
Alimentos nutritivos y seguros, y medios de vida inclusivos y sostenibles. Estas fueron las dos metas que buscó el Programa GrowQC, en Quezon, Filipinas, que ya logró reconocimiento internacional. El aislamiento y los desafíos de la pandemia empeoraron el difícil panorama socioeconómico de los habitantes de la ciudad. A través de la exención impositiva por tres años para los propietarios de tierra que estaba ociosa, se logró la creación de 337 huertas y diez granjas urbanas productivas modelo; en una superficie de 381.650 metros cuadrados. Así se les garantizó el sustento a más de 4.675 trabajadores y se redujeron las emisiones producidas por el transporte de alimentos.
Durante el aislamiento más intenso de la ciudad en 2021, el programa aseguró 1.7 millones de comidas a 325.600 familias. Casi 3.600 residentes, que tenían ingresos bajos o nulos, fueron capacitados como agricultores. Así, también se mejoró la salud de las comunidades que tenían inseguridad alimentaria, es decir, que no accedían a la cantidad ni a la calidad de alimentos mínimos necesarios.
GrowQC también promueve la economía circular con su esquema de “la granja a la mesa y los residuos a energía”. Es un sistema alimentario integrado sostenible fácilmente replicable en otras ciudades.

En octubre pasado, se celebró la Cumbre Mundial de Alcaldes C40 en Buenos Aires, la conferencia trienal de acción climática de 96 ciudades miembro que también reúne a empresarios, filántropos, activistas, científicos y líderes para debatir ideas audaces, mostrar soluciones innovadoras y acordar acciones para crear un futuro sostenible e inclusivo. En el marco de este encuentro, se entregaron los Premios C40 Cities Bloomberg Philanthropies, en los cuales GrowQC fue uno de los 20 finalistas en la categoría que distinguió soluciones climáticas innovadoras. Estos premios son un reconocimiento a los proyectos de acción climática más disruptivos, ambiciosos e inclusivos liderados por ciudades. En esta edición se postularon setenta ciudades de todo el mundo.
Acción climática en los gobiernos locales
Durante la C40, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, con el apoyo de la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP), firmó la Declaración de Buenos Aires: Gobierno Abierto para la acción climática en los Gobiernos locales. Las otras ciudades que adhirieron al documento fueron justamente Quezon (de Filipinas, representada por su alcaldesa e impulsora de GrowQC Joy Belmonte), San Pablo (Brasil) y la Región Metropolitana de Santiago de Chile.
“La Declaración de Buenos Aires es el primer acuerdo entre gobiernos locales en impulsar la apertura de información ambiental y la participación ciudadana para mitigar el cambio climático. Tiene como principal antecedente el Acuerdo de Escazú, firmado en 2018 por gobiernos nacionales de la región en Costa Rica, y marca una serie de principios fundamentales para fortalecer los mecanismos de gobierno abierto para la acción climática”, se explica en el sitio oficial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Estos principios incluyen: la colaboración y articulación multilateral entre gobiernos locales, la rendición de cuentas sobre la gobernabilidad ambiental, la transparencia, la participación ciudadana y la innovación para construir alternativas frente a los desafíos que plantea el contexto climático actual”.

Desafíos y oportunidades
Entre otras cosas, Quezon lanzó GrowQC para hacerle frente al creciente desafío del hambre entre los residentes más vulnerables. El acceso de primera mano a alimentos frescos tuvo un impacto positivo en la salud y en el bienestar de comunidades muy afectadas por la falta de alimento.
Con el afianzamiento del programa, el Gobierno también estableció una cocina móvil para alcanzar con comidas nutritivas a los sectores de la ciudad que más lo necesitan. Las comidas se hacen con ingredientes de las granjas comunitarias urbanas. La meta del grupo de trabajo de seguridad alimentaria de la ciudad es asegurar una cocina móvil para cada distrito.
El reciente informe Construyendo resiliencia alimentaria y nutricional en la ciudad de Quezon: un estudio de caso sobre sistemas alimentarios integrados, de eatforum.org junto al Gobierno de Quezon y Unicef, trata el programa en profundidad. EAT es una start-up global sin fines de lucro, con sede en Noruega, dedicada a transformar el sistema alimentario global a través de ciencia sólida, soluciones disruptivas y asociaciones novedosas.
El trabajo explica que la agricultura urbana integrada cumple un rol central en la construcción de un sistema alimentario diverso y resiliente, mientras reconecta a las personas con alimentos más nutritivos. “La agricultura urbana puede contribuir a alimentar a los ciudadanos localmente mediante la producción de alimentos de calidad distribuidos a través de cadenas de suministro cortas, reduciendo la brecha entre productores y consumidores. Además, puede desempeñar otras funciones cruciales, como la provisión de servicios ecosistémicos, abriendo oportunidades para mejorar el bienestar y crear sinergias con otros sectores, incluido el agua, energía, calidad del aire y residuos”, señala.

Pero, a pesar de su potencial, los expertos destacan que las posibilidades de que la agricultura urbana garantice la autosuficiencia alimentaria de una ciudad son muy bajas. Las barreras aparecen en la poca tierra disponible y los desafíos para sembrar ciertos alimentos en ella.
Esto no quita que, desarrollada de manera inclusiva y regenerativa, la agricultura urbana integrada ayude a los ciudadanos a recuperar el conocimiento sobre cómo y dónde pueden estar disponibles los alimentos y fomente un consumo más responsable, basado en la antigua relación que las personas teníamos con la comida. La presencia de la naturaleza en la ciudad colabora en la mejora de las condiciones sociales y del tejido ambiental porque genera mayor participación de las personas en su propio sustento, emprendimientos e iniciativas superadoras de nuestro actual modelo alimentario.
Así, la agricultura urbana en Quezon funcionó como puente hacia la seguridad alimentaria y la mejora sostenida en la nutrición de los sectores que lo necesitaban con más urgencia pero también como un modelo posible de producción y consumo para el resto de la población.
El informe también destaca que este enfoque puede acercar a la ciudad a posicionarse como una empresa verde y resiliente de alimentos en Filipinas y sumar beneficios satelitales en distintos sectores, en línea con la agenda de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Por ejemplo: “Mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, aumentar la productividad y la calidad del suelo en el casco urbano, crear oportunidades de subsistencia a lo largo de la cadena de producción y suministro de alimentos, aprovechar soluciones basadas en la naturaleza para apoyar la biodiversidad y reducir la ciudad huella ecológica y crear espacios que contribuyan a mejorar la salud y el bienestar humanos”.

Los ODS de las Naciones Unidas son un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos sus Estados miembros aprobaron 17 objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzarlos en 15 años. Tal como explican en el sitio oficial de las Naciones Unidas, aunque en algunos lugares se está progresando, las medidas encaminadas a lograr estas metas aún no avanzan a la velocidad ni en la escala necesarias. El objetivo es que la década en curso marque un periodo de acción ambiciosa a fin de alcanzar los objetivos para 2030.
En un contexto en el que aún hacen falta muchas más acciones y la firme y sostenida decisión de todos los Gobiernos, GrowQC logró posicionarse como un programa modelo.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN.
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