Diego Pando e Ignacio Vuotto, ambos de Digital House dialogaron con Ticmas sobre uno de los desafíos más apremiantes de la actualidad: la formación de talento en el contexto digital. En una charla enriquecedora coincidieron en que, para responder a las demandas del mundo contemporáneo, la educación debe ser urgente, flexible y profundamente conectada con la realidad social y productiva.
“Formar talento es un desafío muy grande porque implica formar a personas que tengan ya en su ADN la adaptabilidad”, señaló Vuotto, quien es responsable de contenidos de aprendizaje de Digital House. En su visión, la educación debe trascender los contenidos establecidos y preparar a los estudiantes para enfrentar escenarios aún inexistentes. Su reflexión puede leerse como un mandato generacional: enseñar ya no consiste en transmitir conocimientos acabados, sino en “preparar cuerpos y mentes para lo desconocido”.
Desde una perspectiva complementaria, Pando, cofundador de Digital House, aportó una mirada estructural vinculada al diseño pedagógico. “El desafío es encontrar ese desafío a futuro y traerlo al presente, y poder presentarlo, cosa de que ese desafío cambie vidas, cambie roles”, afirmó.
Esta noción de anticipación constituye un pilar central en Digital House: la capacidad institucional de detectar tendencias, interpretarlas y transformarlas en propuestas formativas pertinentes al contexto laboral y social.
Una educación en constante movimiento
Digital House se posiciona como un modelo de transición que no niega la educación tradicional, sino que la traduce a nuevos lenguajes. Su recorrido comenzó con aulas físicas —“cinco pisos, más de quince aulas”, recordó Pando— y evolucionó hacia un sistema totalmente digital, sustentado en formatos asincrónicos y sincrónicos adaptables a diversos perfiles: desde estudiantes de tiempo completo hasta profesionales que cursan desde el extranjero en horarios nocturnos.
Para Vuotto, este modelo on demand representa más que una estructura: constituye una filosofía educativa. “Pueden estudiar desde cualquier lugar, hacer convivir una parte asincrónica con una sincrónica dentro de nuestra comunidad de aprendizaje”, explicó. El desafío, subrayó, es ofrecer flexibilidad sin comprometer la calidad ni el sentido de pertenencia.
Este tipo de adaptabilidad también exige una revisión profunda del contenido y sus formas de entrega. “Una persona no puede desarrollarse como programador sin tener pensamiento crítico”, enfatizó Vuotto. Por ello, los cursos que ofrece Digital House —aunque lleven títulos como “Programación” o “Inteligencia Artificial”— integran de manera transversal habilidades blandas como pensamiento lógico, liderazgo, resolución de problemas, trabajo colaborativo y comunicación efectiva. Estos aspectos se abordan mediante proyectos reales, actividades en pares, plataformas colaborativas y dinámicas basadas en la gamificación.
Uno de los hitos más significativos de Digital House es su inserción en el sistema educativo formal. El Colegio Morlans fue una de las primeras instituciones en adoptar su propuesta, dando un giro radical al enfoque tradicional de la enseñanza de computación.
“Lo que es computación era aprender Excel. Entonces, imaginate para nosotros...”, recordó Diego Pando. La transformación implicó redefinir el rol docente: el profesor de informática pasó a convertirse en un “profesor de Digital House”, capaz de transmitir herramientas digitales avanzadas y nuevas formas de pensamiento.
Actualmente, este programa se denomina Digital House Schools y llega a más de 50 mil estudiantes en América Latina, desde los ocho hasta los 18 años. La iniciativa se ha expandido también a la educación superior, con una licenciatura en Negocios Digitales y una maestría en conjunto con la Universidad de San Andrés. Esto permite incorporar una visión estratégica, empresarial y tecnológica al ecosistema formativo, más allá del ámbito estrictamente técnico.
La industria como aliada clave
Uno de los principales diferenciales de Digital House es su vínculo directo con el sector productivo. “No podemos aspirar a saber todo lo necesario sin trabajar con quienes van a emplear a estas personas”, señaló Vuotto.
Esa premisa ha dado lugar a iniciativas como Certified Tech Developer, creada junto a MercadoLibre y Globant; EY for Digital Innovation, orientado a la aplicación de inteligencia artificial en ámbitos corporativos; e IA Argentina, un programa formativo con 35 mil becas auspiciado por Argencon, AWS, Huawei, Bagó y BML, que busca introducir el uso de la IA en sectores como derecho, finanzas y producción de contenidos.
A este entramado se suma un equipo de desarrollo profesional que monitorea, en tiempo real, los perfiles de los egresados y las vacantes que se ofrecen en la bolsa de trabajo de Digital House. De esa interacción —ese “match” al que se refirieron repetidamente durante la conversación— surge una cifra destacada: más del 85 % de empleabilidad entre quienes finalizan las formaciones. Un dato relevante en un mercado laboral impactado por la automatización, la transformación tecnológica y la incertidumbre generalizada.
Contenidos vivos, formatos cambiantes
Más allá del diseño estructural, la otra gran fortaleza de Digital House es la actualización constante de sus contenidos. “Analizamos los contenidos casi constantemente”, aseguró Vuotto. Este monitoreo se realiza mediante diversas métricas de la propia plataforma, desde valoraciones como “me gusta” o “no me gusta” hasta formularios de retroalimentación al finalizar cada módulo. Estos datos permiten implementar ajustes inmediatos cuando un contenido no genera interacción o pierde relevancia.
Lejos de ofrecer clases extensas, la institución fragmenta los contenidos en piezas breves, enfocadas, y adaptadas al consumo contemporáneo. “No puedo hacer un video teórico de 20 minutos”, explicó Vuotto. En cambio, cada segmento apunta a resolver una necesidad concreta, con una lógica de consumo similar a la de las redes sociales o plataformas como YouTube. “Lo que necesita la industria y cómo necesita aprenderlo la persona”, resumió.
Finalmente, Pando subrayó uno de los desafíos centrales: ofrecer respuestas significativas a un contexto tan diverso como el latinoamericano. “Tenemos dos públicos: la empresa y la persona. Y además, tenemos que pensar en un mercado latinoamericano, con su diversidad cultural, social, económica”, afirmó. Frente a un ecosistema saturado de información, el reto no es solo generar contenidos, sino que estos sean validados, pertinentes y certificados. “Ese es nuestro gran desafío”, concluyó.
Últimas Noticias
El desafío de la educación superior en Paraguay, entre la empleabilidad y las microcredenciales
El viceministro Federico Mora analiza los desafíos del sistema universitario paraguayo ante las nuevas demandas del mercado laboral, la deserción estudiantil y el auge de las microcertificaciones como alternativa formativa y económica

Cora Steinberg, de UNICEF: “Dos de cada tres adolescentes usa la IA con fines educativos”
A partir de la publicación del informe Kids online Argentina llevado a cabo por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la especialista en Educación reflexionó sobre los resultados. Podés ver la charla completa en el canal de Youtube de Ticmas

¿Cuál es la forma correcta?: sobre la base de, en base a o con base en
La Real Academia Española tiene como principal función el velar por la lengua española ante su continua adaptación a las necesidades de los hablantes

Florencia Pollo-Cattaneo: “La IA no son solo algoritmos, es una ciencia que redefine nuestra sociedad”
Profesora de UTN y directora del Grupo GEMIS, Florencia Pollo habló con Ticmas de los desafíos y oportunidades que presenta la inteligencia artificial en la vida cotidiana, el sistema educativo y la sociedad en su conjunto. El video con la entrevista completa lo podés encontrar en el canal de Ticmas
