El dueño de un local usa a un robot como camarero por 400 euros: “Nos tenemos que ir acostumbrando”

Los avances de la tecnología comienzan a llegar a todos los sectores, desde la hostelería a la salud, pasando por la industria o la educación

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Un robot BellaBot en el restaurante Noodle Topia lleva platos y bebidas a una mesa, 20 de marzo de 2023 en Madison Heights, Michigan. (Carlos Osorio/AP Foto)

Los avances tecnológicos están llegando a todos los sectores de la sociedad. Ningún ámbito se salva de la robotización y el auge de la tecnología: la salud, la educación, la economía, el empleo... Esto reporta una gran cantidad de beneficios, ya que permite, entre otros, realizar tareas manuales y repetitivas, obtener información con rapidez, reducir el coste de ciertos servicios y apoyar el trabajo de otros profesionales.

Sin embargo, estos pasos agigantados hacia el futuro están marcados por la incertidumbre y el temor a que desaparezcan aspectos de nuestra vida actual, como ciertas profesiones que podrían volverse prescindibles ante el avance de la tecnología. Se habla de los profesores, ya que la Inteligencia Artificial puede utilizarse como herramienta para fomentar el aprendizaje y la curiosidad; los periodistas, puesto que la rapidez de redacción de textos no puede compararse; profesionales del sector de la industria con trabajos mecánicos, o los camareros, entre otros.

En los últimos años, está comenzando a verse en ciertos establecimientos como restaurantes o bares la implementación de robots que realizan tareas en la hostelería como llegar la comida a las mesas o devolver la vajilla sucia a la cocina. Esto todavía no es algo generalizado, pero sí que cada vez más propietarios toman la decisión de recurrir a este servicio, ya sea en las grandes urbes o en núcleos rurales con menos habitantes.

Carlos, el dueño de un restaurante que hace uso de esta tecnología, explicó al programa de La Sexta Equipo de Investigación que el robot que tenía en su plantilla le facilita en cierta medida el trabajo: “Esto es una máquina, nunca mejor dicho”, destacaba. “Tiene mapeado todo el restaurante y en cocina tiene una base desde donde parte todo”. De esta manera, el cocinero puede indicarle a qué mesa debe llevar la comida y, tras hacerlo, regresará a dicho punto para seguir trabajando.

Este robot ayudante, conocido como BellaBot y cuya estética se asemeja a la de un gato, puede utilizarse en diversos sectores, como la hostelería, la industria o los supermercados. Además, según indican sus creadores en la página web, “libera tiempo para el personal, aumentando la eficiencia y la satisfacción del cliente”.

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Un robot BellaBot en el restaurante Noodle Topia en Madison Heights, Michigan, 20 de marzo de 2023. (Carlos Osorio/AP Foto)

¿Amenaza o complemento?

El propietario del establecimiento paga un alquiler mensual de cerca de 400 euros al mes por el robot, una cantidad bastante inferior que el sueldo medio que un camarero cobra en la hostelería. Esto, de primeras, podría suponer un problema, ya que paulatinamente desaparecería la profesión en favor de la tecnología. Sin embargo, Carlos no está de acuerdo con ello: “Es que no es comparable, yo no puedo comparar a un robot con un camarero”.

Las labores que realiza no son las mismas, su capacidad de movimiento también es más limitado y sus tareas se reducen a las programadas previamente, sin posibilidad de actuar en caso de imprevisto o interactuar con los clientes más allá de las frases que dice al llegar a la mesa: “No lo veo como una amenaza, pero nos tenemos que ir acostumbrando a ver muchos”, destaca el hostelero con respecto a la idea de que es un servicio que cada vez será más frecuente en restaurantes y bares.

Uno de los aspectos por los que los propietarios se acogerían a esta tendencia emergente es la economía. La inflación de muchos productos provoca que cada vez sea más complicado equilibrar los precios sin que el consumidor note una acusada diferencia. A esto se suma el alquiler de los establecimientos, los salarios de los empleados y el aumento del coste de vida general. “Va a ser difícil tomar una cerveza barata con un buen aperitivo si no hay una persona trabajando muchas horas detrás de la barra”.

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Por tanto, se convierte así en una ayuda para el propietario, que puede ver cubiertas ciertas tareas a un precio bastante menor. Sin embargo, sus limitaciones lo hacen, por el momento, incomparable a las aptitudes de un camarero tradicional, aunque todo indica que cada vez será más frecuente encontrarlo en los establecimientos que visitemos.