El observatorio solar SOHO cumple 30 años

Desde 1995, la misión conjunta entre la Agencia Espacial Europea y la NASA ha marcado un antes y después en el análisis del Sol, superando desafíos técnicos, innovando en meteorología espacial y logrando hitos inéditos en la observación astronómica

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En diciembre de 1998, el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) enfrentó una serie de fallos en sus giroscopios estabilizadores que abrieron paso a una crisis técnica. Según la información publicada por la Agencia Espacial Europea (ESA), estos problemas se sumaron a una etapa compleja iniciada dos años y medio después del despegue, cuando el satélite perdió control y contacto con la Tierra, lo que impulsó la organización de un equipo de rescate internacional dedicado durante meses a la recuperación de la nave. Esta sucesión de desafíos técnicos condujo a una solución innovadora: en febrero de 1999, los ingenieros instalaron un software que permitió a la nave operar de manera autónoma, sin necesidad de giroscopios, abriendo una nueva etapa en su contribución al estudio del Sol.

Desde el 2 de diciembre de 1995, SOHO permanece a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección al Sol, en una posición que le brinda la posibilidad de observar de forma continua la actividad de la estrella. De acuerdo con datos de la ESA y la NASA, SOHO se desplegó con la expectativa de una misión inicial de solo dos años, pero ha superado ampliamente este periodo y ya acumula más de 10.000 días de funcionamiento, convirtiéndose en una de las misiones espaciales con mayor longevidad. El observatorio ha registrado casi de forma ininterrumpida tres ciclos solares completos de once años cada uno, revelando información clave sobre la evolución y los comportamientos de la estrella anfitriona del sistema solar.

La profesora Carole Mundell, directora de Ciencia de la ESA, atribuyó la extensión y los resultados de la misión a la colaboración internacional y a la capacidad técnica de los equipos involucrados. Mundell expresó que “el ingenio de nuestros ingenieros, operadores y científicos, así como la colaboración internacional, demuestran que esta misión ha superado todas las expectativas”, subrayando que SOHO ha superado obstáculos significativos y consolidó su lugar en la historia de la exploración espacial, frente a contratiempos que amenazaron repetidamente su supervivencia.

Nicky Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, resaltó que el proyecto SOHO demuestra el valor del trabajo conjunto entre agencias espaciales estadounidenses y europeas. Fox detalló que la longevidad y el éxito operacional del observatorio solo han sido posibles gracias al esfuerzo coordinado entre ambas instituciones, caracterizando los treinta años de la misión como un ejemplo de cooperación internacional en ciencia y tecnología espacial.

Tal como consignó la ESA, SOHO no solo ha resistido las adversidades técnicas, sino que también ha marcado un precedente en la observación astronómica y la meteorología espacial. Daniel Müller, científico de proyecto de la ESA responsable tanto de SOHO como de la futura misión Solar Orbiter, afirmó que el observatorio abrió caminos novedosos en el análisis del Sol. Müller sostuvo que SOHO "fue pionero en nuevos campos de la ciencia solar. Es un punto de inflexión en el estudio de la meteorología espacial, ya que proporciona monitorización del Sol en tiempo real para pronosticar tormentas solares potencialmente peligrosas que se dirigen hacia la Tierra, y su legado sigue guiando futuras misiones".

Desde la perspectiva de los especialistas mencionados por la ESA, la monitorización constante del Sol habilitó el diseño de sistemas predictivos de tormentas solares, una herramienta clave para reducir riesgos sobre infraestructuras tecnológicas y sistemas eléctricos en la Tierra. SOHO ha acumulado registros de eventos solares destacados, contribuyendo de forma significativa al conocimiento de la dinámica que rige el clima espacial y a la protección de satélites y redes globales.

La productividad científica de SOHO se mantiene a un nivel elevado después de casi tres décadas. De acuerdo con la ESA, la misión sigue generando datos de alta calidad todos los días, apoyando la elaboración de cientos de publicaciones científicas anualmente. Esta continuidad ha permitido la consolidación de una base de datos invaluable para la comunidad internacional dedicada a la investigación solar y la meteorología espacial.

Los equipos de operación y rescate de la nave han desempeñado un papel central en la perdurabilidad del observatorio. Según detalló la ESA, la capacidad para superar los fallos iniciales y adaptar sistemas mediante software demostró la flexibilidad y el ingenio de los equipos técnicos, que consiguieron mantener en activo una misión que se había concebido solo para el corto plazo.

La trayectoria del SOHO se caracteriza por avances en tecnología de observación, trabajo coordinado entre agencias y la formación de nuevo conocimiento ligado al comportamiento solar y sus impactos en la Tierra. La ESA subraya que la información y los sistemas desarrollados para la misión han sentado las bases para proyectos futuros, tanto en observación solar como en la protección de infraestructuras críticas ante fenómenos meteorológicos espaciales.

El medio también destaca que el observatorio solar SOHO ha superado durante tres décadas las expectativas y los límites previstos por sus creadores, gracias a la cooperación internacional y la capacidad de innovación ante la adversidad. Con miles de días de observación ininterrumpida y la obtención de datos que han transformado la comprensión de los procesos solares, la misión se perfila como una de las iniciativas más relevantes en la historia de la astronomía aplicada y la tecnología aeroespacial, según lo consignan los responsables de la ESA y la NASA.