Estas son las experiencias que han podido vivir en su infancia los adolescentes que le faltan al respeto a sus padres, según la psicología

La psicología reconoce que pueden existir experiencias tempranas que influyen en la manera en que los adolescentes se relacionan en el ambiente familiar

Guardar
Por qué los adolescentes faltan
Por qué los adolescentes faltan el respeto a sus padres (Pexels)

Las relaciones entre padres e hijos no siempre son fáciles. Cuando un adolescente responde con desprecio, desobediencia o falta de consideración hacia sus padres, muchas veces se interpreta como una actitud “propia de la edad”. Sin embargo, desde la psicología se ha observado que detrás de esas conductas pueden existir experiencias tempranas que influyen, de manera directa o indirecta, en la forma en que esos jóvenes se relacionan con la autoridad dentro del hogar.

Los motivos por los que los adolescentes pueden faltar el respeto a sus padres

De acuerdo con la compilación de estudios de Ouest France, una de las situaciones más comunes que aparece en estos casos es la crianza inconsistente. Se trata de un tipo de dinámica en la que las reglas no son claras o cambian con frecuencia. En estos entornos, los límites pueden ser confusos y el menor no sabe con certeza qué se espera de él. Esa imprevisibilidad tiende a generar inseguridad, y en muchos casos, una relación tensa con la figura adulta.

Otro punto que se repite con frecuencia es la falta de validación emocional. Son contextos en los que las emociones del niño, especialmente las negativas, no reciben atención o son minimizadas. Frases como “eso no es para tanto” o “deja de hacer un drama” pueden marcar el desarrollo emocional de un menor, que crece sintiendo que sus sentimientos no son importantes o no tienen espacio. La desconexión emocional que surge en este tipo de vínculos puede dejar huella.

Por qué los adolescentes faltan
Por qué los adolescentes faltan el respeto a sus padres (Pexels)

La ausencia de afirmación también aparece con fuerza en algunos casos. Hay niños que, a pesar de sus esfuerzos, no reciben reconocimiento por lo que hacen. Sus logros pasan desapercibidos, o son respondidos con comparaciones o exigencias mayores. En otros casos, se percibe una falta general de apoyo, que influye en la construcción de la autoestima y en el vínculo con los progenitores.

En varios estudios también se señala la crítica constante como uno de los factores asociados a la pérdida de respeto. Cuando un niño crece bajo una mirada evaluadora permanente, en la que predominan los reproches frente a los gestos de confianza, pueden aparecer sentimientos de frustración o distancia. A largo plazo, esa crítica repetida puede afectar la percepción que el joven tiene de sí mismo y de su entorno familiar.

El Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes ha propuesto a las comunidades autónomas que en Educación Primaria y Secundaria no se utilice el teléfono móvil en horario lectivo. (Fuente: Ministerio de Educación)

También se menciona la falta de tiempo compartido. Algunos adolescentes relatan haber crecido sin momentos significativos junto a sus padres, más allá de las rutinas diarias. La ausencia de espacios de conversación o de actividades en común puede traducirse en una relación distante, en la que es difícil construir una conexión sólida con el paso del tiempo.

La sobreprotección es otra experiencia frecuente. Cuando los adultos intervienen constantemente en la vida del niño, limitando su autonomía o tomando decisiones por él, puede instalarse la idea de que no es capaz de valerse por sí mismo. Esta sensación, según algunos especialistas, puede derivar en conductas de rechazo o irritabilidad hacia los padres, especialmente en la adolescencia.

Por último, se encuentra la falta de empatía. En ciertos entornos familiares, no se da un espacio para que los hijos expresen cómo se sienten o qué necesitan. La escucha activa no siempre está presente, y esto puede crear una brecha difícil de cerrar. Cuando no se siente comprendido por parte de los adultos, el respeto también puede debilitarse.

Ojo, porque estas experiencias tampoco son aplicables a todos los casos, ni se dan de la misma forma en cada familia. En cualquier caso, sí que pueden ayudar a entender que, en ocasiones, algunas conductas tienen una historia detrás.