
En la primavera de 1944, un bombardero estadounidense en misión de combate sufrió un trágico accidente sobre las aguas cercanas a Papúa Nueva Guinea. Este suceso marcaría el destino de toda una tripulación, cuyos restos permanecieron desaparecidos durante más de ocho décadas.
El caso de Herbert G. Tennyson, uno de los miembros, es un testimonio de tantos años de incertidumbre que vivieron muchas familias de soldados caídos en la Segunda Guerra Mundial.
Cómo fue el accidente
El 11 de marzo de 1944, Herbert G. Tennyson, un primer teniente de 24 años del Ejército de los Estados Unidos, volaba en un bombardero B-24D conocido como “El cielo puede esperar”. Durante la misión sobrevolando la bahía de Hansa, en Papúa Nueva Guinea, una serie de tragedias se desataron. Cuando el avión se aproximaba a Awar Point, su bodega de bombas estalló en llamas, un desastre que provocó un fuego que rápidamente se extendió a la sección de cola del aeroplano.
Según la Agencia de Contabilidad de Prisioneros de Guerra y Desaparecidos de Defensa (DPAA), varios miembros de la tripulación intentaron saltar del avión en un intento por salvar sus vidas. Uno de ellos se lanzó sin paracaídas, mientras que otros dos saltaron con paracaídas que aparentemente no se desplegaron. La nave, ya gravemente dañada, comenzó a inclinarse hacia la izquierda y se estrelló contra el agua frente a Awar Point, acabando con la vida de todos a bordo.
Los intentos iniciales de rescate, que incluyeron un sobrevuelo por parte de aviones cercanos, no tuvieron éxito en la localización de supervivientes ni restos del bombardero. Finalmente, las autoridades dieron por muertos a los once miembros de la tripulación, entre los que se encontraba Tennyson.
Los esfuerzos por encontrar al avión
El Servicio de Registro de Tumbas de Estados Unidos (SRT) se encargó inicialmente de la búsqueda de los restos de los tripulantes, regresando a la zona de la bahía de Hansa tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a pesar de los intentos, no lograron encontrar ninguna pista significativa sobre el paradero del bombardero ni de los miembros de la tripulación. Estos esfuerzos dejaron a las familias con una sensación de vacío y desesperanza, un sentimiento que persistió por décadas. Finalmente, en 1948, el servicio suspendió la operación de búsqueda.
En 2013, los descendientes de los tripulantes del B-24D comenzaron a tomar la iniciativa en la búsqueda. Los familiares de Thomas V. Kelly Jr., un miembro clave de la tripulación, decidieron contactar a Project Recover, una organización sin fines de lucro dedicada a encontrar, recuperar y repatriar los restos de militares estadounidenses desaparecidos en combate. La investigación de los familiares cambió el curso de la búsqueda, llevando a la organización a priorizar la zona de la bahía de Hansa, donde el bombardero “El cielo puede esperar” había caído.
A partir de esa intervención, Project Recover comenzó un nuevo esfuerzo en ese mismo año. Los voluntarios, con el apoyo de tecnología avanzada, como robots submarinos y escáneres de sonar, pasaron casi dos semanas rastreando el fondo marino de la zona. Su trabajo comenzó a rendir frutos en 2018, cuando localizaron los restos sumergidos del bombardero a 213 pies de profundidad, cerca de Awar Point.

Recuperación de los restos
La localización del bombardero “El cielo puede esperar” a finales de 2018 fue solo el primer paso en un largo proceso de recuperación. En 2019, un equipo especializado de la DPAA fue enviado al sitio para inspeccionar los restos del avión. Se retiraron las municiones sin detonar, una operación crítica para garantizar la seguridad de los involucrados.
Posteriormente, en 2022, expertos de la DPAA excavaron el lugar para recuperar objetos, como equipos de soporte vital, etiquetas de identificación y artefactos personales. Los restos humanos, junto con los objetos encontrados, fueron enviados a los laboratorios de la DPAA para su análisis. Mediante pruebas de ADN mitocondrial y dental, los científicos lograron identificar a Herbert G. Tennyson, permitiendo su inclusión en los registros oficiales de la agencia.

Reconocimiento y entierro de Tennyson
El reconocimiento y entierro de Herbert marcó un momento de cierre para su familia, que había esperado más de 80 años para conocer el destino de su ser querido. Tras la identificación de sus restos, Tennyson será enterrado en Wichita, Kansas, en un acto que rendirá homenaje a su sacrificio durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, se añadirá una roseta a su nombre en los Muros de los Desaparecidos del Cementerio y Memorial Americano de Manila, un símbolo de que finalmente se ha tenido conocimiento de su paradero y se ha logrado dar fin a la incertidumbre.
El resto de la tripulación
La búsqueda de los otros miembros de la tripulación continúa siendo un esfuerzo crucial. Aunque la DPAA ha identificado a varios, entre ellos Eugene J. Darrigan, Donald W. Sheppick y Thomas V. Kelly Jr., la localización y recuperación de los restos de los demás sigue siendo un desafío.
A pesar de los avances tecnológicos y el empeño de las familias, muchos de los soldados que iban a bordo del B-24D “El cielo puede esperar” siguen desaparecidos. La agencia mantiene abierta la investigación, con la esperanza de que, a medida que se continúen los esfuerzos en la zona, más restos puedan ser recuperados y, eventualmente, identificados.
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