de moho, probablemente lo hayas guardado en un lugar demasiado cálido.

Dónde debe almacenarse la mermelada

Aunque lo más lógico es que se guarde en la nevera, son múltiples las personas que las dejan en el armario sin saber que están cometiendo un gran error. El frigorífico no sólo la mantiene fresca, sino que también evita la formación de bacterias y hongos.

Sin embargo, aunque seamos de esos usuarios que la almacenan en el refrigerador, puede que, aun así, no estemos acertando. El mejor sitio para dejar este producto es el estante inferior, ya que ahí estará a una temperatura más constante y a salvo de fluctuaciones de temperatura que podrían acelerar su deterioro. Se debe evitar la puerta de la nevera porque es el área más cálida.

También es preciso prestar atención a la tapa y al borde del frasco, siempre hay que limpiarlos con un paño limpio o papel de cocina para eliminar cualquier resto de mermelada que pueda haber quedado. Esto evitará que los residuos de azúcar o fruta se fermenten y causen moho.

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Qué hay que hacer para evitar la contaminación

El cuidado con la higiene al manipular la mermelada también es fundamental. Usar una cuchara limpia es esencial para evitar la contaminación cruzada. Tal y como recoger el diario británico Daily Express, nunca se debe meter de nuevo la cuchara o el cuchillo en el bote después de untar el producto en pan o en cualquier otro alimento, debido a que puede introducir restos de otros productos, como mantequilla o migas de pan, que aceleran el proceso de descomposición.

Qué pasa si se cristaliza el azúcar

Lo que puede ocurrir cuando metemos la mermelada en la nevera es que se cristalice el azúcar. Aunque no es peligroso, sí que puede provocar que el producto se vuelva más duro y difícil de untar. No obstante, tiene una solución fácil: colocar el frasco en un recipiente con agua tibia durante unos 10 minutos. Esto ayudará a disolver el azúcar cristalizado, devolviendo a la mermelada su textura suave.

Dónde hay que guardar la mermelada sin abrir

Cuando el frasco de mermelada aún está sellado, no es necesario refrigerarlo inmediatamente. Sin embargo, es crucial guardarlo en un lugar fresco y oscuro, lejos de fuentes de calor. La luz solar directa también puede alterar su sabor, haciéndola más ácida.