
Cuando hablamos de amas de casa nos referimos a todas aquellas personas que durante años realizaron un trabajo en el hogar, cuidando a los hijos y ocupándose de las tareas del hogar sin que fueran reconocidas ni remuneradas por ello. Aunque según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), cada vez hay menos amas de casa, todavía quedan 2,8 millones de personas. Actualmente, la mayoría de las amas de casa —porque la inmensa mayoría todavía son mujeres— tiene más de 70 años y, por lo tanto, en edad de jubilación.
Sin embargo, al no haber tenido un salario formal y una cotización en la Seguridad Social, las mujeres que han trabajado en el hogar no han generado los derechos a una pensión contributiva. Por eso cuando se habla de pensión para amas de casa, nos referimos a la pensión no contributiva de jubilación gestionada por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), una modalidad de pensión se ha vinculado históricamente a las amas de casa porque es la que les ofrece la posibilidad de recibir una ayuda a aquellas personas que no han cotizado lo suficiente para acceder a una contributiva, pero cumplen con los requisitos para recibirla debido a su situación económica.
En la actualidad, esta pensión también se aplica a personas que no hayan cotizado lo suficiente y que se encuentren en situación de necesidad económica, independientemente de su género o la naturaleza de su trabajo. Sin embargo, el nombre persiste debido a la fuerte vinculación histórica con las mujeres que trabajaron en el hogar sin cotizar.
Pensión de amas de casa: 564,70 euros al mes
La ayuda está destinada a las personas mayores de 65 años que no han cotizado lo suficiente para acceder a una pensión contributiva, pero que carecen de los recursos económicos necesarios para su sustento. Entre los requisitos también está que el solicitante debe residir legalmente en España y haberlo hecho durante al menos 10 años, entre los 16 años y la fecha de devengo de la pensión, de los cuales al menos 2 años deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.
Según las cifras del Imserso de 2024, la persona que la solicite debe carecer de rentas suficientes con un límite de ingresos anuales inferior a 7.905,80 euros.
La cuantía de la pensión no contributiva de jubilación en 2024 es de 7.905,80 euros anuales distribuidos en 564,70 euros mensuales en 14 pagas y es necesario que los ingresos personales de la persona solicitante sean inferiores al importe también en cómputo anual de la pensión (7.905,80 euros).
Si el solicitante vive con otras personas, se considerarán los ingresos totales de la unidad económica en la que resida, es decir, los ingresos de todos los miembros de la unidad de convivencia (incluido el solicitante). Los límites de ingresos varían según el número de personas en la unidad económica. Por ejemplo, para una unidad de convivencia de 2 personas, el límite es de 12.326,02 euros, y para una unidad de 3 personas, el límite es 17.401,44 euros.
Si los ingresos del solicitante superan el límite permitido, la pensión se reducirá proporcionalmente. Sin embargo, si la reducción deja la pensión por debajo del 25% del importe establecido (1.812,65 € anuales), el solicitante recibirá al menos ese monto mínimo.
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