
De Wattpad hasta agotar 700 entradas en solo dos minutos en su segunda visita a Argentina, la autora española Joana Marcús es una de las abanderadas de la literatura juvenil que, con romances memorables, un poco de magia, su toque particular de ironía e historias cargadas de sentimientos, conecta con miles de lectores alrededor del mundo.
Nacida en Mallorca en el año 2000, la escritora compagina sus exitosos lanzamientos con la carrera de Psicología y es todo un hito en plataformas digitales: en Wattpad suma más de un millón de seguidores y fue la única española entre el top 10 mundial de autores. Su saga Meses a tu lado la llevó a vender más de un millón de ejemplares en todo el mundo y reunir multitudes allí donde viaja.
La escritora emprendió una travesía por su país con una gira literaria para presentar su nueva bilogía, Extraños, que comienza con Etéreo y tiene su desenlace con Sempiterno, para luego desembarcar en la nación del fútbol, los alfajores y el mate.
Fue en 2023 cuando Marcús tuvo su primer contacto con sus lectores argentinos, causando furor en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, donde también agotó en minutos la firma y presentación en La Rural. Su presencia, lejos de ser un fenómeno pasajero, confirma el impacto que logró como referente internacional de la literatura juvenil.
La autora, que logró transformar vivencias personales y emocionales en historias que conectan con la nueva generación, conversó con Infobae sobre su recorrido literario, el peso del acoso escolar, el boom de Wattpad y su visión sobre las adaptaciones literarias.
El reencuentro con el público argentino
“Es un poco surrealista, la verdad. La primera vez que vine, era todo tan reciente que pensaba: ‘Disfrútalo, porque seguramente no vuelvas. Ahora mismo estás en el pico de tu vida, disfruta’. Pero veo que se ha repetido y veo que las entradas han durado un minuto”, recordó Joana Marcús con una sonrisa. Apenas su gira fue anunciada, se agotaron todas las entradas en solo dos minutos, un hecho que dejó claro el crecimiento de su comunidad en el país y su capacidad de convocatoria.

Lejos de mostrarse distante, la autora expresó su sorpresa y agradecimiento: “No estaba preparada para firmar setecientos libros, pero está bien, sois un público muy amable. No saber qué esperar siempre me hace ilusión”. La escritora compartió que prefiere llegar sin expectativas, abierta a lo que pueda surgir de cada encuentro con sus lectores, y resaltó que el público argentino siempre le asegura pasarla bien: “Prefiero ir con la mente abierta, a ver qué me encuentro, cómo es la gente, porque sé que me va a gustar”.
En este reencuentro con sus lectores argentinos, Marcús confesó sentirse más madura y abierta a recibir el cariño de su público, una evolución que considera fundamental para disfrutar de este gran acontecimiento: “Siento que esta ha sido la primera vez con Sempiterno concretamente que me he dado cuenta de que igual esto puede durar. Así que lo he vivido más relajada, más disfrutando del momento, pero sin forzarme a hacer las cosas”.
El ascenso al éxito para Marcús fue progresivo, aunque el gran salto llegó durante la pandemia: “Yo empecé a ser más conocida ya en pandemia, sobre todo”, recordó. En cada gira internacional, la autora reconoció una avalancha de emociones que al pasar el tiempo va procesando: “A veces estoy encima de un escenario y me cuesta mucho conectar conmigo misma porque lo estoy viendo desde fuera. Poquito a poco voy dejando que me entren ciertas cosas, pero siento que es mejor vivirlo así, porque si fuera consciente de cada cosa que me pasa, podría o abrumarme mucho o volverme insoportable”.

Durante el último año, Marcús recorrió países como Panamá, Costa Rica y Colombia, además de consolidar su presencia en España, Perú y Argentina. En todas las firmas de libros, la autora se propuso disfrutar sin expectativas y entregar el cien por cien, consciente de la magnitud del fenómeno a su alrededor.
Origen y proceso creativo de la bilogía Extraños
La gestación de la bilogía Extraños se remonta a la adolescencia de la autora, quien reconoció que se trató de los últimos libros que escribió completos en Wattpad: “Tenía diecisiete, dieciocho años, estaba en ese momento”, evocó.
El proceso creativo estuvo directamente vinculado a su propia crisis de los dieciocho, una etapa cargada de interrogantes existenciales. “Era ese momento, que no sé si aquí será igual, que tienes que empezar a tomar muchas decisiones: qué quieres estudiar en la universidad, a qué te quieres dedicar el resto de tu vida”, explicó.

