
En el corazón de Suiza, dos pequeños cantones han logrado lo que muchos de sus vecinos más grandes y famosos no han podido: convertirse en el epicentro de la riqueza nacional.
Zug y Schwyz, tradicionalmente discretos y alejados del bullicio de ciudades, encabezan hoy la lista de regiones con mayor concentración de millonarios per cápita en el país.
Según un análisis de datos gubernamentales realizado por SonntagsBlick, uno de cada ocho habitantes en estos cantones posee una fortuna de al menos un millón de francos suizos (1,2 millones de dólares), una proporción que supera ampliamente la media nacional y redefine el mapa de la opulencia helvética.

El atractivo de Zug y Schwyz no se limita a su paisaje alpino ni a su historia. Los números hablan por sí solos.
En Zug, existen 132 millonarios por cada 1.000 contribuyentes, mientras que en Schwyz la cifra alcanza los 125.
Estas tasas duplican o incluso triplican las de otros cantones suizos. Nidwalden, con 104 millonarios por cada 1.000 contribuyentes, y Appenzeller Innerrhoden, con 93, siguen en la lista, pero a cierta distancia.
Zurich, el cantón más poblado y tradicionalmente asociado con la banca y los negocios, ocupa el quinto lugar, con 92 millonarios por cada 1.000 contribuyentes. Ginebra, la ciudad francófona más destacada, cuenta con 62, mientras que Vaud registra 57.
En términos absolutos, Zurich sigue liderando por el volumen total de millonarios, pero en proporción a su población, Zug y Schwyz han tomado la delantera.

A nivel nacional, Suiza alberga aproximadamente 800.000 millonarios en una población que no llega a los nueve millones, según el UBS Global Wealth Report 2024.
Esto sitúa al país en el cuarto lugar mundial en número total de millonarios, solo por detrás de Estados Unidos, China y Japón. Sin embargo, en términos per cápita, Suiza se destaca con 62 millonarios por cada 1.000 contribuyentes, una cifra que ha crecido notablemente desde los 11 registrados en 1969.

El imán fiscal: impuestos bajos como motor de atracción
La clave detrás de este fenómeno radica en la política fiscal. Estas ciudades han construido su reputación como paraísos fiscales internos, ofreciendo tasas impositivas considerablemente más bajas que las de otros cantones.
Según datos de Transforma AG citados por Bloomberg, un residente de Baar (en Zug) paga alrededor del 7,5% de impuestos personales sobre un ingreso de 100.000 francos suizos (unos 109.450 dólares), mientras que en Ginebra la tasa asciende al 16%.
Expertos consultados por SonntagsBlick coinciden en que esta competencia fiscal ha sido determinante. Christoph Schaltegger, profesor de economía política en la Universidad de Lucerna, mencionó que “da a las regiones remotas y estructuralmente débiles la oportunidad de competir contra los centros urbanos atractivos”. Schaltegger argumenta que, sin estos incentivos, la brecha entre las zonas rurales y las ciudades se ampliaría, dejando atrás a la periferia.
Zug, de ser una ciudad pobre a millonaria

La imagen de Zug como refugio de la élite financiera contrasta con su pasado modesto. Según Swiss Info, hasta mediados del siglo XX la ciudad era considerada pobre, lo que explica la conservación de su casco antiguo, con calles empedradas y casas de madera y piedra que han permanecido casi intactas durante décadas.
Cornelia Zahner, responsable de turismo en Zug, recuerda a ese medio que tienen un problema con la forma en que la gente se refiere a Zug solo en términos de su riqueza.
La historia de Zug está marcada por episodios trágicos, como las inundaciones del lago Zug en 1435 y 1887, que destruyeron viviendas y causaron numerosas víctimas.
La ciudad también conserva tradiciones que remiten a épocas de escasez, como el festival anual Bäckermöhli, en el que los gremios de panaderos y pasteleros reparten alimentos a los niños, recordando los tiempos en que la pobreza era la norma.
Hoy, la dualidad de Zug se refleja en su paisaje urbano: a pocos pasos de las torres de oficinas y las sedes de multinacionales, el visitante puede recorrer el casco antiguo, subir a la torre del reloj del siglo XIII y contemplar tanto los modernos rascacielos como las iglesias y calles históricas.
La ciudad mantiene una atmósfera en la que la herencia nacional convive con la opulencia contemporánea.

Lujo inmobiliario: la mansión de Niklas Nikolajsen y el mercado exclusivo
El auge de los millonarios ha transformado el mercado inmobiliario local, donde las propiedades de lujo alcanzan precios y características reservadas para una élite global.
Un ejemplo emblemático es la mansión St. Karlshof, propiedad de Niklas Nikolajsen, fundador de Bitcoin Suisse. Según Bluewin, Nikolajsen invirtió cerca de 60 millones de francos suizos (72 millones de dólares) en la restauración de esta residencia histórica a orillas del lago Zug.
Recientemente, Nikolajsen puso en venta la casa señorial del complejo, aunque continuará residiendo en el edificio central.
La mansión, de 550 metros cuadrados, cuenta con tres departamentos, bodega climatizada, cocina para eventos, bar privado, estacionamiento subterráneo y un baño comunal junto al lago.
El peso político de los ultra-ricos: Partners Group y el debate nacional
La influencia de los millonarios en Zug y Schwyz no se limita al ámbito económico o inmobiliario.
En los últimos años, figuras empresariales de alto perfil han comenzado a intervenir activamente en debates políticos de alcance nacional.
Un caso destacado es el de Alfred Gantner, Marcel Erni y Urs Wietlisbach, fundadores de Partners Group Holding AG, una de las firmas de capital privado más valiosas de Europa, con sede en Zug y una capitalización bursátil de 34.000 millones de francos suizos (39.600 millones de dólares), según Bloomberg.
Estos empresarios lideran la organización "Kompass Europa“, que propone que cualquier tratado internacional, como el que regula las relaciones entre Suiza y la Unión Europea, deba ser aprobado no solo por referéndum, sino también por la mayoría de los cantones. Esta exigencia podría dificultar la aprobación de acuerdos que incluyan la libre circulación de personas, un tema sensible en la política suiza.
Suiza en el contexto global: evolución y concentración de la riqueza

La concentración de millonarios en Zug y Schwyz es reflejo de una tendencia nacional que ha ido en aumento durante las últimas décadas.
Según datos de Credit Suisse y recogidos por The Local, el número de millonarios en Suiza ha pasado de 11 por cada 1.000 contribuyentes en 1969 a 62 en 2017. Actualmente, alrededor del 14,9% de la población adulta suiza es millonaria, lo que sitúa al país en el primer puesto mundial en proporción de grandes fortunas.
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