
Ada Lovelace nació a principios del 1800, con el nombre de Ada Byron, hija de Anne Isabella Milbanke y del famoso poeta Lord Byron, a quien casi ni conoció. Tuvo una educación privilegiada enfocada principalmente en ciencias y matemáticas, disciplinas en las que se destacó desde muy pequeña y a las que siguió estudiando toda su vida.
Tal era su capacidad y su interés que, además de estudiar, continuamente visitando espectáculos científicos e intercambiaba ideas con las mentes más brillantes de su época. En una de esas conferencias científicas a las que asistía conoció a Charles Babbage. Era 1833 y ella tenía diecisiete años. Babbage era ingeniero, inventor y profesor de Matemáticas y había desarrollado un proyecto que la fascinó: una máquina de calcular automática.
Dos años después, Ada se casaría con William King-Noel, conde de Lovelace, pero nunca perdió el contacto con Babbage, de quien se convirtió en colaboradora del nuevo proyecto: una máquina más sofisticada que la anterior, pensada para ejecutar cualquier tipo de cálculo matemático complejo. Esta máquina analítica, como se llamaba, estaba compuesta por muchas ruedas dentadas apiladas comunicadas entre sí por engranajes y palancas, y era alimentada por una máquina de vapor.

Las instrucciones se darían a través de tarjetas perforadas, que también podían almacenar datos. Aquí, las ideas de Ada fueron revolucionarias. Ella escribió detalladamente cuáles debían ser las instrucciones para computar una secuencia de números complejos. Esas instrucciones son lo que hoy se conoce como un algoritmo, y la descripción de Ada se convirtió en el primer programa de computación publicado. Otros conceptos novedosos de Ada son el de bucle y subrutina usados en la programación actual. Por todo esto se la considera como la primera programadora de la historia.
Debido a la insuficiente tecnología de la época, Babbage nunca logró construir la máquina, pero, por su lógica de funcionamiento teórico, es considerada como el antecedente de las computadoras actuales. A diferencia de Babbage, Ada no se limitó al cálculo de números y vio el potencial que podía tener la máquina analítica como una herramienta de propósito general; es decir: una máquina capaz de manipular todo tipo de información, como símbolos o notas musicales, y conseguir resultados sin intervención humana, tal como lo hacen las computadoras actuales.
A pesar de sus aportes, Ada fue invisibilizada por más de cien años y se le asignó el rol de simple transcriptora de Babbage. Hoy, se la considera una visionaria de la era de la computación. Desde 2009, cada segundo martes de octubre se festeja el Día de Ada Lovelace, como una manera de celebrar los logros de las mujeres en Ciencia, Tecnología y Matemática, y con el objetivo de inspirar a más mujeres en estas carreras.
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