Sharon Stone, reconocida por su papel en la icónica película de los años 90 Bajos Instintos, ha compartido detalles inéditos sobre las consecuencias de la famosa escena del cruce de piernas que marcó su carrera. En su autobiografía, la actriz confesó que esta escena no solo la catapultó al estrellato, sino que también tuvo un impacto devastador en su vida personal, llegando incluso a costarle la custodia de su hijo.
En sus memorias, tituladas La belleza de vivir dos veces, Stone narra cómo esta escena, que fue filmada sin su pleno conocimiento, se convirtió en un símbolo de manipulación y traición dentro de la industria cinematográfica.
La actriz reveló que no fue consciente de la exposición explícita de su cuerpo hasta que vio la película ya montada en una proyección llena de agentes y abogados. Según detalló, durante el rodaje, el director Paul Verhoeven le aseguró que no se vería nada y que solo necesitaba que se quitara la ropa interior para evitar reflejos de luz. Sin embargo, al enfrentarse a la versión final de la película, Stone quedó atónita al descubrir la toma que la haría mundialmente famosa.
En sus memorias, la actriz describe cómo, tras la proyección, confrontó al director, le dio una bofetada y llamó a su abogado para explorar las implicaciones legales de la situación.
Una decisión difícil para proteger el proyecto

A pesar de la indignación inicial, Stone decidió permitir que la escena permaneciera en la película. Según publicó en sus memorias, reflexionó profundamente sobre el impacto que tendría eliminar la toma en el proyecto y en su personaje. Reconoció que, aunque se sintió traicionada, el director había sido uno de los pocos que la apoyó para obtener el papel. Finalmente, optó por priorizar la integridad de la película, afirmando que, al fin y al cabo, ella había participado en la creación de esa escena.
En el libro, Stone también relata los efectos físicos y emocionales que sufrió durante el rodaje de Bajos Instintos, incluyendo episodios de sonambulismo y pesadillas. Uno de los momentos más impactantes que describe ocurrió durante la filmación de una escena de asesinato, en la que creyó haber herido gravemente a su compañero de reparto. La actriz recuerda cómo, cubierta de sangre falsa y en estado de pánico, pensó que había causado un accidente fatal.
Las repercusiones en su vida personal
Más allá del impacto profesional, la escena del cruce de piernas tuvo consecuencias devastadoras en la vida privada de Sharon Stone. Durante su proceso de divorcio en 2004, esta escena fue utilizada en su contra en la disputa por la custodia de su hijo adoptivo, Roan, quien entonces tenía 4 años. La actriz relató que el juez encargado del caso preguntó al niño si sabía que su madre protagonizaba “películas sexuales”. Este prejuicio judicial, según Stone, fue determinante para que perdiera la custodia principal de su hijo, quien quedó bajo el cuidado de su exmarido, Phil Bronstein.
Stone expresó su frustración al comparar el tratamiento que recibió con los estándares actuales de la industria del entretenimiento. “Ahora la gente se pasea sin ropa por la televisión y tú has visto unos 16 segundos de posible desnudez mía, y he perdido la custodia de mi hijo”, declaró. La actriz calificó esta experiencia como desgarradora, afirmando que le rompió el corazón.
Una mirada crítica a la industria del cine

La actriz, quien también es conocida por su trabajo en películas como ‘Casino’ y ‘Desafío Total’, utilizó sus memorias para lanzar una crítica contundente a la industria cinematográfica. Stone reflexionó sobre cómo las dinámicas de poder y la falta de consentimiento han afectado a muchas actrices a lo largo de la historia del cine. La escena del cruce de piernas, que durante años fue objeto de debate y parodia, se convirtió en un símbolo de estas problemáticas, mientras su protagonista cargaba en silencio con las consecuencias personales y profesionales.
En La belleza de vivir dos veces, Stone no solo narra los detalles detrás de esta escena, sino que también ofrece una perspectiva más amplia sobre los desafíos que enfrentó como mujer en Hollywood. Su testimonio pone de relieve las complejidades de trabajar en una industria donde las decisiones creativas pueden tener repercusiones profundas en la vida de los actores.
Un legado marcado por la controversia
A más de tres décadas del estreno de Bajos Instintos, el cruce de piernas sigue siendo una de las más recordadas en la historia del cine. Sin embargo, como revelan las memorias de Sharon Stone, detrás de este momento icónico se esconde una historia de manipulación, sacrificio y resiliencia. La actriz, ahora de 64 años, continúa reflexionando sobre el impacto de esta experiencia en su vida y en su carrera, mientras reclama el derecho a contar su versión de los hechos.
El relato de Stone no solo arroja luz sobre los entresijos de una de las películas más emblemáticas de los años 90, sino que también invita a una reflexión más amplia sobre las dinámicas de poder en la industria del entretenimiento y las consecuencias que estas pueden tener en la vida de quienes forman parte de ella.
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