
Santa Sofía, uno de los monumentos más emblemáticos de Estambul y del mundo, será sometida a una restauración histórica que busca garantizar su conservación tras casi 1.500 años de existencia. Según informó Reuters, los trabajos se centrarán en reforzar la estructura del edificio, especialmente su icónica cúpula, y en restaurar los mosaicos que decoran su interior. Este proceso, que no tiene una fecha de finalización definida, se llevará a cabo sin cerrar el acceso al público, permitiendo que tanto fieles como visitantes continúen disfrutando de este símbolo arquitectónico y cultural.
El edificio, que ha sido catedral, mezquita, museo y nuevamente mezquita, es considerado una joya de la arquitectura bizantina y otomana. Según detalló REUTERS, las obras incluirán el desmontaje de las cubiertas de la cúpula para su reparación o reemplazo, así como la instalación de una estructura de acero que protegerá el interior de las condiciones climáticas. Además, se utilizarán grúas y plataformas sostenidas por cuatro columnas para facilitar el trabajo en los mosaicos, el techo y los minaretes. Estas medidas buscan preservar la integridad del monumento, que desde 1985 forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Simulaciones sísmicas revelan puntos débiles en la estructura
De acuerdo con Reuters, las autoridades han recurrido a simulaciones de terremotos para identificar posibles vulnerabilidades en la estructura de Santa Sofía, un paso crucial considerando la actividad sísmica de la región. Este análisis se realizó tras un reciente sismo de magnitud 6,2 que sacudió la zona, subrayando la necesidad de reforzar el edificio. Sin embargo, los expertos anticipan que podrían surgir nuevos desafíos una vez que comiencen las obras.
El historiador de arte bizantino Asnu Bilban Yalcin explicó a Reuters que este tipo de proyectos suelen deparar hallazgos inesperados. “Es realmente una estructura llena de sorpresas, porque a veces las cosas se desarrollan de una forma inesperada. Es decir, uno la diseña y la planifica, pero al abrirla, las cosas pueden resultar diferentes”, afirmó. Estas palabras reflejan la complejidad de trabajar en un edificio con casi 15 siglos de historia, cuya construcción data original del año 537.
Un legado que trasciende épocas y religiones

Santa Sofía ha sido testigo de algunos de los momentos más significativos de la historia de Estambul. Durante nueve siglos, fue la catedral más grande del mundo, hasta que en 1453 el sultán otomano Mehmet el Conquistador la transformó en mezquita tras la conquista de la ciudad. En 1935, en el gobierno de la república secular de Turquía, el edificio fue convertido en museo, atrayendo a millones de visitantes de todo el mundo. Sin embargo, en 2020, el régimen turco decidió devolverle su función como mezquita, una decisión que generó controversia a nivel internacional.
A pesar de su uso religioso, Santa Sofía continúa siendo un destino turístico de primer orden. Según Reuters a partir de 2024, los visitantes empezaron a pagar una entrada para acceder al complejo, aunque no se planea restringir el acceso durante las obras de restauración. Este enfoque busca equilibrar la preservación del monumento con su función como lugar de culto y atracción turística.
La cúpula: el corazón de la restauración

Uno de los elementos más destacados de Santa Sofía es su monumental cúpula, que en su época fue considerada una maravilla de la ingeniería. Preservar esta estructura es una de las prioridades del proyecto de restauración. Según REUTERS, las cubiertas de la cúpula serán desmontadas cuidadosamente para evaluar su estado y realizar las reparaciones necesarias. Este proceso no solo busca garantizar la estabilidad del edificio, sino también proteger los valiosos mosaicos que decoran su interior.
Los mosaicos de Santa Sofía, que representan escenas religiosas y figuras históricas, son otro de los tesoros que serán restaurados. Para ello, se instalará una plataforma especial que permitirá a los expertos trabajar en ellos sin dañar otras partes del edificio. Este enfoque meticuloso refleja la importancia de preservar cada detalle de este monumento, que ha sido un símbolo de la convivencia entre culturas y religiones a lo largo de los siglos.
Un futuro incierto pero prometedor
Aunque no se ha establecido una fecha de finalización para las obras, los expertos coinciden en que este proyecto es esencial para garantizar la supervivencia de Santa Sofía frente a los desafíos del tiempo y la naturaleza. De acuerdo con Reuters, el edificio permanecerá abierto al público durante todo el proceso, permitiendo que fieles y turistas sigan disfrutando de su majestuosidad mientras se llevan a cabo los trabajos.
La restauración de Santa Sofía no solo busca preservar un monumento histórico, sino también honrar su legado como un símbolo de la rica y compleja historia de Estambul. A medida que avancen las obras, es probable que surjan nuevos descubrimientos que arrojen luz sobre los secretos de este icónico edificio, reafirmando su lugar como uno de los tesoros culturales más importantes del mundo.
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