El vecino de un pueblo de Salamanca que perdió un décimo premiado del Gordo de la Lotería de Navidad: acudió a la Guardia Civil y cinco meses después recibió buenas noticias

Eleuterio Sánchez acabó ganando 1,2 millones de euros, pero habrían sido 800.000 si no hubiese denunciado

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Foto de archivo de Lotería
Foto de archivo de Lotería de Navidad. (Europa Press)

Quedan menos de dos semanas para el sorteo de lotería más esperado de todo el año. El día 22 de diciembre tendrá lugar, como todos los años, el sorteo de la Lotería de Navidad. Según el Anuario del Juego, publicado por el Consejo Empresarial del Juego y la Universidad Carlos III de Madrid, participa hasta un 70,5% de los españoles de entre 15 y 70 años y supone un 10% de la recaudación del mercado de juego en España. Son 193 millones de décimos, impresos por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre -o 193 series de 100.000 billetes cada una- a repartir entre todas las personas que, con esperanza, participan por si un golpe de suerte les acabase por solucionar la vida.

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Eleuterio Sánchez, conocido como “El Lute” por sus vecinos de Barruecopardo, un municipio y localidad española de la provincia de Salamanca, es un jugador habitual de la lotería navideña. Se trasladó a la localidad de Grañén, en Huesca, para adquirir un total de quince décimos a repartir entre varios vecinos y amigos de los pueblos de la zona oeste de Salamanca, con los que tiene la tradición de intercambiar boletos. De estos, se quedó con tres, uno de los cuales, según la tradición, habría sido para uno de sus amigos, residente en Madrid pero también originario de Barruecopardo, pero al no recibir ningún contacto por su parte, Eleuterio se lo quedó también.

Décimos del sorteo de la
Décimos del sorteo de la Lotería de Navidad 2024.

Ganar 800.000 euros que pudieron ser 1,2 millones

Alrededor de una semana antes del sorteo, sin embargo, se dio cuenta de que había perdido uno de los tres. Seguramente se plantearía si merecía o no la pena, pero acabó por acudir a un cuartel de la Guardia Civil para formular una denuncia por haber extraviado el décimo, por si las moscas. Esta decisión, si bien tenía todas las probabilidades de resultar inútil, acabó por suponer que Eleuterio pueda estar eternamente agradecido a su yo del pasado.

Uno puede imaginar su sorpresa al comprobar el número ganador y darse cuenta de que, contra todo pronóstico -ya que la probabilidad de obtener el primer premio es de 1 entre 100.000- su número, el 50.268, había ganado el Gordo. 400.000 euros, así, de repente. Tres veces, además, porque tenía tres décimos. O los tendría, si no hubiese perdido el tercero. Dándolo por perdido, Eleuterio reclamó los 800.000 euros que le correspondían. Cinco meses más tarde, sin embargo, le llegó una grata sorpresa a modo de carta: una notificación de Loterías y Apuestas del Estado en la que solicitaban su número de cuenta para realizarle el ingreso de los 400.000 euros restantes, por un total de 1,2 millones de euros, ya que nadie había reclamado el premio a esas alturas.

Así estaba Eleuterio, sabiéndose millonario, dándose palmadas en la espalda por haber denunciado la pérdida del décimo, cuando se enteró de que aquel amigo que nunca reclamó su boleto le había puesto una denuncia exigiendo el dinero del premio. Según el protagonista, “como él no se puso en contacto conmigo, pues ya no se lo guardé”. La moraleja de todo esto es que, aunque parezca inútil, si se pierde un décimo lo mejor es denunciarlo. No sea que por no hacerlo se pierda medio millón.