El fenómeno de la nieve de sangre en la Antártida y su vínculo con el cambio climático

Cuando las temperaturas suben, un organismo microscópico modifica la apariencia de paisajes helados y afecta al medio ambiente de manera significativa

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La “nieve de sangre”, un fenómeno sorprendente que ha fascinado a científicos durante siglos, no es producto de contaminación ni de sangre derramada, como su nombre podría sugerir, sino un proceso natural llevado a cabo por diminutos organismos que habitan en los paisajes nevados.

La “nieve de sangre”, un fenómeno sorprendente que ha fascinado a científicos durante siglos, no es producto de contaminación ni de sangre derramada, como su nombre podría sugerir, sino un proceso natural llevado a cabo por diminutos organismos que habitan en los paisajes nevados.

Este fenómeno se caracteriza por la coloración rojiza o rosada de la nieve, observable principalmente en zonas como los Alpes o la Antártida, y está vinculado directamente con las microalgas que proliferan en la nieve. Según National Geographic, la coloración de la nieve ocurre debido a la proliferación de microorganismos en la superficie del hielo, que se activa cuando la temperatura sube durante los meses cálidos, creando condiciones ideales para su reproducción.

La Sanguina nivaloides produce un
La Sanguina nivaloides produce un pigmento que tiñe de rojo los paisajes nevados

Lo que hace particular este fenómeno es la forma en que las microalgas afectan la nieve. Aunque puede parecer que la nieve es un entorno hostil para la vida, estas especies microscópicas han logrado adaptarse a condiciones extremas. La clave de este fenómeno reside en una microalga específica: Sanguina nivaloides, la que es capaz de producir un pigmento rojo conocido como astaxantina. Esta sustancia actúa como un protector solar natural, ayudando a las algas a resistir los efectos de la radiación ultravioleta cuando las temperaturas aumentan y la nieve comienza a derretirse. Las algas no son rojas por sí mismas, sino que producen el pigmento rojo para protegerse del daño que causa la radiación solar.

La nieve rojiza aparece con
La nieve rojiza aparece con mayor frecuencia debido al cambio climático y el calentamiento global (Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania)

Este proceso además de modificar el color de la nieve tiene consecuencias más amplias para el medio ambiente. La astaxantina protege a las algas y contribuye a que la nieve absorba más luz solar en lugar de reflejarla, lo que incrementa la cantidad de calor absorbido por la nieve. Como señaló BBC, mientras que la nieve blanca refleja hasta un 90% de la luz solar, la nieve teñida de rojo por las algas refleja una proporción mucho menor. Este cambio en la reflectividad tiene un impacto directo en el calentamiento global, ya que la nieve derretida expone más superficie de hielo o tierra, lo que acelera el derretimiento de los glaciares y las capas de nieve.

El fenómeno de la nieve de sangre también está relacionado con la retroalimentación positiva que acelera aún más este proceso. A medida que la nieve se derrite y se crean áreas más húmedas, las condiciones se vuelven aún más favorables para la proliferación de las microalgas, creando un círculo vicioso. Este efecto de retroalimentación amplifica los efectos del cambio climático, ya que el deshielo genera más agua que a su vez favorece la expansión de las algas, acelerando aún más el calentamiento de la región y la desaparición de la nieve estacional.

A nivel global, este fenómeno está cobrando una relevancia creciente debido a su impacto ambiental y su relación con el cambio climático. Eric Maréchal, coordinador de un estudio en los Alpes, publicado en Frontiers in Plant Science explicó que la proliferación de estas algas podría alterar los ecosistemas locales, ya que las algas de nieve forman parte de la base de la red alimentaria en las montañas. En este sentido, su aumento podría alterar las dinámicas ecológicas de estas regiones, afectando la biodiversidad y acelerando el derretimiento de los glaciares.

Las algas cambian la reflectividad
Las algas cambian la reflectividad de la nieve, aumentando la absorción de calor

Investigaciones recientes han puesto de manifiesto que la Sanguina nivaloides no es un fenómeno aislado, y que la expansión de las microalgas en la nieve está siendo influenciada por el cambio climático. Según un estudio de Microbiology Ecology, la aceleración de la tasa de fusión de la nieve, consecuencia directa de la proliferación de las algas, es más pronunciada en lugares como la Antártida y los Alpes, donde la pérdida de nieve y glaciares ha sido notable en las últimas décadas. Esto ha generado una preocupación creciente en la comunidad científica, ya que, el aumento en la temperatura global debido al cambio climático podría ser una de las principales razones del crecimiento desmedido de estas microalgas.

En este contexto, se ha identificado un efecto dañino en cadena que agrava el problema. Como advirtió la BBC, las áreas que se encuentran bajo la influencia del deshielo son más susceptibles a cambios, como el aumento de la proliferación de estas microalgas, lo que contribuye a un ciclo continuo de calentamiento y derretimiento. La retroalimentación creada por la nieve teñida de rojo es uno de los mecanismos que podría intensificar el calentamiento global, acelerando la desaparición de los glaciares y afectando los ecosistemas montañosos.

Detalle del alga en el
Detalle del alga en el microscopio

Aunque las microalgas como la Sanguina nivaloides han existido durante millones de años en estos ecosistemas nevados, su proliferación acelerada a lo largo de las últimas décadas se ha visto relacionada con el cambio climático. En este sentido, como mencionó Eric Maréchal, aunque no se trata de un fenómeno completamente nuevo, la creciente frecuencia de la nieve teñida de sangre en áreas de gran altitud o en el Ártico y Antártida está generando alarmas sobre los efectos a largo plazo de este fenómeno.

Las microalgas, aunque pequeñas, están revelando una profunda alteración en los ecosistemas montañosos y, por ende, un posible desencadenante de los efectos del calentamiento global que, si no se controlan, podrían transformar irreversiblemente el medio ambiente de la Tierra.