Marcús trasladó esa incertidumbre a su protagonista Victoria: “Todo estaba basado en mi crisis de los dieciocho. Lo bueno de los escritores es que trasladamos nuestras crisis y les damos nombre, entonces es más superable”.
“No he vivido lo suficiente como para saber qué quiero hacer los próximos 70 años de mi vida. Sinceramente. Y trasladé todo eso a Victoria”. A lo largo de estos libros, la autora pudo también transitar ese proceso de autodescubrimiento: “Yo quería ser escritora, así que la he superado. Ya he encontrado a lo que me quiero dedicar”.
Los estados emocionales en la escritura y la psicología
Compaginar la literatura con la psicología fue para Marcús una experiencia reveladora. Si bien muchos esperan que sus estudios se reflejen de manera técnica en la construcción de personajes, la autora asegura que la aportación real es más sutil: “Estudiar Psicología solo te ayuda a dar matices, porque no te puedes poner supertécnica o superprofesional, hablar de ciertos conceptos de psicología dentro del libro porque no quedaría natural”. Más bien, aprendió a aceptar el caos humano: “Es muy difícil comprender al cien por cien a una persona, incluso cuando son tus padres. En ese caos, aunque sea bonito, está lo bueno de la vida”.

La ironía es uno de los sellos más reconocibles en la prosa de la autora. Sobre este rasgo peculiar sostuvo: “Cuando me pongo triste, siempre me hago un comentario irónico para controlar la lágrima y siento que de alguna forma lo traslado a mis libros. Aunque la escena sea supertrágica, siempre va a haber un personaje o una voz que haga un comentario para sacarte de ahí”.
La evolución afectiva de la autora se proyecta en sus historias: “Mis libros reflejan muy bien qué estado emocional tenía en ese momento. Cuando estaba un poco perdida, el libro es más oscuro, pasan más desgracias. Cuando escribí Antes de diciembre, estaba mucho más contenta y eso se nota en la historia”.
Pero, antes de convertirse en una de las figuras más populares de la literatura juvenil en español, Joana vivió su primer gran salto creativo con la Trilogía Fuego - compuesta por Ciudades de Humo, Ciudades de Ceniza y Ciudades de Fuego -. Esta saga marcó un antes y un después tanto en su recorrido literario como en su manera de entender la escritura. “En Trilogía Fuego fue mi primer libro. Bueno, mi primera trilogía, pero es que Ciudades de Humo fue el primer libro que escribí en mi vida”, confesó la autora.

La emoción y la ilusión del comienzo están presentes en toda la obra. “Siento que ni siquiera estaba en una etapa en concreto, simplemente estaba como escribiendo una historia porque me hacía ilusión. Creo que ese libro representa muy bien la ilusión de cuando empiezas algo y te das cuenta de que te encanta y no puedes parar de hacerlo. Cada escena me ilusionaba más y me sentía mejor y más cómoda”, recordó.
La autora reconoce que la saga le abrió las puertas a nuevas posibilidades: “Fue el libro que para mí me abrió el mundo de posibilidades de escribir otros. Siento que está un poco feo decirlo, pero es un poco mi hijo favorito. Es el que me lo enseñó todo.”
Impacto del acoso escolar y su efecto en la escritura
El éxito precoz de Joana Marcús le valió también momentos difíciles. En pleno instituto, la envidia de sus compañeros se tradujo en episodios de acoso escolar que la llevaron a dejar de escribir durante dos años. “Admito que me da mucha rabia la gente que dice que te tienes que tomar eso como un aprendizaje, que te hace ser mejor. Que te hagan cosas malas no te hace ser mejor persona, simplemente te marca”, reflexionó.

