
A diferencia de lo que muchas personas piensan, el protector solar es un imprescindible en nuestra rutina diaria, independientemente de si llueve, está nublado o el sol luce resplandeciente. Por ello, para mantener nuestra piel protegida y reducir los efectos negativos del sol, deberíamos usar todos los días cremas con SPF (factor de protección solar) 30 o superior.
Tal y como explican desde el portal de La Roche-Posay, los rayos UVA afectan también, incluso estando en casa, nos llegan por esa estela de luz natural que entra a través de una ventana o cuando nos asomamos a la terraza o al balcón a tomar el aire.
Cuáles son los efectos negativos del sol en nuestra piel
Los rayos ultravioleta se dividen en dos: UVA y UVB, que son factores de riesgo en los que al cáncer de piel se refiere. La radiación UVB, como explican los expertos de la web citada, es “mucho más intensa a mediodía” y durante los meses de verano. Es la que provocará que nos quememos la piel y el daño en la estructura del ADN celular, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel ante una exposición prolongada.
Por su parte, los rayos UVA están presentes durante todo el año y todo el día, y pueden desencadenar en cáncer de piel. Son los responsables del fotoenvejecimiento y las manchas en la piel. El envejecimiento prematuro de la piel causado por estos rayos ocurre porque se crean sustancias que dañan las fibras de colágeno. Esto hace que aparezcan arrugas, flacidez y sequedad en la piel.
El sol puede causar envejecimiento en la piel, y sus efectos empeoran si se suman otros factores como la contaminación, el estrés, una mala alimentación y el tabaco. A esto se le llama “exposoma” y es responsable del 80% del envejecimiento de la piel.
¿Se puede utilizar la crema solar del año pasado?
Cuando se acaba el verano y dejamos de utilizar el protector solar para el cuerpo, lo guardamos en el armario para utilizarlo la temporada siguiente. Pero, ¿estamos haciendo lo correcto? La farmacéutica Noelia, conocida en redes como @its.noeliafarma, ha sido contundente respondiendo a esta cuestión.
“Si no llegaste a abrir el envase, el protector solar te aguanta unos tres años”, apunta. Sin embargo, comenta que “con el simple gesto” de haberlo utilizado sólo una vez, hay que buscar en el envase el símbolo de “un botecito abierto, un número y una M”. Según aclara significa que dura abierto 12 meses.
No obstante, si se ve que al producto le salen “unos grumos” o era fluido y “ahora sale en dos fases”, no hay que utilizarlo. Si se ha tenido el protector con “con calor, mucha humedad o al lado del sol, aunque no lleguen los meses, no lo utilices”, añade.

Qué pasa si utilizas un protector solar caducado
Utilizar una crema solar caducada tendrá consecuencias negativas en la salud de tu piel, puesto que los ingredientes activos del protector se descomponen y se reduce la capacidad para protegerte de los rayos de sol. Tendrás más riesgo de sufrir quemaduras solares, un envejecimiento prematuro y un mayor riesgo de sufrir cáncer de piel.
Últimas Noticias
La deuda, por comunidades: la mayoría reduce su ratio, pero cinco alcanzan importes récord de endeudamiento
En los primeros meses de 2025, el endeudamiento en España alcanzó el 103,5% del PIB, lo que representa un incremento de 1,7 puntos porcentuales respecto al cierre de 2024

“Tengo toneladas de patatas, ¿por qué nadie las quiere?” Un agricultor se ve obligado a paralizar su trabajo por la crisis del sector
La producción agrícola de patatas en Reino Unido está en jaque: “Es un misterio, es como si alguien hubiera frenado la industria”

El truco infalible para que el lavavajillas no huela a humedad: sólo necesitas este ingrediente
El interior de este electrodoméstico puede convertirse en una fuente persistente de pestilencias

Una diseñadora de interiores explica dónde deben colocarse los electrodomésticos: “No pueden estar a ras de suelo”
Hacer una cocina más accesible puede prevenir muchos problemas de salud de cara al futuro

El Tribunal Supremo se pronuncia sobre las cláusulas suelo: admite su modificación si es transparente y anula las renuncias genéricas a reclamar
El conflicto se remonta a 2009, cuando la afectada suscribió con el banco un préstamo hipotecario que incluía una cláusula suelo del 3,5 %
