Con ¡Aquí estamos! Mujeres en el diseño 1900 > Hoy, la Fundación Proa propone un viaje por la evolución del diseño femenino a lo largo de 120 años, destacando su impacto en el arte, la tecnología y la cultura, en una propuesta excepcional que, en colaboración con el prestigioso Vitra Design Museum, se presenta por primera vez en Argentina.
Organizada en cuatro núcleos temáticos, la muestra ofrece una revisión cronológica del lugar de las diseñadoras en diversos campos del diseño, desde su participación pionera en instituciones como la Bauhaus hasta la innovación contemporánea en sostenibilidad y tecnologías avanzadas. Además, incluye un capítulo dedicado al diseño argentino, destacando figuras clave y conectando la narrativa global con el talento local.
Según Adriana Rosenberg, directora de Proa, esta exhibición sobresale por “recuperar la historia de las mujeres en el diseño y evidenciar cómo su influencia, desde los inicios del siglo XX, ha dejado una marca indeleble en esta disciplina”. En ese sentido, la muestra no solo celebra la creatividad, sino también la lucha de las mujeres por hacer visible su trabajo, tradicionalmente relegado.

La exposición reúne piezas emblemáticas provenientes del Vitra Design Museum, que mantienen su relevancia en el diseño global. Entre los objetos destacados están el armario de Eileen Gray para su casa en la Costa Azul, los juguetes de Alma Siedhoff-Buscher y las luminarias de Marianne Brandt, íconos del diseño modernista. Otras aportaciones significativas incluyen los tapices de Anni Albers, cristalería de Aino Marsio-Aalto y la silla “Ghost” de Cini Boeri.
En el capítulo dedicado a Argentina, se exponen obras textiles de Josefina Robirosa, cerámicas de Colette Boccara y butacas de Susy Aczel, entre otras piezas de diseñadoras contemporáneas. Este segmento local, en diálogo con las obras internacionales, resalta las contribuciones únicas del diseño argentino desde una mezcla de tradición artesanal y modernidad (ver mayor desarrollo sobre el capítulo argentino, abajo).
El equipo curatorial, conformado por Viviane Stappmanns, Nina Steinmüller y Susanne Graner, subrayó cómo el diseño ha sido un vehículo para transformar la vida cotidiana en distintos contextos históricos y sociales. Desde los talleres de costura hasta la educación en instituciones de vanguardia, para trazar un recorrido por las contribuciones de las mujeres al diseño de interiores, mobiliario, textiles, cerámica y piezas utilitarias.

La exhibición abre con el impacto de la industrialización y el movimiento sufragista entre 1900 y 1930. Durante este periodo, las mujeres comenzaron a acceder a espacios educativos y laborales, históricamente vedados. Es destacable su participación en escuelas como la Bauhaus, la VKhUTEMAS y la Escuela Loheland. Aunque con frecuencia se las relegaba a oficios vinculados con habilidades consideradas “femeninas”, su esfuerzo marcó un cambio en la percepción y práctica profesional del diseño.
El taller de juguetes de Siedhoff-Buscher en la Bauhaus y el diseño textil liderado por Gunta Stölzl son ejemplos del papel crucial que jugaron. En Moscú, la VKhUTEMAS promovió una integración algo más equitativa, aunque todavía limitada según las convenciones de género. Por otro lado, la Escuela Loheland, gestionada exclusivamente por mujeres, enfatizaba en la autosuficiencia a través del arte y la artesanía.
Entre los años 1920 y 1950, las diseñadoras comenzaron a alcanzar notoriedad diseñando objetos que trascendieron generaciones. Figuras como Charlotte Perriand y Aino Aalto se consolidaron con piezas que definieron la estética modernista. Sin embargo, muchas fueron oscurecidas por sus colaboradores masculinos, un fenómeno que historiadores contemporáneos intentan revertir.

El período de posguerra (1950-1990) fue testigo de la expansión masiva del diseño industrial y su democratización a través del consumo en masa. Aunque las mujeres aún enfrentaban limitaciones culturales, comenzaron a consolidarse en sectores tradicionales de los hombres, como el diseño de mobiliario y la arquitectura. Ejemplos destacados en la exposición incluyen los proyectos en cerámica de Eva Zeisel y la célebre silla “Karelia” de Liisi Beckmann.
Desde 1990, el diseño ha evolucionado hacia una perspectiva interdisciplinar y global, con mujeres liderando la innovación tecnológica y sostenible. Las diseñadoras actuales exploran nuevos materiales, desde fibras de carbono hasta impresión 3D, y prácticas más conscientes, recuperando recursos locales y técnicas artesanales. Atelier NL, en los Países Bajos, ejemplifica este enfoque al trabajar con arcilla local para crear ediciones limitadas que reflexionan sobre el origen de los materiales.
Asimismo, proyectos como los de Gunjan Gupta, que incorpora el patrimonio cultural indio en sus diseños, o las instalaciones experimentales de BLESS, amplían la noción tradicional del diseño al explorar tanto su funcionalidad como su impacto cultural.

Más allá de las piezas exhibidas, “¡Aquí estamos!” establece un diálogo entre la precisión industrial del diseño europeo y la adaptabilidad de las tradiciones latinoamericanas, enfrentando las desigualdades de género que tienen su eco en las prácticas de diseño actuales. Para las curadoras, este proyecto incita a cuestionar narrativas tradicionales y a valorar enfoques más inclusivos y sostenibles que puedan transformar el futuro del diseño.
En el caso del capítulo nacional, titulado Diseñadoras argentinas: cronología de una vocación, se presenta un recorrido histórico por el rol transformador de las mujeres en el diseño en Argentina desde principios del siglo XX hasta el presente.
“En las primeras décadas del siglo XX, Argentina sufrió un fenómeno demográfico que la transformó en una sociedad de mezcla”, describe la curadora Silvia Fernández. Este contexto fue el punto de partida para el cuestionamiento de los roles sociales asignados a la mujer, marcando una época en la que surgieron debates sobre derechos civiles, el voto femenino y el acceso a la educación superior.

