Las ratas se van a apoderar de tu jardín si tienes este inocente elemento fuera: sobre todo, que no haya comida

Las plagas de ratas son un problema común en las grandes ciudades, y pueden llegar a los hogares si no se toman las medidas oportunas

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Ratas en Bogotá. (Universidad Distrital)
Ratas en Bogotá. (Universidad Distrital)

El calentamiento global y el crecimiento urbano son algunos de los factores que proliferan el incremento de los roedores en las ciudades. Según un estudio publicado por la revista Science, el aumento de temperaturas y el cambio climático son motivos por los que la cantidad de ratas aumenta de forma incontrolable. Este estudio analizó 16 ciudades de todo el mundo y, a pesar de que en Europa solo se mencionó el problema de Ámsterdam, la investigación concluyó que en 11 de estas 16 urbes han aumentado los avistamientos de roedores en las calles.

Además, en España, diferentes estudios publicados a lo largo del pasado año 2024 afirman que el número de ratas presentes en nuestro país se estima en más de 20 millones. Son muchos los científicos que han alertado que las ratas viven cómodamente en climas cálidos y, además, su gran capacidad reproductiva puede contribuir a un crecimiento exponencial de las plagas de estos roedores. Ayuntamientos como el de Málaga ya decidieron aumentar la precaución y erradicar las plagas de ratas, aunque los expertos apuntan a que esta tarea es difícil de ejecutar, ya que el cambio climático es el factor fundamental de la permanencia de las plagas en las ciudades.

María José Notario, directora general del Centro de Estudios de Sanidad Ambiental, explica que este fenómeno “obviamente viene derivado de que el entorno donde ellas viven, las ciudades, les es muchísimo más propicio permanentemente”, ya que las ratas encuentran en las grandes ciudades un clima adecuado y comida sin fin.

Fotografía de archivo de una
Fotografía de archivo de una rata muerta se encuentra entre la basura afuera del Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York. (EFE/ANDREW GOMBERT)

Las ratas en el jardín de casa

A pesar de que se crea que el hogar familiar es un entorno seguro y libre de plagas, es posible que las personas que viven en la casa pueden tener costumbres que, sin saberlo, pueden atraer a las ratas de forma masiva. Según la empresa anti-plagas Tornado Pest Control, los residuos generados en casa son una de las atracciones más potentes para estos roedores. Por tanto, no es nada recomendable sacar la basura al jardín, sobre todo si es orgánica y contiene restos que las ratas puedan aprovechar para alimentarse.

Sin embargo, destaca esta empresa, “los comederos para pájaros pueden crear un ‘buffet’ para las ratas y aumentar la probabilidad de que estas molestas criaturas los visiten”. Un elemento tan inocente y tan común en un jardín como un comedero para los pájaros es, en realidad, una fuente de alimento muy accesible y fácil para las ratas. Según Tornado Pest Control, solo hay que asegurarse de que “no haya comida expuesta”.

Un arrendajo azul come del
Un arrendajo azul come del comedero para pájaros. (Philippe Gerber/Getty Images)

Existen comederos para pájaros fabricados a prueba de roedores y plagas. Suelen estar hechos de metal y cuentan con un sistema que almacena el alpiste correctamente, para que no se salga ni se encuentre expuesto a cualquier plaga indeseada. Otras personas optan por utilizar bandejas o piezas que se colocan en los postes para pájaros y evitan que las ratas accedan a la comida.

Por su parte, Paul Blackhurst, director de la Academia Técnica de Rentokil Pest Control, una agencia anti-plagas, recomienda otras medidas que pueden llevarse acabo en el hogar y que, sin duda, disminuirán el riesgo de encontrar roedores que visiten inesperadamente el hogar. Este experto recalca que las ratas prosperan en entornos cálidos y protegidos “con fácil acceso a la comida”: “Reducir su acceso a ella es fundamental”. Así, recomienda sellar correctamente cualquier hueco o grieta en las puertas y las paredes y asegurarse de mantener en buen estado los desagües. También, Blackhurst recuerda que las ratas “son buenas trepadoras y habitan con gusto en buhardillas”, y que la leña puede ser un buen escondite para ellas.