Muerte de patrullera de Policía en Barranquilla: se conoció prueba clave que revelaría que no se trata de un suicidio

Según un estudio técnico externo señaló que la ubicación final del cuerpo de Guerrero no hubo una caída libre ideal y existió un impulso, una fuerza externa

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La uniformada de 22 años
La uniformada de 22 años había estado departiendo junto a su compañero sentimental la noche anterior a la madrugada del lunes 28 de abril de 2025 - crédito red social Facebook

La aparición de lesiones previas a la caída en el cuerpo de la patrullera de policía, María Alejandra Guerrero, junto con un informe técnico que cuestiona la hipótesis de suicidio, han aumentado la presión sobre la Fiscalía General de la Nación, para esclarecer lo ocurrido la madrugada del 28 de abril de 2025, en Barranquilla.

Según una necropsia parcial, se identificaron heridas en la espalda producidas por un objeto cortopunzante y lesiones en el antebrazo frontal que “coinciden cuando una persona se está defendiendo”.

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Además, un estudio técnico externo concluyó que la ubicación final del cuerpo de Guerrero “no hubo una caída libre ideal”, sino que requirió “un impulso, una fuerza externa”.

La patrullera, de 22 años, fue hallada desnuda tras caer del quinto piso de un conjunto residencial al suroriente de Barranquilla, y murió tras ser trasladada al centro médico más cercano. Aquella madrugada, el subintendente Andrés Alfonso Castro Gómez era la única persona junto a ella en el apartamento.

La familia Guerrero Montiel aseguró
La familia Guerrero Montiel aseguró que la versión que dio el uniformado Andrés Alfonso Castro Gómez no es cierta, y que el caso fue un feminicidio y no un suicidio como lo quiere hacer ver, según lo que indicó una versión preliminar - crédito Policía Nacional y Luis Gandarillas/EFE

Se presentó como su “compañero sentimental” y ofreció una versión inicial según la cual María Alejandra Guerrero se habría lanzado de espaldas al vacío.

Expresó que intentó detenerla en el último momento, pero no pudo alcanzarla: “Después pasaron como 50 minutos aproximadamente y veo a María Alejandra en la ventana de mi cuarto, ahí es cuando le pregunto qué hacía y es cuando ella se lanza de espaldas al vacío. No pude agarrarla. Todo sucedió muy rápido. Bajé al primer piso donde se encontraba, tirada boca arriba, y ahí fue que comenzaron a acercarse varios vecinos”.

Castro también señaló a las autoridades que Guerrero tenía la mirada perdida antes de la caída y sugirió que esto podría deberse a sonambulismo, basándose en un supuesto comentario hecho por una hermana de la patrullera.

Sin embargo, la familia negó esta afirmación. Adriana Guerrero, hermana de la víctima, declaró ante el investigador: “Desde que ella nació, hasta la fecha, nunca mi hermana presentó ningún tipo de problemas con el sueño ni nada relacionado con ser sonámbula. No sé con qué intención este señor preguntó eso a mi hermana menor cuando la llamó esa madrugada, si claramente nosotros que somos su familia sabemos que ella no tiene ninguna condición de eso”.

La patrullera convivía junto a
La patrullera convivía junto a su novio, que también es uniformado - crédito red social Facebook

En la misma línea, una amiga y compañera de trabajo, Paola Hernández Cadavid, afirmó: “Yo duré tres meses durmiendo con ella en el mismo camarote, en el centro de instrucciones de la Policía. Ella dormía arriba y yo abajo. Nunca se bajó de la cama para caminar, nunca”.

Detalles sobre el perito

El estudio técnico de la caída, realizado por el perito Nelson Rodríguez Ortega y conocido por El Espectador, señala que la versión de Castro resultaría inconsistente con los hechos físicos del edificio.

Según el informe, de haberse arrojado de espaldas, el cuerpo de Guerrero habría quedado suspendido en un balcón protegido por varillas gruesas, “El impulso externo que recibió, hizo que sobrepasara la barda de ese balcón”.

El abogado de la familia, John Faber Buitrago Vargas, declaró a El Espectador que “un análisis físico y científico que, sin duda, no coincide con una conducta suicida”.

Además, denunció irregularidades en la investigación: la inspección técnica del cadáver se realizó en un centro de paso, donde un mayor de la Policía sugirió al médico legista que se trataba de un suicidio. La inspección del cuerpo se efectuó tres horas después del reporte, bajo el argumento de que la mujer no estaba identificada, a pesar de que Castro se presentó como su compañero sentimental y policía activo, pero no la identificó plenamente.

La recolección de pruebas también ha sido objeto de críticas. La prueba de traza, destinada a detectar restos biológicos en la escena, se practicó el 24 de junio, casi dos meses después de los hechos, lo que, según la representación de la víctima, permitió la alteración del lugar.

El apartamento fue pintado y se cambiaron puertas tras la muerte, como consta en el informe de policía judicial. El abogado Buitrago señaló: “El apartamento tuvo que haberse allanado y prohibido el ingreso. No lo hicieron, supuestamente, porque el señor Castro ha colaborado con la investigación”.

De hecho, hasta le avisaron que iban a ir al apartamento. Prácticamente, le dijeron: “Alístese, que voy a ir a revisar la casa”.