En ese sentido, la exposición aborda cómo las diseñadoras argentinas rompieron barreras culturales, políticas y económicas, contribuyendo con enfoques innovadores y personales en distintas disciplinas del diseño.
Entre los hitos destacados se encuentra Victoria Ocampo, quien fundó en 1931 la revista cultural Sur, concebida como un espacio moderno donde confluyeron arte, literatura y diseño, como una de las primeras mujeres con relevancia pública en el ámbito editorial, y que además diseñó las tapas de sus propias publicaciones, un gesto visionario para la época.
La influencia del movimiento Bauhaus también fue clave. En 1935, figuras como la fotógrafa y diseñadora Grete Stern, junto al también fotógrafo Horacio Coppola, introdujeron en Buenos Aires las corrientes estéticas y conceptuales de esta escuela de pensamiento, las cuales impactaron profundamente en el desarrollo del diseño gráfico y visual en el país.

La muestra revisa también la modernización acontecida entre 1940 y 1950, un período crucial marcado por la obtención de derechos políticos para las mujeres, como el sufragio femenino promovido por Eva Perón. Esta época consolidó, además, la incorporación de las mujeres a los sectores profesionales del diseño, destacando nombres como Lidy Prati y Colette Boccara, quienes desarrollaron proyectos tanto de diseño gráfico como de mobiliario innovador.
Un segmento especial se dedica a los contextos de institucionalización del diseño en Argentina, rememorando los albores de las carreras universitarias dedicadas a esta disciplina en la Universidad Nacional de Cuyo (1958) y la Universidad de La Plata (1963). Este proceso otorgó a muchas mujeres una vía de profesionalización y crecimiento. Se destaca también el papel del Instituto Di Tella, cuna de innovación y experimentación cultural entre 1965 y 1970.
La dictadura militar que comenzó en 1976 marcó un quiebre en el diseño. Durante este período, la actividad sufrió un retroceso significativo debido al desinterés gubernamental por el desarrollo tecnológico y la represión política, lo que llevó al exilio y la clandestinidad de numerosos diseñadores, incluidos algunos colectivos femeninos que produjeron gráfica alternativa.

Con la restauración democrática en 1983, las mujeres diseñadoras retomaron su protagonismo, integrándose plenamente en la dinámica cultural y proyectual del país. Apellidos como Tite Barbuzza y Ángela Vassallo comenzaron a destacar, con importantes aportes en áreas como el diseño gráfico y corporativo.
La exhibición también recorre los avances del diseño en las últimas tres décadas, desde el surgimiento de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la Universidad de Buenos Aires (1988) hasta la consolidación de figuras clave del diseño contemporáneo. Entre ellas destaca Diana Cabeza, cuya obra deja huella en el espacio público a través del diseño de mobiliario urbano emblemático, como el sistema de paradores del Metrobús en Buenos Aires, y Alexandra Kehayoglou, quien eleva el arte del tejido manual para abordar cuestiones como el cambio climático y la sostenibilidad.
Fernández puntualiza en cómo el feminismo ha impactado el diseño del siglo XXI: “Colectivos como Mujeres que no fueron tapa y Cooperativa de Diseño han desafiado las estructuras patriarcales y proponen nuevas formas de entender el oficio”. En paralelo, avances tecnológicos como la inteligencia artificial y el diseño digital han transformado los métodos creativos y ampliado las oportunidades para las diseñadoras.

Entre las figuras históricas que son homenajeadas, resalta el legado de Lucrecia Moyano, reconocida por sus célebres trabajos en vidrio y tapices, exhibidos en grandes eventos internacionales como la Feria Mundial de Nueva York (1939) y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. También se destaca el impacto de profesionales contemporáneas como Paz Cano, cuyo estudio ha llevado diseños argentinos a ferias globales como el Salone del Mobile de Milán.
La exposición no solo es un registro cronológico, sino también una celebración de la diversidad de enfoques, técnicas y aportes al diseño argentino hechos por mujeres. Desde la cerámica de Boccara y el diseño de interiores de Susi Aczel, hasta las instalaciones culturales de Lala Méndez Mosquera, cada nombre representa un capítulo fundamental de la historia del diseño en el país.
La exhibición en Fundación Proa incluye un extenso programa educativo con visitas guiadas, ciclos de cine y seminarios especializados. Los sábados se llevarán a cabo charlas en su ciclo “Artistas + Críticos”, con expertos como Mariel Szlifman y Julio Oropel que profundizarán en el recorrido histórico y contemporáneo. También se ofrecerán documentales sobre diseñadoras claves, desde las célebres Anni Albers y Eva Zeisel hasta los enfoques de diseño sostenible de Emilio Ambasz.
*¡Aquí estamos! Mujeres en el diseño 1900 > Hoy, hasta el 29 de junio en la Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929, La Boca. Miércoles a domingos, 12 a 19h (visitas guiadas a las 15 y 17h). Entradas: Miércoles sin cargo y de jueves a domingos, $4000. Estudiantes, docentes y jubilados: $2000. Menores de 12: sin cargo
Fotos: Gentileza Fundación Proa.
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