Los actores de La familia Ingalls recordaron recientemente un episodio de la cuarta temporada que consideran imposible de filmar bajo los estándares actuales de la industria del entretenimiento.
Durante el episodio del 5 de junio de 2025 del podcast Little House 50, los co-presentadores Pamela Bob, Alison Arngrim y Dean Butler analizaron el capítulo titulado “Here Come the Brides”, que generó controversia por las dinámicas de edad entre los personajes y actores involucrados.
El episodio presenta a un adolescente llamado Luke Simms que llega al pueblo y corteja a Nellie Oleson, interpretada por Arngrim.
Tras un breve romance, la pareja se fuga antes de que sus familias los descubran y los lleven de vuelta al Juez de Paz para anular el matrimonio.
“Tengo 15 años en este episodio”, explicó Arngrim durante el podcast. “Se emitió en diciembre, así que lo habríamos filmado unos meses antes. Habría cumplido 15 años en enero. Así que tenía 15 años, probablemente unos meses cuando filmamos esto”.
La actriz añadió que se encontraba en plena “locura de la pubertad adolescente”, lo que consideró perfecto para interpretar la primera rebelión de su personaje contra su madre y su primer enamoramiento.
Sin embargo, Arngrim reveló una discrepancia significativa entre su edad real y la del personaje: mientras ella tenía 15 años, Nellie Oleson supuestamente tenía apenas 13.
“Lo siento, tengo 15 años, así que ella apenas tiene 13. Este tipo está interpretando, supongo, 16, 17 años, pero él tiene... veintitantos años”, comentó, aclarando posteriormente que el actor Bob Marsic, quien interpretaba a Luke, tenía 22 años.
La diferencia de edades generó comentarios sobre las dinámicas problemáticas del episodio. “Son chicas jóvenes, niñas, acosando a un hombre adulto al que no han sido presentadas”, observó Arngrim.
Bob planteó entonces la pregunta clave: “Eso no pasaría hoy, ¿verdad? Contratar a un adulto completamente desarrollado para interpretar o incluso besar, y fue un beso inocente, pero es un beso, a un menor”.
Arngrim confirmó que bajo los protocolos actuales de la industria, tal escena requeriría que ambos actores fueran menores de edad y que hubiera un coordinador de intimidad presente en el set.
La actriz también recordó momentos incómodos durante la filmación, incluyendo la presencia de la novia de Marsic en el set.
“Su novia aparece, y fue extraño porque era como... Había esta cosa vaga de que ella quería estar ahí para las escenas románticas”, relató Arngrim.
Y añadió con humor: “Yo pensaba, ¿esta mujer cree que soy una amenaza? ¿En serio? ¿Esta chica de 15 años con granos? No. No soy una amenaza para tu relación. No te voy a robar a tu hombre”.
El proceso de filmación fue igualmente apresurado según Arngrim, quien no conoció a Marsic antes del rodaje.
“Creo que estuvimos besándonos el primer día o algo así. Tal vez el segundo, ¿día dos? Fue bastante rápido, fue como ‘Hola, preséntate, ahora están enamorados’”, indicó.
Cómo Melissa Gilbert ganó el casting para “La familia Ingalls”
Melissa Gilbert tenía apenas nueve años cuando fue seleccionada para interpretar a Laura Ingalls en La familia Ingalls. Cincuenta años después, la actriz recordó durante una aparición en el podcast Hey Dude... The 90s Called! el peculiar modo en que se enteró de haber conseguido el papel que transformaría su vida.
La audición para el piloto del programa, emitido originalmente en 1974 por NBC, fue una convocatoria masiva. Gilbert, que entonces tenía ocho años y medio, venía de una decepción tras no conseguir un papel en la nueva versión de Milagro en la calle 34.
“Estaba realmente triste”, recordó la actriz. “Y mi papá me dijo: ‘Escucha, que no hayas conseguido esto está bien. Solo significa que algo mejor va a venir’. Recuerdo que lloraba y le decía: ‘¡No hay nada mejor! ¿Qué puede ser mejor?’”, contó entre risas. “Y dos semanas después, [apareció] La familia Ingalls“.
El enfoque de su madre para las audiciones era distintivamente natural. “En mi caso no había peinados especiales, ni maquillaje. Me dejaba sola. Leíamos los guiones solo para asegurarme de que los entendía. Pero no había entrenamiento. Lo único que me decía era: ‘Escucha. Solo escucha a quien tengas enfrente’”, relató.
Para cada audición, Melissa Gilbert usaba su “uniforme de casting”: overoles, camisa de franela, zapatillas deportivas y llevaba el cabello en coletas.
“Y lo que sea que tuviera en la cara, suciedad o comida, se quedaba ahí”, explicó. “Entraba, me sentaba en el piso a hacer la tarea hasta que me llamaran”.
Esta apariencia contrastaba notablemente con otras aspirantes: “Era una sala llena de chicas con sus madres rizándoles los bucles con los dedos y alisando sus delantales. Yo llegué toda desordenada, sucia y desprolija. Funcionó”.
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