Las cinco señales que indican que tus padres fueron problemáticos, según los expertos

La relación con los padres es crucial para el desarrollo personal de los hijos. No obstante, en algunos casos, los padres pueden exhibir algunos comportamientos tóxicos que afectan la autoestima y la salud mental de los más pequeños de la casa.

Según varios expertos, las dinámicas de crianza son claves para identificar cuáles de estos padres fueron problemáticos en su juventud, según la revista Best Life.

Una de las señales más claras de que un padre fue problemático es la incapacidad para asumir la responsabilidad de sus acciones. “Un rasgo común de los padres tóxicos es que rara vez se disculpan, incluso cuando algo es culpa suya”, ha explicado Sean Abraham, trabajador social clínico de Grow Therapy.

Este comportamiento refleja la falta de autoconciencia y la tendencia a proyectar la culpa sobre los demás. En este sentido, la terapeuta Bonnie Scott también añade que este patrón puede generar un ambiente de constante caos, donde los hijos nunca reciben la validación o reconocimiento que necesitan para crecer emocionalmente.

La crianza sin límites claros puede crear un entorno caótico para los niños. “Los padres tóxicos suelen tener dificultades para reconocer y respetar los límites de sus hijos” ha comentado Jenny Flora Wells, trabajadora social clínica y terapeuta holística.

Los límites son fundamentales para enseñar a los niños a respetar a los demás y a proteger su bienestar emocional. Cuando estos límites son ignorados, los hijos aprenden a tolerar comportamientos dañinos, lo que puede tener una consecuencia negativa en su etapa adulta a la hora de entablar relaciones sanas.

El comportamiento manipulador es otro patrón común en los padres problemáticos. En lugar de comunicarse de manera directa y respetuosa, estos padres recurren a técnicas como la culpabilización o el silencio para satisfacer sus deseos.

“Las personas tóxicas usan la manipulación psicológica para conseguir lo que quieren, lo que a menudo resulta en abuso emocional”, afirma Abraham. Este tipo de control puede afectar gravemente la capacidad del niño para confiar en su instinto.

Además, otra característica relacionada con la anterior reside en anteponer las necesidades y deseos propios. Según Christina McWalter Granahan, terapeuta licenciada, un padre tóxico puede volverse completamente egocéntrico, haciendo que todo gire en torno a él.

“Si compartes algo importante, como un logro en el trabajo, como un logro en el trabajo, el padre problemático lo desvió hacia sus propios logros, como si sus experiencias fueran más relevantes que la de sus hijos”, ha explicado Granahan.

Este ego hace que el niño se sienta invisible y no valorado, No obstante, este comportamiento de los padres suele tener sus raíces en experiencias infantiles donde sus propias necesidades emocionales fueron desatendidas, ha justificado la terapeuta.

Una de las dinámicas más destructivas que pueden ocurrir en hogares con padres tóxicos es la “parentificación”, donde los niños asumen responsabilidades inapropiadas para su edad.

Esto ocurre cuando los padres hacen que sus hijos desempeñen el rol de figura autoritaria o les exigen apoyo emocional de manera inadecuada. “Los padres tóxicos a menudo recurren a sus hijos para un nivel inapropiado de apoyo emocional, dejándolos asumir responsabilidades que no deberían tener”, ha señalado Granahan.