Una aldea solo para ellas: así es Umoja, el paraje que revolucionó el papel de la mujer en África

En el corazón de Samburu, un pequeño asentamiento se convirtió en un símbolo de resistencia femenina. Cómo la unión, la iniciativa y el trabajo colectivo pueden transformar costumbres, abrir oportunidades educativas y fortalecer la independencia de niñas y adultas en entornos rurales africanos

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El modelo comunitario de Umoja
El modelo comunitario de Umoja inspiró la creación de iniciativas similares en otras zonas rurales de Kenia Crédito: OCHA/Joy Maingi

El poblado de Umoja, localizado en el centro de Kenia, se consolidó en 1990 como un refugio exclusivo para mujeres que buscan autonomía y protección ante la violencia. En este enclave, las habitantes crearon una economía local sostenida por la artesanía de mporos, collares simbólicos de la cultura samburu, y redefinieron los roles tradicionales al prescindir de la intervención masculina en su vida y en sus rituales.

La comunidad, que alberga alrededor de 50 personas entre mujeres y niños, se transformó en un modelo de empoderamiento en una región de tradición patriarcal. La fundadora del pueblo, Rebecca Lolosoli, impulsó la creación del espacio luego de sufrir abusos en el ámbito doméstico y recibir ataques por desafiar costumbres locales.

Su iniciativa surgió tras abandonar a su esposo y convocar a otras mujeres que compartían experiencias similares. Lolosoli enfatiza que en Umoja, los hombres no pueden residir y toda mujer de Kenia encuentra bienvenida si lo necesita.

Umoja, la aldea de mujeres
Umoja, la aldea de mujeres en Kenia, prohíbe la entrada a hombres y promueve la autonomía femenina Crédito: OCHA/Joy Maingi

De acuerdo a CNN, el arte y la artesanía forman la base de la economía en Umoja. Las mujeres confeccionan los mporos, collares hechos a partir de miles de cuentas de vidrio de colores intensos.

Los ornamentos poseen significados particulares en la cultura samburu y representan la independencia económica del grupo. Las piezas se venden en las rutas próximas a la aldea y constituyen el sustento principal del poblado.

Tradición y transformación en el corazón de Samburu

Lolosoli y las artesanas compran por su propia cuenta los ornamentos para llevar adelante sus tareas. Esto modifica la estructura social interna y marca una ruptura con la dependencia de los hombres para la obtención de bienes. De acuerdo con el reporte de Atlas Obscura, la habilidad artesanal de las habitantes contribuyó a crear una fuente de ingresos que financia vivienda, educación y servicios en la villa.

La comunidad de Umoja se
La comunidad de Umoja se fundó en 1990 como refugio para mujeres víctimas de violencia en Samburu Crédito: OCHA/Joy Maingi

La historia de los abalorios en la región se remonta a entierros de comunidades nilosaharianas, antecesoras de los samburu, donde arqueólogos hallaron cuentas de conchas marinas, huesos y piedras importadas. En la actualidad, según The Guardian, la preferencia es por el vidrio, aunque algunas mujeres emplean semillas pintadas para elaborar collares y adornos.

Las mporos reúnen usos ceremoniales y prácticos. Según las fuentes, estos collares se emplean en ritos sociales, celebraciones y rituales de paso. Las familias transmiten conocimientos artesanales de generación en generación y atribuyen a los collares poderes protectores o de buena fortuna, mientras se reconoce su función estética durante las danzas.

Las prácticas culturales tradicionales evolucionaron dentro de Umoja. Las mujeres del lugar rechazan la mutilación genital femenina y la sexualización de niñas mediante obsequios de collares rojos, costumbre ampliamente criticada fuera de la villa.

La economía de Umoja se
La economía de Umoja se sostiene gracias a la artesanía de mporos, collares tradicionales de la cultura samburu Crédito: OCHA/Joy Maingi

“Nuestras hijas están protegidas contra la esclavitud sexual y la mutilación genital femenina”, afirmó Lolosoli, citada por Atlas Obscura. El cambio se produjo sin que la comunidad abandonara otras costumbres, como la circuncisión de varones con prácticas respetuosas debidamente controladas.

La organización interna de Umoja contempla la posibilidad de que los hijos varones permanezcan hasta la adolescencia y luego busquen residencia fuera del pueblo.

Las madres pueden elegir acompañarlos o quedarse en la aldea. Mientras tanto, niñas y mujeres acceden a educación formal y pueden decidir su permanencia y actividades.

Rebecca Lolosoli, fundadora de Umoja,
Rebecca Lolosoli, fundadora de Umoja, impulsó el empoderamiento femenino tras sufrir abusos y desafiar tradiciones Crédito: OCHA/Joy Maingi

Las residentes reciben apoyo de organizaciones y benefactores, además de las ventas directas de sus productos. Atlas Obscura detalló que, en fechas recientes, los fondos se destinan a mejorar servicios, construir instalaciones y patrocinar la educación universitaria de las mujeres más jóvenes.

El entorno natural cercano a Umoja se reconoce por la presencia del río Ewaso Ng’iro y reservas como Kalama Community Conservancy, dirigidas en parte por descendientes de las pioneras del pueblo. El modelo comunitario de Umoja inspiró la creación de iniciativas equivalentes en otras zonas rurales de Kenia, donde el rol de la mujer sigue en transformación.

Las collares mporo pasaron de ser una manifestación de dominio masculino a un emblema de autonomía y sustento en Umoja, de acuerdo con la reconstrucción de Atlas Obscura.