Cómo Flashdance transformó la vida de su protagonista: del cine a la literatura

La película de 1983 impactó el cine, la moda y la música, convirtiendo a Jennifer Beals en un fenómeno global inesperado

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Flashdance - What A Feeling (1983)

Jennifer Beals alcanzó la fama mundial a los 19 años, cuando interpretó el papel de Alex Owens en Flashdance (1983). La película, dirigida por Adrian Lyne, se convirtió en un fenómeno cultural de la década de los 80, inspirando a generaciones con su icónica banda sonora y la historia de una joven soldadora que aspira a ser bailarina profesional. La película, que contaba con la actuación de Beals y de Michael Nouri en el papel de Nick Hurley, se destacó por su mezcla de superación personal, romance y música.

La famosa canción “What a Feeling” de Irene Cara se convirtió en un himno de la película y ganó el Oscar a la mejor canción original. A pesar de que la crítica se mostró dividida, el público amó la película, que alcanzó un notable éxito de taquilla, convirtiéndose en una de las más taquilleras del año. Según la revista Vanity Fair, “la crítica la odió. El pope Roger Ebert la incluyó en sus películas más odiadas” pero “el público enloqueció” y no se preocupó por los detalles de credibilidad de la trama​.

Jennifer Beals alcanzó fama mundial
Jennifer Beals alcanzó fama mundial con Flashdance, convirtiéndose en un ícono de los años 80

Un aspecto que marcó la carrera de Beals tras el estreno de Flashdance fue la revelación de que no era ella quien realizaba todas las escenas de baile, sino que se utilizaron varias dobles de danza, incluidas Marine Jahan, quien ejecutó la mayoría de los movimientos, y Sharon Shapiro, quien se encargó de las acrobacias, según reveló La Vanguardia. Esta noticia, que salió a la luz poco antes del estreno, generó una controversia que afectó la imagen de Beals, especialmente porque la película la había consolidado como un ícono de la danza.

Sin embargo, Jennifer Beals, hoy de 61 años, no dudó en reconocer su limitado dominio de la danza en ese momento, explicando que, aunque poseía “habilidades” en ese arte, las escenas exigían un nivel de destreza que ella no podía alcanzar sin la ayuda de los dobles. Según Vanity Fair, el director de la película, Adrian Lyne, explicó que Beals “tenía habilidades para la danza”, pero que las escenas necesitaban un nivel más alto de profesionalismo​.

Jennifer Beals y Michael Nouri
Jennifer Beals y Michael Nouri

Un cambio hacia la academia y los proyectos personales

Después de alcanzar la fama mundial con Flashdance, Beals tomó una decisión sorprendente: se alejó de Hollywood y se dedicó a sus estudios. Se inscribió en la Universidad de Yale, donde se graduó en Literatura Americana en 1987. Durante su estancia en Yale, Beals convivió con futuros actores de renombre como Jodie Foster y David Duchovny, quien más tarde la sugirió para el papel de Dana Scully en Expediente X, aunque el papel finalmente fue para Gillian Anderson.

Tras Flashdance , Beals priorizó
Tras Flashdance , Beals priorizó sus estudios y se graduó en literatura americana en la Universidad de Yale (@thejenniferbeals)

La actriz continuó su carrera en el cine con papeles secundarios en películas como La prometida (1985) y Besos de vampiro (1989), pero estos proyectos no alcanzaron la misma notoriedad que Flashdance. Su enfoque en la educación y su retiro de los reflectores de Hollywood fueron temas que reflejaron una falta de interés por la fama y una preferencia por una vida más tranquila. En palabras de Beals: “Filmé Flashdance cuando ya me habían aceptado en Yale; continuar mi educación parecía el siguiente paso lógico. Ni siquiera dudé un segundo. Estaba emocionada porque quería volver a estudiar”.

Fue en la televisión donde Beals recuperó parte de su protagonismo con su participación en la exitosa serie The L Word (2004-2009), en la que interpretó a Bette Porter, un personaje que se convirtió en un referente en la representación de la comunidad LGBTQ+. Su actuación le valió un Golden Gate Award en 2005, consolidando su regreso a la industria del entretenimiento. La serie, que fue pionera en su enfoque hacia la identidad sexual y las relaciones lésbicas, ganó una base de fans muy fiel. Diez años después, Beals retomó su papel en The L Word: Generation Q, secuela de la serie original, que se emitió hasta 2023. Además, en 2024, Deadline anunció que Beals había completado el rodaje de la película Hello Out There, dirigida por Otis Blum, que explora temas de extraterrestres en un pequeño pueblo de Nuevo México​.

En 2004, Jennifer Beals resurgió
En 2004, Jennifer Beals resurgió con el papel de Bette Porter en la serie The L Word (@thejenniferbeals)

De la fama a la literatura: un enfoque diferente

A lo largo de los años, Beals ha continuado desarrollando una faceta personal que se aleja de la pantalla. Recientemente, presentó su primer libro, “The L Word: A Photographic Journal”, un proyecto que comenzó como un recuerdo personal de su tiempo en el set de The L Word, pero que terminó siendo publicado tras recibir el apoyo de sus coprotagonistas. En su cuenta de Instagram, Beals comparte su amor por los libros, la fotografía y su vida social, demostrando que, a pesar de su retiro de los grandes éxitos cinematográficos, sigue siendo una figura influyente en las redes y en la vida cultural de muchos. Según la revista Vanity Fair, Beals mostró su interés por la fotografía y la literatura como una forma de mantenerse conectada con su arte de una manera más introspectiva.

Beals exploró su pasión por
Beals exploró su pasión por la fotografía con el libro The L Word: A Photographic Journal (Amazon)

En cuanto a su vida personal, Beals ha sido muy discreta. Se casó en 1986 con Alexander Rockwell, un director con quien compartió proyectos cinematográficos, pero se divorció una década después. En 1998, se casó con Ken Dixon, un empresario canadiense con quien tuvo una hija, Ella, en 2005. En un ámbito más personal, Beals ha enfrentado retos de salud, como cuando en los años 90 fue diagnosticada con un virus de la familia de los herpesvirus, lo que la llevó a adoptar prácticas como el yoga y el pilates, y a involucrarse con la medicina alternativa. La actriz es también una gran aficionada a la fotografía y seguidora de la tradición budista.

Una de las escenas más
Una de las escenas más icónicas de la película

A lo largo de su carrera, Jennifer Beals ha demostrado que su vida y su legado van mucho más allá de la imagen que dejó con Flashdance. Mientras muchos la recuerdan por su papel como la joven bailarina en busca de sus sueños, Beals ha creado una carrera que combina el arte con la introspección personal, con un enfoque hacia la literatura, la fotografía y el bienestar. Aunque la fama de Flashdance no se ha desvanecido, su trayectoria muestra cómo se puede navegar por los altibajos del estrellato, tomando decisiones que prioricen el crecimiento personal por encima de la popularidad efímera​.