
Leonardo Teófilo Guadalupe Ignacio del Corazón de Jesús Márquez Araujo, mejor conocido como Leonardo Márquez, o bien el Tigre de Tacubaya, nació en la Ciudad de México el 8 de enero de 1820.
A la corta edad de diez años se incorporó como cadete, a partir de ese momento la carrera de las armas sería el eje de su vida.
Fue un militar mexicano que peleó contra la invasión estadounidense, en donde ya contaba con grado de comandante de batallón, y durante la Guerra de Reforma, siguiendo las órdenes del conservador Miguel Miramón.

Márquez fue uno de los personajes más polémicos y repudiados en la historia de México, a tal grado de ser llamado traidor. Según Verónica González Laporte en la biografía que escribió sobre él, el Tigre de Tacubaya era considerado un persona impuntual, irresponsable y descuidado con las armas que estaban a su cargo.
Después de vencer a a los liberales comandados por Santos Degollado en Tacubaya el 11 de abril de 1859 se autoproclamó como El tigre de Tacubaya, pues se cuenta que después de haber fusilado a los jefes y oficiales enemigos, Leonardo Márquez también asesinó a los médicos y enfermeros, así como también a las personas que rondaban por la zona de batalla.
En su parte militar Márquez apuntó: “En este momento tengo la honra de enarbolar por mi propia mano en el fuerte de Chapultepec el pabellón nacional […] Este acto llena mi alma de un nuevo regocijo que no puedo explicar, y que me acompañará todo el resto de mi vida”. Pero este “regocijo” no sería lo único que lo acompañaría, ya que también lo haría el sobrenombre del “Tigre de Tacubaya”.

Entre las más de 50 personas asesinadas se encontraban el escritor y poeta Juan Díaz Covarrubias, el general retirado Marcial Lazcano, así como también el periodista y estudiante de Derecho Manuel Mateos. A las víctimas de este hecho se les conoce como Los Mártires de Tacubaya.
Se dice que cuando el general Lazcano reconoció a unos cuantos que habían sido sus subalternos dijo: “Hay cobardía y bajeza en insultar a un muerto”.
Otras de las personas a quién Márquez fusiló fue a uno de los personajes liberales más importantes y persona cercana a Benito Juarez, Melchor Ocampo, el 3 de junio de 1861.

Durante la caída del Segundo Imperio Mexicano, el Tigre de Tacubaya se postró ante Maximiliano de Habsburgo jurándole lealtad a la corona.
Sin embargo, cuando las tropas republicanas estaban a cargo de Mariano Escobedo, Leonardo Márquez le pidió permiso a Maximiliano para acudir a la Ciudad de México en busca de refuerzos, el emperador accedió, pero nunca más lo volvió a ver. El Tigre de Tacubaya se ocultó y abandonó el país. Pasó por Nueva York y luego se fue a La Habana, Cuba.
Acogido con la amnistía que en 1870 Benito Juárez había concedido a todos aquellos que habían defendido la causa conservadora y el proyecto del imperio, Márquez pidió apoyo en 1895 a Manuel Romero Rubio, suegro y secretario de Gobernación de Porfirio Díaz, para poder regresar a su país natal. Pisó tierra mexicana en mayo de 1895.
Tras la muerte de Romero Rubio, su protector, Márquez volvió a La Habana, país en donde falleciera en el año de 1913.
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