Una floración de algas nocivas sin precedentes provocó la muerte de más de un millón de animales marinos en Australia, según advirtieron científicos. La problemática afectó a más de 550 especies y generó síntomas respiratorios en la población humana.
Ahora se descubrió que el problema, que comenzó en marzo pasado y se mantiene activo, se atribuye a la proliferación de Karenia cristata, una especie de alga que hasta ahora no se había identificado como productora significativa de brevetoxinas, compuestos tóxicos que pueden dañar tanto la fauna marina como la salud de las personas.
Así lo reveló un estudio que aún espera revisión de pares en la plataforma bioRxiv. Los autores describieron el fenómeno como una amenaza emergente con consecuencias aún desconocidas en un contexto de cambio climático y alteraciones oceánicas.
Según el equipo internacional de científicos que lideró la investigación, “durante 2025 un evento de mortalidad marina sin precedentes, actualmente en curso, ocurrió en Australia del Sur”, con impactos que abarcan desde la biodiversidad hasta la salud pública.
Los investigadores señalaron que “por primera vez, la rara y poco conocida K. cristata produce cantidades significativas de brevetoxinas”, lo que representa un hallazgo clave para la ciencia marina.
Además, advirtieron: “Estos hallazgos revelan una nueva amenaza internacional emergente con consecuencias desconocidas en condiciones oceánicas cambiantes”.
El trabajo fue realizado por un consorcio de expertos de la Universidad de Tecnología de Sídney, la Universidad de Tasmania, el Instituto Cawthron de Nueva Zelanda, el Instituto de Investigación y Desarrollo de Australia del Sur y otras instituciones de Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Floraciones de algas nocivas
Las floraciones de algas nocivas (FAN) son un desafío mundial, pero la mayoría de estos eventos suelen ser breves y afectan áreas limitadas.
En cambio, la floración registrada en Australia del Sur desde marzo de 2025 extendió por más de 20.000 kilómetros cuadrados, con una duración superior a seis meses y una mortalidad masiva de animales marinos.
Este episodio se ubica entre los más extensos y dañinos documentados a nivel internacional.
La singularidad del evento radica en la dificultad para identificar la causa exacta y las especies responsables, ya que varias especies del género Karenia pueden coexistir y producir diferentes toxinas.
Tradicionalmente, Karenia brevis era la única especie reconocida por generar grandes cantidades de brevetoxinas, principalmente en Estados Unidos.
Sin embargo, la presencia dominante de K. cristata en Australia del Sur y su capacidad para producir estas toxinas marca un cambio en el conocimiento científico.
Los métodos y los resultados del estudio

El equipo recolectó muestras de agua entre marzo y septiembre en 39 sitios a lo largo de la costa de Australia del Sur, incluyendo zonas cercanas a la ciudad de Adelaida.
Se aplicaron técnicas avanzadas de secuenciación genética para identificar las especies en la zona. Los resultados mostraron que K. cristata dominó la mayoría de las muestras, con concentraciones que alcanzaron hasta 15 millones de células por litro en algunos puntos.
Los investigadores aislaron K. cristata en cultivo y analizaron su morfología mediante microscopía óptica y electrónica. Las células de esta especie se describen como frágiles, de rápido movimiento y con características distintivas en su estructura celular.
Además, se realizaron ensayos de toxicidad en células branquiales de trucha arcoíris, donde se observó una disminución significativa de la viabilidad celular a medida que aumentaba la concentración de algas.

El análisis ambiental incluyó el monitoreo de la clorofila mediante sensores satelitales. Se detectó así un aumento inusual de la biomasa fitoplanctónica durante el periodo de estudio.
El impacto ecológico fue devastador: la floración ha causado la muerte de más de un millón de animales marinos de al menos 550 especies, y se han reportado síntomas respiratorios en la población humana, especialmente en la ciudad de Adelaida.
Dos investigaciones gubernamentales se encuentran en curso para evaluar las causas y consecuencias del evento.

Los científicos aconsejaron profundizar en la investigación de los factores que desencadenan y mantienen las floraciones del alga K. cristata, ya que la identificación de esta especie como nueva productora de brevetoxinas plantea riesgos internacionales.
Entre las limitaciones, se señala la necesidad de estudios adicionales para determinar si el alga estuvo presente en Australia desde hace tiempo o si su aparición es reciente.
También se requiere comprender mejor los mecanismos ecológicos y oceanográficos que favorecen estas floraciones.
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