Monos no son transmisores de fiebre amarilla en Colombia: desinformación amenaza a los primates

La CAR desmintió creencias erróneas sobre los monos, subrayando su papel crucial en la vigilancia epidemiológica durante la emergencia sanitaria en el país

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La CAR desmiente mitos y
La CAR desmiente mitos y define a los monos como indicadores cruciales de fiebre amarilla - crédito @Alfred_Balle / X

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) emitió un comunicado para desmentir una creencia errónea que ha circulado en medio del brote de fiebre amarilla en Colombia. Según informó la entidad, los monos no son responsables de la transmisión de esta enfermedad, sino que, por el contrario, desempeñan un papel crucial como indicadores tempranos de su presencia en el entorno. Este llamado a la información responsable surge en un contexto de alarma nacional, tras la declaración de emergencia económica y sanitaria por parte del presidente Gustavo Petro, debido al incremento de casos y la muerte de 36 personas.

De acuerdo con el anuncio del mandatario, el brote de fiebre amarilla tuvo su origen en los bosques de Galilea, al sur de Villarrica, en el departamento de Tolima. Los primeros indicios de la enfermedad se detectaron tras el hallazgo de monos muertos en la región cafetera, lo que generó preocupación entre las comunidades locales. Sin embargo, Petro aclaró que los primates no son culpables de la propagación del virus. “Los monos no tienen la culpa, se contagian como nosotros y no transmiten la enfermedad, solo el mosquito hembra”, afirmó el presidente a través de X.

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El rol de los mosquitos en la transmisión del virus

Mosquitos infectados son los únicos
Mosquitos infectados son los únicos responsables de transmitir este virus a humanos y primates - crédito Naturalista

La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite exclusivamente a través de la picadura de mosquitos infectados, principalmente de los géneros Sabethes y Aedes. Según explicó la CAR, el contagio ocurre cuando un mosquito pica a un animal o a una persona infectada y, posteriormente, transmite el virus al picar a otros humanos. En este contexto, los monos no actúan como transmisores directos del virus, sino que, al igual que los humanos, son víctimas de la enfermedad.

El director de la CAR, Alfred Ballesteros, también utilizó su cuenta en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) para reiterar esta información y enfatizar la importancia de proteger a la fauna silvestre. La entidad hizo un llamado a la ciudadanía para evitar la desinformación y comprender el verdadero papel de los primates en la dinámica de la fiebre amarilla.

Monos como centinelas: una herramienta para la prevención

Monos muertos en Tolima alertaron
Monos muertos en Tolima alertaron sobre la propagación del virus en la región - crédito @Alfred_Balle / X

Lejos de ser una amenaza, los monos desempeñan un papel fundamental en la detección temprana de la fiebre amarilla. La veterinaria de la CAR, Zara Cantillo, explicó que estos animales son considerados “especies centinelas” debido a su susceptibilidad al virus. Según detalló, los primates pueden actuar como reservorios naturales del virus y, en caso de infección, alertar a las autoridades sanitarias sobre la presencia de la enfermedad en una zona específica.

“En los casos positivos de monos con fiebre amarilla, pueden indicarnos las áreas afectadas y permitir que las autoridades implementen acciones de prevención y control”, señaló Cantillo. Este enfoque permite a los organismos de salud pública identificar rápidamente las regiones en riesgo y tomar medidas para proteger tanto a las comunidades humanas como a los ecosistemas locales.

La vacunación, la principal herramienta de protección

La vacunación, esencial para prevenir
La vacunación, esencial para prevenir la fiebre amarilla en zonas afectadas - crédito Minsa

En su comunicado, la CAR subrayó que la medida más efectiva para prevenir la fiebre amarilla es la vacunación. La entidad recomendó a las personas que planeen viajar a zonas endémicas aplicarse una dosis única de la vacuna al menos 10 días antes del viaje, con el objetivo de garantizar su efectividad. Esta estrategia no solo protege a los individuos, también contribuye a reducir la propagación del virus en las comunidades.

El brote actual puso en evidencia la importancia de la educación y la sensibilización sobre la fiebre amarilla, así como la necesidad de proteger a la fauna silvestre que, como los monos, juega un papel crucial en la vigilancia epidemiológica. La CAR insistió en que la colaboración entre las autoridades, las comunidades y los expertos en salud es esencial para enfrentar esta emergencia sanitaria y evitar futuros brotes.

La CAR concluyó su mensaje instando a la población a informarse de manera responsable y a evitar acciones que puedan poner en peligro a los primates y otros animales silvestres. En un contexto de emergencia sanitaria, la desinformación puede generar daños irreparables tanto para la salud pública como para los ecosistemas.