
Durante mucho tiempo, los tres hijos de una familia acomodada de Nueva Orleans parecían los únicos personajes de un cuadro olvidado, atribuido al francés Jacques Amans. Al esclavo de la familia Belizaire, simplemente lo habían borrado de la pintura, que ahora cuelga de los muros del prestigioso Museo Metropolitano de Nueva York.
Para el gran museo situado a orillas del Central Park, en la Quinta Avenida, se trata de la “primera representación naturalista de una persona esclavizada de la que se conoce el nombre, en el sur” de Estados Unidos, donde la esclavitud fue abolida oficialmente en 1865, resaltó la curadora del ala de arte estadounidense del MET, Sylvia Yount.
“No tenemos otra obra igual en la colección y nos permite contar muchas historias diferentes, interesantes y complejas”, declaró la experta mientras muestra el cuadro, un óleo sobre lienzo de 1837 y que será expuesto al público desde el jueves.
Sin embargo, la figura en segundo plano del joven sirviente, erguido con los brazos cruzados y una mirada presumiblemente sumida en sus pensamientos, casi desapareció para siempre del cuadro encargado por el padre de la familia, Frederick Frey, un banquero de origen alemán afincado en Nueva Orleans.

De los tres hijos de los Frey, dos murieron el mismo año que se pintó el cuadro, y el tercero unos años más tarde. Belizaire, el único superviviente del cuadro, fue vendido nuevamente a dueños de una plantación de caña de azúcar, pero, según investigaciones históricas, vivió hasta el final del periodo de la esclavitud en Estados Unidos.
“Es increíble, esta historia me parece fascinante porque es casi como si Belizaire, este niño cuyo nombre desconocíamos, se negara a ser borrado”, afirmó Jeremy Simien, coleccionista que recuperó la obra y la imagen borrada.
“En cierto modo, él sirve como representación de una gran parte de la historia que ha sido borrada o sustituida. Y estoy muy contento de que lo hayan entendido en el Metropolitan”, dijo Simien, que vendió el cuadro por un precio no revelado.
En el Met, la obra se presenta con su historia y una foto de su versión sin Belizaire. “Necesitamos contar estas historias más complicadas”, sostuvo Yount.

Ocultado
Por alguna razón desconocida, probablemente a principios del siglo XX, cuando el matrimonio Frey murió y el cuadro pasó a manos de sus descendientes, una capa de pintura ocultó al adolescente mestizo.
“Es posible que la familia no se sintiera orgullosa de tener un esclavo en un cuadro, porque implicaba ser vista como una familia esclavista. La otra hipótesis es que no querían una figura negra junto a sus antepasados blancos”, especuló Sylvia Yount.
El cuadro acabó en la colección del Museo de Arte de Nueva Orleans en 1972, donde languideció durante más de 30 años en depósitos antes de ser vendido en 2004. En 2005, tras ser restaurado por un nuevo propietario, reapareció la figura del joven sirviente.

El cuadro salió del anonimato gracias a Jeremy Simien, un coleccionista de Baton Rouge, en el estado de Luisiana (sur) fascinado por las representaciones de criollos y afrocriollos en el arte de su región.
Primero descubrió la obra restaurada en un sitio web de subastas y luego, al indagar en el historial de ventas, descubrió la versión alterada vendida por el Museo de Nueva Orleans. “Pude ver la imagen a través, pude ver los contornos (...) realmente me impresionó”, explicó.
El coleccionista terminó comprando el cuadro en 2021 y contrató a una historiadora especializada, Katy Shannon, que buscó datos en los archivos de Luisiana para descubrir que el joven sirviente del cuadro se llamaba Belizaire y había sido vendido junto a su madre a la familia Frey cuando apenas tenía 6 años, en 1828.
Fuente: AFP
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