Descubren que existe una relación entre sufrir la enfermedad de Parkinson y vivir cerca de un campo de golf: los pesticidas tienen la culpa

La exposición a los pesticidas utilizados en los campos de golf estadounidenses podría aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad

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Uno de los campos de
Uno de los campos de golf de la ciudad de Marbella

Vivir cerca de un campo de golf podría aumentar las probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson en un futuro, según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA). Un análisis elaborado por investigadores de la Clínica Mayo y diversas universidades estadounidenses ha concluido que la proximidad a estos recintos supone un riesgo añadido para padecer este trastorno neurodegenerativo y la contaminación por pesticidas podría ser la causa.

El párkinson es una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes del mundo y España es uno de los 10 países que más casos acumula. Según cálculos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), unas 200.000 personas en España padecen esta enfermedad que provoca temblores, rigidez muscular o lentitud en los movimientos.

El párkinson lo provoca el deterioro progresivo de las células nerviosas en los ganglios basales, área de cerebro que controla el movimiento. Las causas, sin embargo, no están del todo claras: aunque en algunos casos se debe a factores genéticos, en muchos no hay razones hereditarias. Muchos investigadores valoran ahora que la enfermedad surge por una combinación de factores genéticos y ambientales, como la exposición a toxinas.

“Entre los riesgos medioambientales, la exposición a pesticidas se ha vinculado con un mayor riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson”, afirman los investigadores. Justamente, en Estados Unidos, los campos de golf son tratados con químicos como organofosfatos, clorpirifós, paraquat o rotetona, que varios estudios han relacionado con el desarrollo del párkinson.

A partir de los datos demográficos de 419 pacientes de párkinson y más de 5.100 individuos de control, recopilados entre 1991 y 2015, los autores han concluido que vivir en áreas cercanas a campos de golf aumenta el riesgo de sufrir esta enfermedad. Aquellos que residían a 1,6 kilómetros del recinto tenían un 126% más probabilidades de desarrollar párkinson que aquellos que vivían a al menos 9,6 kilómetros del lugar.

El agua contaminada por los pesticidas del golf

Marc Gauthier, de 62 años, ha vuelto a caminar tras un diagnóstico de Parkinson hace ya tres décadas.

El estudio concluye que el mayor riesgo de desarrollar párkinson se encuentra en la población que reside a una distancia de entre 1,6 y 4,8 kilómetros de un campo de golf, riesgo que va disminuyendo según aumenta la distancia. Pero la proximidad no ha sido el único factor analizado: el riesgo de desarrollar párkinson era especialmente alto en aquellas poblaciones donde el servicio de agua potable provenía de regiones geológicamente vulnerables, donde es más probable que los pesticidas filtrados del suelo contaminen las aguas subterráneas.

“El mayor riesgo se detectó en quienes vivían dentro de áreas de servicio de agua con campos de golf en regiones de agua subterránea vulnerable”, aclaran los autores. Estas áreas se caracterizan por suelos porosos o roca superficial, lo que facilita la infiltración de químicos. Las personas cuyo suministro provenía de pozos municipales localizados en áreas con campos de golf presentaron hasta un 49% más de probabilidades de desarrollar la enfermedad, en comparación con quienes usaban pozos privados.

El diseño del estudio fue del tipo caso-control, cruzando datos de ubicación residencial y presencia de síntomas de Parkinson. Sin embargo, existen limitaciones importantes. Por ejemplo, el registro de exposiciones ambientales se limitó a datos de ubicaciones de campos de golf de 2013, lo que podría no reflejar condiciones históricas completas, considerando que los efectos de los pesticidas en el Parkinson pueden manifestarse décadas después. Además, la población estudiada era predominantemente blanca, lo que podría limitar la generalización de los resultados a otras comunidades.