Shaquille O’Neal y Dwight Howard reavivaron una antigua rivalidad: “Nunca más volveré a decir tu nombre”

El mundo del baloncesto revive una de sus rivalidades más notorias, con Shaquille O’Neal y Dwight Howard protagonizando un nuevo episodio de su prolongado enfrentamiento. Ambos exjugadores de la NBA, reconocidos como dos de los mejores pívots de la historia, han intercambiado duras palabras en público, encendiendo las redes sociales y dividiendo opiniones entre los aficionados.

Todo comenzó cuando Howard, de 39 años, participó en The GAUDS Show, un programa conducido por Ray Daniels. Durante la entrevista, el exjugador expresó su frustración por la tensa relación que ha mantenido con O’Neal. “Nunca le he faltado el respeto, pero él siempre tiene algo que decir. Hay momentos en los que me he enfadado y pienso: ‘Shaq, esto tiene que parar’”, declaró Howard en el programa.

Lejos de quedarse en una simple declaración, el enfrentamiento escaló rápidamente. Al enterarse de los comentarios de Howard, O’Neal, de 52 años, respondió en X (anteriormente Twitter): “El hecho de que pienses que me importa es gracioso, pero nunca volveré a mencionar tu nombre. Que tengas un buen día”. Este mensaje, acompañado de hashtags como #inevercared y #nowyouredeadtome, no tardó en volverse viral.

El origen de la disputa entre estos dos gigantes del baloncesto no es reciente. Los roces comenzaron hace más de una década, cuando Howard adoptó el apodo de “Superman”, un alias que O’Neal popularizó durante su carrera. La situación se intensificó después de que Howard usara una capa de Superman en el Concurso de Clavadas del All-Star 2008, lo que muchos interpretaron como un intento de emular a O’Neal.

Shaquille, que ya había comenzado su carrera como analista tras su retiro en 2011, no tardó en criticar a Howard, alegando que no era lo suficientemente dominante como para usar el nombre. En 2016, publicó una imagen editada en la que aparecía haciendo un mate sobre Howard, acompañada de la frase: “¡Solo puede haber un Superman!”.

Ambos jugadores tienen historias paralelas que han alimentado la comparación. Además de compartir el apodo, fueron seleccionados como primeras elecciones en el Draft por los Orlando Magic, llevaron a la franquicia a las Finales de la NBA y posteriormente jugaron para los Los Angeles Lakers. Sin embargo, mientras que O’Neal ganó tres campeonatos consecutivos con los Lakers entre 2000 y 2002, Howard solo logró un título en 2020, durante la burbuja de la pandemia.

En su intervención en The GAUDS Show, Howard afirmó haber intentado en varias ocasiones resolver la disputa con O’Neal. Incluso mencionó que durante su participación en Dancing with the Stars en 2024, contactó a personas cercanas a Shaq para organizar una reunión. Sin embargo, los esfuerzos no prosperaron.

“¿De verdad necesitamos pelear? ¿Qué estamos haciendo?”, comentó Howard, reflejando su frustración por la falta de avances. Según él, los ataques de O’Neal son producto de inseguridades. En un posteo en X, Howard escribió: “Sé que te importa. Porque tu inseguro trasero lleva odiando y hablando basura durante 20 años. Ya crece, es 2025”.

A pesar de los insultos, Howard ofreció una salida: invitó a O’Neal a su podcast para discutir y resolver el conflicto como “dos hombres exitosos del Salón de la Fama”. Sin embargo, hasta el momento, O’Neal no ha respondido positivamente a esta propuesta.

Aunque el enfrentamiento ha capturado la atención de los medios y los fanáticos, parece poco probable que ambos jugadores logren enterrar el hacha de guerra. Howard señaló que no quiere que el público vea a “dos hombres negros exitosos enfrentándose por tonterías”, pero su tono conciliador contrasta con las respuestas sarcásticas y despectivas de O’Neal.

La rivalidad entre ambos no solo refleja diferencias personales, sino también la lucha por el legado en la NBA. Tanto O’Neal como Howard han dejado huella en el deporte, pero su negativa a reconciliarse continúa empañando sus respectivas trayectorias.

Con más de 20 años de intercambio de críticas y burlas, el público continúa preguntándose si estos gigantes del baloncesto podrán superar sus diferencias o si su historia quedará marcada por un conflicto sin resolución.