La escritora detalló cómo ese sufrimiento impactó sus vínculos y hasta su relación con la literatura: “Era romper el mundo que me había creado en el que la escritura era mi salvación. De repente se corrompió y volvieron lo que más me gustaba en un arma contra mí. Eso me costó mucho redirigirlo hacia un lugar positivo”.
Si bien asegura que hoy la escritura volvió a ser un refugio, destaca la importancia de hablar de los tiempos reales de sanación: “A veces hay cosas que solo se consiguen con los años, que no lo vas a conseguir con dos meses de terapia. Igual necesitas diez años de tu vida para entenderlo”.
Romance, personajes reales y el valor de la literatura juvenil
Uno de los rasgos más celebrados en la obra de Joana Marcús y de sus contemporáneas españolas, como Alice Kellen, Andrea Longarela, Cherry Chick, María Matinez, Elisabeth Benavent, e Inma Rubiales, es la manera en que abordan el romance con realismo y matices. Para la autora mallorquina, el cambio no es casual y tiene estrecha relación tanto con las influencias culturales como con sus propias vivencias: “No sé si es tanto de que seamos españolas o simplemente que es lo que hemos consumido toda nuestra vida y lo reflejamos de esa manera”, reflexionó.
En las novelas de esta nueva generación de escritoras, los personajes y las tramas se alejan de la perfección idealizada para dar paso a historias que exploran los altibajos, los grises y las contradicciones afectivas. “Los personajes son un poco más imperfectos y las tramas también, no son tan lineales, van dando muchos tumbos. Para mí es positivo, a mí me gusta mucho que no se base todo en la historia principal, sino que haya muchas vertientes”, subrayó Marcús, quien reconoce en sus colegas un mismo afán por romper los moldes del género romántico clásico.
Al momento de crear a sus protagonistas, la escritora afirma que se inspira en su propio estado vital: “En el caso de Victoria necesitaba un personaje que se sintiera así, absorbida y con muchas decisiones encima, y luego el contrapunto, alguien más introvertido. La base siempre es cómo te sientes tú”.
El cruce cultural también emerge como factor clave para comprender la nueva sensibilidad de estas autoras. En diálogo con lectores de distintos países, Marcús identificó diferencias notables entre Europa y Latinoamérica: “Siento que la cultura europea es muy poco de compartir lo que estás sintiendo. Aquí, en Latinoamérica, tenéis más libertad cultural para decir lo que sentís y ser expresivos. Para nosotros casi todas las emociones se viven por dentro”.

El auge de plataformas como Wattpad fue fundamental para que esta generación pudiera explorar y dar visibilidad a sus historias. Pese a los prejuicios, Marcús defendió el impacto positivo de ese recorrido: “Siento que hay muchos prejuicios, pero no son tanto por si es juvenil o si eres una chica joven escribiendo para otras chicas jóvenes, sino porque la sociedad ha aceptado que estar intentándolo sea motivo de burla cuando no debería ser así”.
Tras una pausa motivada por el acoso escolar, la autora comprobó que ninguna actividad la llenaba tanto como la escritura: “Nada despertaba en mí las mismas emociones que sentía escribiendo. Cuando no escribía no tenía dónde verter todas esas emociones que estaba sintiendo, así que volví y ese fue el punto en el que me di cuenta de que lo que a ti te gusta y lo que se te da bien es esto”.
En cuanto a las polémicas en redes sociales, Marcús reafirmó su actitud vital: “Si lo que tengo que pagar por hacer lo que más me gusta y que tenga tanto reconocimiento es que cada tanto mucha gente se enfade conmigo, pues lo pago encantada, sinceramente, porque no cambiaría mi vida para nada”.

Adaptaciones literarias y proyectos futuros
A diferencia de otras figuras de la literatura juvenil, Marcús se toma con mucha cautela la posibilidad de adaptar sus libros a otros formatos. Reconoció que nunca aceptó una propuesta solo por moda o impulso comercial. “No quiero hacer las cosas porque estén de moda. Quiero hacerlo cuando encuentre un equipo que me guste, una idea que me guste, aunque no sea la mía. Quiero que las circunstancias sean bonitas y no que sea en plan ‘lo hago porque toca’”, remarcó.
En cuanto a sus proyectos futuros, la autora prefirió no develar demasiado, bromeando sobre la estricta confidencialidad editorial. Sin embargo, sí adelantó que le interesa seguir alternando géneros: “Me gusta mucho hacer el balance de romance contemporáneo, fantasía, romance contemporáneo, ciencia ficción… ahora vengo de fantasía, así que haz cuentas, porque qué toca ahora”.
Acerca de su evolución como escritora y persona junto a cada libro, Marcús concluyó: “Muchas veces los personajes me acompañan. La evolución que ves en ellos es la que estoy viviendo yo en mis propias carnes. Sí, fue un antes y un después porque fue el libro más oscuro y realista que escribí, pero me atreví a hacer más cosas. Tengo más libertad para ser yo misma”.
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