Cómo funciona la impresionante red de tuberías subterráneas que utiliza el agua del Sena para enfriar el Louvre y otros 800 edificios en París

El innovador sistema red ayuda a disminuir el consumo energético y posiciona a la capital francesa como referente en soluciones climáticas avanzadas

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El sistema de refrigeración urbana
El sistema de refrigeración urbana de París utiliza el agua del Sena para enfriar 800 edificios durante el verano (AFP)

París, célebre por el romanticismo de sus calles y la majestuosidad de su arquitectura, incorpora hoy una solución innovadora para uno de los desafíos crecientes del cambio climático: la necesidad de mantener espacios frescos en medio de olas de calor cada vez más frecuentes. El río Sena, símbolo de la ciudad, abandona provisionalmente su rol meramente paisajístico para convertirse en pieza clave de un sofisticado sistema de refrigeración urbana implantado en la capital francesa.

Funcionamiento y extensión actual del sistema de refrigeración

Según informó GNN, el mecanismo central de este proyecto consiste en una red actualmente conformada por alrededor de 96 kilómetros de tuberías que transportan agua del Sena para enfriar hasta 800 edificios en la ciudad. Este entramado tecnológico, invisible a la vista del paseante, opera a través de bombas e intercambiadores de calor. El proceso se basa en el aprovechamiento de la temperatura más baja de la corriente subterránea del Sena: el intercambiador de calor utiliza dicha corriente para reducir la temperatura del aire que circula en las instalaciones conectadas.

La red de tuberías subterráneas
La red de tuberías subterráneas aprovecha la temperatura del Sena para reducir el consumo energético y combatir el calor urbano

La lógica de funcionamiento es sencilla pero efectiva. El agua del río, que es mucho más densa que el aire, se emplea como medio de almacenamiento y transporte térmico. Dicha eficiencia permite que el agua retire el calor interior de los edificios de forma significativa y, una vez que esta ha absorbido la energía calórica, es devuelta al río, ya sin el excedente de temperatura. De este modo, el Sena ayuda a París a capear los sofocantes veranos, protegiendo a los ocupantes de viviendas, oficinas y otras instalaciones.

Ventajas y eficiencia del sistema

GNN también ha informado que uno de los principales argumentos a favor de este modelo es su notable eficiencia y el bajo impacto ambiental que genera en comparación con métodos convencionales de refrigeración. El agua —al ser 800 veces más densa que el aire— es mucho más eficaz a la hora de absorber y transferir calor, lo que reduce el consumo energético necesario para mantener frescos los edificios.

También existen ventajas desde la perspectiva del urbanismo y la salud pública: a diferencia de los sistemas de aire acondicionado tradicionales, que expulsan el calor hacia el exterior, este sistema evita contribuir al fenómeno de isla de calor urbana, un problema agravado por la proliferación de equipos de climatización convencionales en las metrópolis.

El sistema de refrigeración urbana ha conseguido cotas de rendimiento que consolidan a París como referente internacional en este tipo de estrategias. Los testimonios recogidos entre usuarios y funcionarios evidencian el grado de satisfacción con la propuesta, que no solo repercute en el bienestar de los residentes, sino que también alimenta un sentimiento de orgullo ciudadano por el carácter innovador y sostenible de la iniciativa.

Proyectos de expansión y limitaciones

Con la demanda en aumento, las autoridades y empresas responsables ya han puesto en marcha ambiciosos planes de ampliación. El objetivo es incrementar la red hasta alcanzar unos 245 kilómetros de tuberías, lo que permitirá conectar a más de 2.200 edificios adicionales en distintos puntos de la ciudad. Sin embargo, el crecimiento enfrenta desafíos específicos y particulares de una urbe milenaria como París. La profundidad del Sena no puede modificarse por tratarse de un río históricamente protegido y supervisado por organismos internacionales, y las obras de excavación para instalar conductos avanzan a un ritmo lento, dada la abundancia de restos arqueológicos y la importancia patrimonial de la capital francesa.

Esta expansión, si bien técnicamente limitada, representa un paso relevante para garantizar espacios confortables durante los recurrentes episodios de altas temperaturas. París sigue adaptándose a los efectos del cambio climático, consolidando su posición en la vanguardia europea de las soluciones urbanas sostenibles.

Ejemplo emblemático: el Museo del Louvre

El Museo del Louvre es
El Museo del Louvre es uno de los principales beneficiarios, garantizando la conservación de obras de arte con menor impacto ambiental (REUTERS/Benoit Tessier)

Entre los usuarios más ilustres del sistema se encuentra el Museo del Louvre, edificio icónico tanto por su arquitectura como por el muestrario inigualable de arte mundial que aloja en sus salas. El Louvre requiere 12 megavatios de potencia de refrigeración —doce veces más que cualquier edificio promedio beneficiario de la red— para asegurar las condiciones de temperatura y humedad idóneas necesarias para la conservación de piezas artísticas y artefactos históricos.

Gracias a la infraestructura basada en el Sena, el coste energético se reduce al necesario para bombear agua, lo que convierte al museo en símbolo de la capacidad de integración entre patrimonio cultural y tecnología ambiental.

Contexto histórico y ambiental: olas de calor y la recuperación del Sena

Las autoridades planean expandir la
Las autoridades planean expandir la red a 245 kilómetros para conectar más de 2.200 edificios adicionales en París

El contexto que propicia este desarrollo combina factores climáticos y ambientales. En los últimos cuatro años, París ha enfrentado olas de calor extremas con regularidad, lo que ha intensificado la necesidad de acceso a espacios frescos y protegidos. Esta prioridad remite, en cierto modo, a costumbres del siglo XIX, cuando bañarse en el Sena era práctica habitual durante los meses calurosos, costumbre que fue cediendo frente al avance de la contaminación en el río.

Con la reciente limpieza del Sena, la ciudad recupera parte de su relación histórica y sostenible con el río, dotándolo de una función adaptada a la modernidad al tiempo que protege tanto a residentes como a visitantes que buscan resguardo frente a las altas temperaturas.

Modelos complementarios: calefacción urbana

Paralelo a este modelo de refrigeración, París desarrolla sistemas de calefacción urbana basados en el mismo principio de transferencia térmica. En este caso, se utiliza el exceso de calor generado por fábricas y centros de datos para calentar agua distribuida a edificios conectados. Esta agua eleva la temperatura del aire interior y posteriormente regresa a las instalaciones industriales para reiniciar el ciclo. Así, la ciudad apuesta por un equilibrio energético eficiente tanto para los meses de verano como los meses fríos, consolidando un modelo de gestión térmica integral y adaptativo ante los desafíos ambientales actuales.