
Pablo Picasso, símbolo indiscutido del arte del siglo XX, dejó un legado de más de 20.000 obras que revolucionaron la pintura moderna. Cofundador del cubismo, provocador incansable y figura omnipresente en museos y subastas, su nombre también se volvió en blanco predilecto para falsificadores. Ahora, su firma, o mejor dicho su imitación, fue el señuelo en uno de los mayores casos de tráfico de arte desarticulados recientemente en Europa.
La Policía de Grecia anunció el desmantelamiento de una red internacional que intentaba vender una pintura falsificada atribuida a Picasso por 25 millones de euros. El operativo, dirigido por la Dirección para la Protección del Patrimonio Cultural y de Antigüedades, se ejecutó en una residencia del barrio de Elliniko, al sur de Atenas, tras semanas de investigación e inteligencia encubierta.
La “Operación Picasso”
El caso se gestó como en un thriller. Agentes encubiertos se hicieron pasar por coleccionistas interesados en adquirir una pintura inédita de Picasso, presuntamente representando una figura femenina. La negociación culminó en una reunión secreta donde los trece sospechosos esperaban recibir millones en efectivo. En lugar de billetes, se encontraron rodeados por agentes que los arrestaron en el acto.

La pintura no era el único objeto en disputa. Durante la operación y las posteriores redadas en almacenes de los barrios de Pangrati y Menidi, la policía confiscó una sorprendente cantidad de piezas falsas: supuestas obras de Jackson Pollock, Claude Monet, Vincent van Gogh, Yannis Gaitis, Theophilos Hatzimichail y Yannis Tsarouchis. También se hallaron más de 2.000 monedas antiguas, íconos religiosos y 66.000 euros en efectivo.
Según fuentes policiales, todos los objetos se acompañaban de certificados de autenticidad falsificados, materiales de restauración y documentos con el nombre de reconocidos museos y coleccionistas privados.
Una red profesional y reincidente
Entre los trece detenidos figura un pintor que ya había sido arrestado en 2023 por un caso similar. Las autoridades creen que la red operaba desde hace al menos tres años y mantenía conexiones en otros países europeos.
El grupo utilizaba una combinación de obras originales de escaso valor, técnicas de envejecimiento químico, certificados adulterados y relatos persuasivos sobre la procedencia de las piezas para captar compradores adinerados. La oferta del falso Picasso se había dirigido a un empresario del sector inmobiliario, quien optó por alertar a la policía.
El mercado negro del arte y sus riesgos
Según cifras de Interpol, el tráfico ilícito de obras de arte es uno de los delitos más lucrativos a nivel mundial, detrás del narcotráfico y el comercio ilegal de armas. Las falsificaciones de autores como Picasso son especialmente rentables: su nombre garantiza interés, visibilidad mediática y altos precios.
Lo que significa que la facilidad con la que estas redes operan pone en entredicho los sistemas de verificación actuales. A pesar de las bases de datos, laboratorios forenses y registros de procedencia, muchas falsificaciones siguen ingresando al mercado.
Y dentro del panorama, los expertos advirtieron que este tipo de bandas no solo afectan a compradores privados, sino que en ocasiones logran colar piezas falsas en galerías y casas de subasta de renombre.
Reacciones e investigación en curso
El Ministerio de Cultura griego informó que todos los objetos incautados fueron entregados a especialistas del Departamento de Antigüedades, quienes trabajan para determinar su origen y valorar su daño al patrimonio.
Los detenidos enfrentan cargos por fraude, falsificación, tráfico ilegal de bienes culturales y asociación criminal. El proceso judicial podría extenderse durante meses, mientras se investiga la posible implicación de intermediarios internacionales.
Podrían abrirse causas en otros países, si se comprueba que algunas piezas fueron vendidas previamente. Además, museos y coleccionistas podrían iniciar acciones legales si fueron engañados por esta red.
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