⁠Piloto colombiano reveló cuál es la ruta aérea más difícil de América Latina: “Despegamos con máscaras de oxígeno puestas”

La ruta aérea sudamericana exige a los pilotos maniobras complejas y máxima concentración, por la altitud extrema y las turbulencias, que convierten el trayecto en una experiencia única para tripulación y pasajeros

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Despegue con oxígeno, turbulencias fuertes
Despegue con oxígeno, turbulencias fuertes y aproximación compleja caracterizan el vuelo que atraviesa la Cordillera de los Andes, considerado un desafío técnico y físico por sus condiciones únicas - crédito @ captainjaimesgarcia/ TikTok - EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Una de las rutas aéreas más complejas del continente conecta la ciudad de La Paz, en Bolivia, con Cusco, Perú, e incluso, a veces, extiende su trayecto a Bogotá, Colombia.

Así lo relató el piloto experimentado Jaimes García en sus redes sociales, donde detalló las dificultades técnicas y físicas a las que se enfrentan quienes pilotan este vuelo.

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“Yo les he dicho que aeropuertos como Bogotá y México son aeropuertos especiales, porque su elevación alta están 8.000 pies sobre el nivel del mar. En este caso, La Paz no está 8.000 pies sobre el nivel medio del mar, está 13.500 pies sobre nivel medio del mar, es tan alto que nosotros los pilotos tenemos que despegar con la máscara de oxígeno puestas”, explicó García en un video dirigido a aficionados a la aviación.

Las condiciones extremas en La Paz obligan a la tripulación a utilizar máscaras de oxígeno desde el despegue, una medida necesaria para mantener la claridad mental y la velocidad de reacción adecuada.

Los pasajeros pueden llegar a sentir un poco de dolor de cabeza, un poco atontado en algunos casos, pero nosotros no nos podemos dar el lujo de sentir eso, porque tenemos que tener una capacidad cognitiva intacta para la cantidad de procedimientos que vamos a hacer”, agregó el piloto.

Las condiciones en la altiplanicie boliviana obligan a la tripulación a mantener máxima claridad mental y capacidad de reacción - crédito @ captainjaimesgarcia/ TikTok

El reto no termina ahí. Tras despegar de La Paz y sobrevolar el Lago Titicaca, la ruta requiere un complicado descenso por un cañón al aproximarse a Cusco.

Pese a que Cusco se ubica a 10.800 pies de altura, la pista de aterrizaje está rodeada de montañas que alcanzan hasta 22.400 pies, lo que obliga a los pilotos a realizar una maniobra precisa para entrar al valle y aterrizar con seguridad.

Este trayecto es conocido no solo por la complejidad técnica, sino también por las turbulencias que se presentan, especialmente al mediodía y en días despejados.

No es para que se asuste, simplemente para que sepan el día que hagan este vuelo que va a ser un vuelo turbulento con un paisaje espectacular que les va a encantar, porque van a tener todos los picos a la altura de ustedes o más arriba de ustedes”, resaltó García.

Además de la ruta La Paz–Cusco, otros trayectos sobre la cordillera de Los Andes, como el que une Mendoza, en Argentina, con Santiago de Chile, figuran entre los más complejos del mundo debido a exigentes condiciones de altitud y climatología variable.

“El peor vuelo de mi vida fue de Bogotá a La Paz atravesando la cordillera de Los Andes, pensé que nos estrellábamos”, “Yo viajo muy seguido a La Paz desde EE. UU. y había visto esa escala, pero la evité por el tiempo que toma, pero la próxima la hago”, “Las 2 veces que he aterrizado en cuzco me ha dado susto. Es brusco, pero las vistas increíbles”, “El aeropuerto de la Paz es horrible tiembla para salir y aterrizar Dios mío, no lo quiero repetir el aeropuerto de Cusco”, fueron algunas de las reacciones en el video de García.

La pista de aterrizaje de
La pista de aterrizaje de Cusco está rodeada por montañas que alcanzan los 22.400 pies, lo que exige maniobras precisas por parte de los pilotos para garantizar un aterrizaje seguro, según detalló García - crédito Foto: Andina

Piloto colombiano habla sobre el salario real por vuelo y el valor profesional de su trabajo

El piloto comercial David Caro expuso cuánto gana un capitán de vuelo por trayecto nacional en Colombia y subrayó el verdadero sentido de la profesión, alejándose de los mitos sobre salarios elevados.

Con más de dieciséis años en la industria aeronáutica, Caro describió ante sus seguidores algunas de las condiciones laborales que enfrentan los pilotos en el país y los factores que influyen en su remuneración.

De acuerdo con la experiencia de Caro, la percepción pública sobre los ingresos de los comandantes de vuelo suele ser superior a la realidad que experimenta el grueso de los pilotos comerciales colombianos.

El capitán detalló que la remuneración promedio por trayecto nacional ronda los 500.000 pesos colombianos y que el monto depende de factores como la aerolínea, el tipo de aeronave y el contrato que se tenga. En varios casos, los pilotos pueden recibir pagos adicionales por horas de vuelo, guardias aeroportuarias y periodos de espera programada, pero estos valores no son universales ni están garantizados en todos los convenios laborales.

Caro explicó que los ingresos de un piloto comercial pueden variar según la aerolínea y el tipo de ruta, con un promedio de 500.000 pesos por vuelo nacional - crédito @capisolano/ TikTok

Respecto a la satisfacción profesional, David Caro apuntó que muchos pilotos se sienten conformes con la elección de su carrera, aunque la estabilidad laboral y los beneficios dependen tanto de la coyuntura del sector como de la política interna de cada compañía aérea. “La formación de un piloto supone una inversión importante en estudios y entrenamiento”, indicó Caro, quien remarcó que este esfuerzo influye directamente en la percepción acerca del retorno económico a largo plazo.

El capitán enfatizó el componente experiencial de la profesión y su peso en la valoración del oficio. “Nada se compara con las experiencias que ofrece la vida de un piloto”, aseguró Caro, citando los paisajes, el acceso a diferentes culturas y la posibilidad de vivir situaciones únicas cada día. La aviación implica retos como separarse de la familia, afrontar cambios constantes en los turnos y gestionar la responsabilidad sobre la seguridad de pasajeros y tripulación.