Cuatro personas y un museo: cómo era Tilt Cove, el pueblo canadiense abandonado tras 150 años de historia

La decisión de trasladar a sus últimos residentes pone fin a este remoto enclave costero que alguna vez prosperó gracias a la minería

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La reubicación de los últimos
La reubicación de los últimos cuatro habitantes de Tilt Cove pone fin a más de 150 años de vida en el pueblo (Imagen Ilustrativa Infobae)

La decisión de reubicar a los últimos habitantes de Tilt Cove en Terranova, Canadá, pone fin a más de 150 años de historia minera y vida comunitaria en este pequeño asentamiento a orillas del Atlántico. Las cuatro personas que aún residen en el pueblo acordaron trasladarse, lo que dejará a esta emblemática localidad sin población permanente.

La noticia confirma la desaparición de uno de los puntos más singulares del mapa canadiense. Según detalló The Spanish Media, la reubicación formal se estableció para el 31 de marzo de 2025, aunque las autoridades provinciales de Terranova y Labrador permitieron flexibilidad para que los residentes culminen la mudanza a sus nuevos destinos.

El Departamento de Asuntos Municipales aún no determinó la fecha definitiva para suspender los servicios de energía eléctrica y agua. Hasta el momento se mantienen conversaciones para coordinar el proceso final.

La historia de Tilt Cove se remonta a 1864, año en que la mina de cobre comenzó a operar en la región. Esta actividad minera otorgó vida al pueblo durante más de un siglo y alcanzó una población de más de 400 habitantes en su periodo de mayor prosperidad. El cierre de la mina en 1967 marcó el inicio de un pronunciado declive. En 1991 se contaban solo 17 residentes y, desde entonces, el éxodo continuó hasta limitarse a solo cuatro personas en la actualidad, todas ellas ahora dispuestas a acogerse al plan oficial de reubicación.

Tilt Cove, alguna vez próspero
Tilt Cove, alguna vez próspero enclave minero, queda sin población permanente tras décadas de declive (Imagen Ilustrativa Infobae)

El programa promovido por el gobierno de Terranova y Labrador ofrece entre 250.000 y 270.000 dólares a cada propietario que decida abandonar la localidad. Esta propuesta fue aceptada por unanimidad por los últimos habitantes de Tilt Cove en 2023 y consolidó el cierre definitivo de la comunidad como núcleo habitado.

El entorno natural de Tilt Cove se define por un pequeño lago circular rodeado de colinas rocosas y la proximidad directa al océano. A pesar de que muchas de las viviendas se encuentran actualmente en ruinas, el lugar conserva huellas de lo que fue una vibrante comunidad minera. En épocas anteriores existieron instalaciones como una pista de curling, un centro comunitario y eventos sociales que marcaban la vida cotidiana de los pobladores.

El cartel con la leyenda “Tilt Cove: El pueblo más pequeño de Canadá. Población: 4 habitantes” simboliza la resistencia y el sentido de pertenencia de quienes habitaron el lugar. Aunque la infraestructura social del pueblo desaparece, el recuerdo permanece entre las familias que se criaron en sus calles. La reunión conmemorativa prevista para este verano boreal representa la voluntad de exresidentes de rendir homenaje a la comunidad y reforzar el lazo emocional que existe todavía hacia el sitio.

El cartel de 'El pueblo
El cartel de 'El pueblo más pequeño de Canadá' simboliza la resistencia y el sentido de pertenencia de sus habitantes (Imagen Ilustrativa Infobae)

El caso de este pueblo refleja el fenómeno más amplio del declive de las comunidades mineras en Canadá. La desaparición efectiva del pueblo convierte en memoria colectiva lo que durante años fue un hogar activo, con familias, niños y un intenso intercambio social.

La transición formal hacia el abandono deja como último testimonio la memoria viva de sus antiguos residentes y el silencio definitivo sobre una larga tradición minera en la península de Baie Verte, situada a aproximadamente a 340 kilómetros al noroeste de St. John’s.

La historia de Tilt Cove se suma así a la de otras localidades que vieron nacer y desaparecer comunidades impulsadas por el auge y el ocaso de la minería, mientras las voces de quienes la habitaron buscan mantener vigente el espíritu que caracterizó a este pequeño enclave canadiense.