La historia de la mujer que ha estado libre de cáncer 19 años tras haber sido tratada con células CAR-T: sin tratamientos oncológicos y dos hijos sanos

Este experimento puede asentar un precedente en la medicina actual

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Una mujer lleva 19 años
Una mujer lleva 19 años sin cáncer (Montaje Infobae)

Las células CAR-T (Chimeric Antigen Receptor T-cell) representan un avance significativo en el tratamiento del cáncer, especialmente en tipos hematológicos como leucemias y linfomas. Estos organismos son unos linfocitos T modificados genéticamente que les permite reconocer y atacar células tumorales de manera específica. Este enfoque ha demostrado una gran eficacia en ciertos pacientes, aunque también conlleva efectos adversos como el síndrome de liberación de citoquinas y neurotoxicidad. No obstante, todas las investigaciones que se han hecho con estas células continúan siendo estudiadas, con el fin de aplicar este método en tumores sólidos y mejorar su seguridad y eficacia.

Una de las investigaciones que han tenido un éxito internacionalmente reconocido es el que se realizó en 2006 en el Texas Children’s Hospital de Houston. En el centro se trató a diferentes niños con una terapia innovadora que ha provocado que a día de hoy una de las niñas que participó gane bastante fama. Esta infante de 4 años padecía un neuroblastoma agresivo, un tipo de cáncer de las células nerviosas que se había extendido a sus huesos. El avance de la enfermedad no pudo ser ralentizado bajo los tratamientos convencionales, por lo que, como última alternativa, los médicos decidieron inscribirla en un ensayo clínico experimental.

Un tratamiento experimental con éxito

Diecinueve años después, la paciente, tratada con 4 años en el Texas Children’s Hospital, sigue libre de cáncer y es madre de dos hijos muy sanos. Igualmente, lleva 19 años sin recibir otros tratamientos oncológicos, lo que ha sido un evento canónico para muchos médicos. El caso de la mujer, que ha sido publicado por el Nature Medicine, es la remisión más prolongada registrada tras el uso de células CAR-T.

En aquel primer ensayo, los investigadores usaron células CAR-T de primera generación, menos avanzadas que las actuales. A pesar de ello, los resultados a largo plazo han sido sorprendentes. El estudio publicado en Nature Medicine informa sobre un seguimiento a los pacientes tratados. Concretamente, de 11 niños con neuroblastoma activo en el momento de la infusión, tres lograron una remisión completa. Uno de ellos se mantuvo libre de enfermedad durante ocho años hasta perderse el contacto, y otro sigue en remisión más de 18 años después.

Además, de los ocho pacientes que recibieron la terapia sin evidencia de enfermedad en ese momento, cinco continúan libres de cáncer entre 10 y 15 años después. A pesar de emplear vectores de primera generación, los investigadores detectaron la persistencia de niveles bajos de las células modificadas en los pacientes con supervivencia a largo plazo.

¿El precedente para otros pacientes?

Célula cancerígena en un microscopio
Célula cancerígena en un microscopio (Adobe Stock)

El mecanismo de acción de las células CAR-T radica en su diseño genético para producir una proteína llamada receptor de antígeno quimérico (CAR), que se adhiere a un objetivo en la célula cancerosa, permitiendo que la célula inmunitaria la destruya. Cuando en 2004 se inició el ensayo en Texas, la terapia CAR-T era considerada una técnica experimental con resultados inciertos. Según el artículo publicado en Naturi Medicine, Helen Heslop, investigadora del Baylor College of Medicine y una de las responsables del estudio, recuerda las dudas iniciales: “Era una especie de biología sintética extraña. ¿Funcionará realmente?”.

No obstante, desde aquel tratamiento pionero, se han elaborado otras siete terapias con estas células por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) desde 2017. A pesar de haber encontrado dificultades para repetir el éxito en tumores sólidos, como los que causa el neuroblastoma, la oncóloga pediátrica Sneha Ramakrishna, de la Universidad de Stanford, señala que estos últimos resultados son alentadores. “Esto me da mucha esperanza. Vamos a conseguir que las células CAR-T sean útiles para las personas con tumores sólidos”, afirma. Y es que algunos de estos pacientes han percibido una remisión duradera, aunque se sigue investigando.