El misterio de “la mujer del anillo en forma de búho”: la encontraron muerta en 2007, tapada con una sábana y la Policía pide ayuda para identificarla

Los casos sin resolver siempre generan un gran interés. El misterio de una historia desconocida ha sido el argumento de miles de novelas, pero también se producen en la realidad. Asesinatos sin culpables, víctimas desconocidas o crímenes a los que no se encuentra una solución lógica son algunas de las posibilidades que desatan la curiosidad de los seguidores del misterio.

Pero cuando estas historias son reales, son mucho más importantes que una anécdota misteriosa. Un caso sin resolver conlleva un posible criminal suelto y una víctima o familiares que no reciben la paz y tranquilidad necesaria, o el consuelo de cerrar una etapa.

Por ello, la Policía Nacional trata de no cerrar este tipo de casos. Cuando no tienen un móvil o alguna prueba con la que comenzar a investigar, piden ayuda a la ciudadanía. Esto es lo que han hecho en su cuenta de TikTok, preguntando a sus seguidores si conocen a “la mujer del anillo en forma de búho”.

El 28 de marzo de 2007, una mujer fue encontrada muerta en la carretera M-127, en la localidad de El Berrueco, en el norte de la Comunidad de Madrid. En aquel momento, la Policía comenzó una investigación que ya anunciaba que iba ser compleja desde el comienzo. La víctima apareció envuelta en una sábana y sin símbolos de violencia.

No pudo ser identificada, al no portar ningún tipo de documento que lo acreditara. En la autopsia, se descubrió que portaba en su interior seis cápsulas de látex. Una de ellas se rompió, lo que pudo ser el motivo de su fallecimiento. A partir de este dato, la principal línea que han seguido los investigadores es que se trataba de una mula que transportaba droga dentro de su cuerpo.

Un objeto llamativo que portaba la víctima se ha convertido en la forma de conocer a esta mujer. Llevaba un curioso adorno de bisutería en uno de sus dedos, con lo que pasó a conocerse como “la mujer del anillo en forma de búho”.

La agente de la Policía explica que se trata de una mujer con rasgos latinoamericanos. Según la tesis más defendida, esta persona habría llegado a España poco antes de su muerte. De esta forma, todo indica que llegaba del extranjero para introducir la droga que llevaba en su cuerpo.

Se estima que tenía una edad comprendida entre los 25 y los 40 años. Medía 1,60 metros, y tenía un tono de piel canela, los ojos de color negro y el pelo tintado de color rubio. Vestía con una camiseta blanca, unos pantalones vaqueros, una chaqueta negra de terciopelo y unas botas. Además del anillo, también llevaba varias pulseras de oro.

Si la teoría principal es cierta, esta mujer podría llevar muy poco tiempo en Madrid, lo que dificulta encontrar personas que la conocieran. Aún así, la Policía no tira la toalla y sigue tratando de encontrar un nombre y una vida detrás de esta víctima, fallecida hace 18 años.