Entre hechizos y tareas: así es la rutina de los niños actores en la nueva serie de Harry Potter

La convivencia de clases personalizadas y jornadas de rodaje crea una experiencia inolvidable para quienes dan vida a los personajes más queridos de la saga

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Una escuela temporal permite a
Una escuela temporal permite a los niños actores mantener su formación académica durante la filmación (REUTERS/David Manning/File Photo)

En los estudios Warner Bros. de Leavesden, la magia de Harry Potter resurge con la producción de la nueva serie televisiva, pero el retorno va mucho más allá de las cámaras. Decenas de niños actores experimentan una realidad singular: alternan escenas de fantasía con clases reales en una escuela temporal montada en el set. Según la BBC, este sistema garantiza que los jóvenes mantengan su formación académica sin necesidad de abandonar el rodaje, haciendo posible compaginar educación y actuación sin perder el ritmo escolar.

Una escuela temporal en medio de la magia

La instalación de una escuela dentro del estudio responde tanto a cuestiones legales como educativas. Las normativas del Reino Unido exigen que los niños actores dediquen al menos tres horas diarias a la educación formal, además de limitar su tiempo de trabajo diario. Así, cientos de estudiantes asisten a clases, pasando de los pupitres al mundo mágico de Hogwarts con facilidad.

La experiencia de Flick Miles
La experiencia de Flick Miles revela los desafíos de alternar clases y rodaje en el set de Harry Potter (Flick Miles)

La experiencia recuerda a la vivida por Flick Miles, doble de Hermione Granger en las películas originales, quien compartió con la BBC detalles sobre sus días en el set: asistir a clase caracterizada como alumna de Hogwarts, con maquillaje y vestuario propios de las escenas. La convivencia constante entre la ficción y la vida escolar marcaba cada jornada y exigía una rápida adaptación entre personajes y tareas.

Rutinas, aprendizajes y desafíos en el set

La logística de la escuela temporal planteó retos inéditos para Warner Bros. Antes, los grupos de niños eran reducidos; ahora, pueden llegar a ser centenares. Todo está organizado para que ningún actor sacrifique su desarrollo educativo a pesar de las largas jornadas de trabajo. Cada niño alterna sesiones de rodaje con momentos en el aula, lo que se traduce en una rutina dinámica y poco convencional.

Dominic McLaughlin, de once años,
Dominic McLaughlin, de once años, protagoniza la nueva serie y equilibra disciplina escolar y actuación (Aidan Monaghan/HBO via AP)

Entre los protagonistas destaca Dominic McLaughlin, de once años, quien asume el papel principal en esta nueva versión. Como sus compañeros, vive una jornada donde la estricta disciplina escolar se equilibra con la emoción de pertenecer a uno de los universos ficticios más famosos del mundo.

Flick Miles describe cómo, durante su participación en las películas originales, apenas acudió quince días a su escuela habitual en Barnet; el resto del tiempo, su aprendizaje tuvo lugar en los salones improvisados del estudio. Obtener la licencia escolar necesaria para trabajar resultó complejo y, en su caso, la autorización fue limitada, lo que obligó a sus padres a intervenir para asegurar su participación.

Educación personalizada y supervisión constante

La vida diaria en el set estaba marcada por una exigente alternancia entre rodaje y clases particulares. Los intérpretes principales recibían tutorías individuales, mientras que los secundarios compartían aulas en pequeños grupos junto a los camerinos. Esta flexibilidad permitía que los jóvenes actores fueran requeridos en cualquier momento para sumarse a una escena.

Las normativas británicas exigen al
Las normativas británicas exigen al menos tres horas diarias de educación formal para los actores infantiles (Escena de "Harry Potter y la cámara secreta")

La organización escolar era personalizada. Cada estudiante seguía un plan de estudios diseñado junto a sus maestros de origen, de modo que los profesores del set los guiaran en función de sus necesidades. “No impartían una clase común para todos; cada quien avanzaba en sus tareas según sus propias indicaciones”, relató Miles. Por lo general, los grupos no superaban los siete alumnos, una diferencia notable frente a la multitud de niños actores en la producción actual.

La supervisión era constante. Cada media hora de clase o descanso era registrada por responsables del set, quienes velaban porque todos los alumnos cumplieran con las horas reglamentarias. Si alguien no lo hacía, debía regresar al aula antes de reincorporarse al rodaje. Este control buscaba asegurar el correcto avance educativo del elenco infantil.

Ficción y realidad: una experiencia insuperable

A lo largo de las jornadas, la convivencia entre realidad y ficción era inevitable. Los niños asistían a clases con el vestuario de los personajes y, a menudo, compartían el aula con compañeros que minutos antes protagonizaban escenas emotivas o de acción. El ambiente de colaboración y amistad entre los pequeños actores favorecía tanto el aprendizaje como la creatividad.

Los desafíos no eran pocos. Las jornadas extendidas y la necesidad de adaptarse a un ritmo de trabajo adulto generaban situaciones inusuales para niños de entre diez y doce años. Sin embargo, el apoyo de tutores y profesores les permitía afrontar el día a día con entusiasmo y resiliencia.

Consejos y aprendizajes para la nueva generación

El regreso de la saga en forma de serie representa una oportunidad excepcional para una nueva generación de actores infantiles. Dominic McLaughlin, como protagonista, y sus compañeros, viven una aventura donde la escuela y la actuación son igualmente prioritarias. Flick Miles recomienda a los nuevos actores disfrutar cada momento y aprovechar todas las oportunidades. Mirar atrás, afirma, permitirá comprender que fueron parte de algo extraordinario, rodeados de talento y creatividad en un ambiente irrepetible.

El ambiente de colaboración y
El ambiente de colaboración y creatividad en el set favorece el aprendizaje y la resiliencia de los niños actores (X)

A medida que avanzan los rodajes en Leavesden, la combinación de aprendizaje y fantasía sigue siendo el sello de la franquicia. Para los niños actores, los días transcurren entre hechizos, deberes escolares y la certeza de que vivir el mundo de Harry Potter va mucho más allá de encarnar un personaje: implica crecer, aprender y compartir una experiencia única.