'La chica zurda', el frenético y conmovedor relato de Shih-Ching Tsou sobre la resiliencia y la familia

Shih-Ching Tsou debuta en solitario con un filme que explora el regreso de una madre y sus hijas a Taipéi, mostrando la lucha, los vínculos generacionales y la vida cotidiana a través de los ojos de una niña en un entorno urbano vibrante

Guardar

Durante la elaboración de “La chica zurda”, la directora Shih-Ching Tsou optó por una producción de bajo presupuesto con un equipo limitado a solo veinte integrantes y empleó un iPhone como herramienta principal de rodaje. Esta decisión permitió capturar la dinámica del mercado nocturno de Taipéi con una inmediatez particular y reflejar la mirada infantil sobre la ciudad, una perspectiva central para la narrativa de la película. Según informó el medio que cubrió el estreno en la 70 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), esta ópera prima de Tsou tiene como protagonista a Shu-Fen, una madre que regresa a la capital taiwanesa junto a sus dos hijas tras su separación.

De acuerdo con la cobertura del medio, la historia sigue a Shu-Fen, interpretada por Janet Tsai, quien decide comenzar una nueva etapa montando un puesto de fideos y volviendo al núcleo familiar, donde convive con sus padres y sus hijas, I-Ann, ya adolescente, y la pequeña I-Jing, de cinco años. La visión de la directora se apoya en el punto de vista de la niña menor para revelar las complejidades de la convivencia multigeneracional y los desafíos económicos del grupo familiar dentro del bullicioso contexto urbano. El filme, según destacó la nota, recurre a un ritmo acelerado que, en palabras de Tsou durante su visita a Valladolid, busca evocar el modo en que los niños retienen y procesan las vivencias cotidianas.

El medio consignó que “La chica zurda” explora temas referentes tanto a los vínculos generacionales como a las tensiones derivadas de las tradiciones familiares. En la trama, la figura del abuelo aparece marcada por la superstición, considerando la zurdera de su nieta I-Jing como una “mano del diablo”. Esta frase, relató la directora, surge de sus propias experiencias familiares y refleja el choque entre una visión tradicional y la vida moderna en el Taipéi actual. El personaje de la abuela, por su parte, introduce un matiz cómico a través de sus actividades ilegales en el mercado.

Tal como detalló el medio, la génesis del proyecto se remonta a principios de la década de 2000, período en el que Shih-Ching Tsou y Sean Baker —coproductor, coguionista y montador del filme— planificaron rodar historias surgidas de sus visitas a mercados taiwaneses. En 2001 realizaron grabaciones preliminares y desarrollaron el esqueleto temático que terminaría cristalizando en la película. Sin embargo, el alto coste de producción y la envergadura del relato retrasaron el avance del proyecto hasta su culminación en el año 2025.

“La chica zurda” ha conseguido ser elegida para participar en la Sección Oficial de la Seminci tras su presentación en la Semana de la Crítica en Cannes, donde fue recibida con aplausos, según publicó la fuente. Además, ha sido seleccionada como candidata oficial por Taiwán para los Premios Oscar 2026, incrementando la visibilidad internacional de esta producción. En cuanto al apartado técnico, la fotografía recae sobre Ko-Chin Chen y Tzu-Hao Kao, responsables de capturar visualmente el bullicio, las luces y los colores del entorno urbano.

Durante su estancia en Valladolid, Tsou explicó que la elección de una estética más sencilla, apoyada en dispositivos móviles, facilitó la proximidad con las escenas cotidianas y permitió trabajar de manera ágil con el pequeño grupo de trabajo. Esta atmósfera es complementada por la sensación de movimiento constante de Taipéi, ciudad que en la narrativa funciona casi como un personaje adicional debido a su presencia escénica y a la influencia que ejerce sobre las protagonistas.

El medio puntualizó que el filme ahonda en la representación de mujeres en distintas etapas de la vida, mostrando su capacidad de adaptación a situaciones adversas y la importancia de los lazos familiares para afrontar los desafíos sociales y personales. Dentro del guion, se hace alusión a las dificultades económicas que enfrenta la madre al intentar abrir su negocio y a los efectos que esto tiene sobre sus hijas y sus propios padres, resaltando tanto las diferencias como los puntos de encuentro entre generaciones.

Este debut en solitario de Tsou como directora marca un nuevo capítulo en su carrera tras codirigir con Sean Baker “Take out” en 2004 y una larga trayectoria como productora en el cine independiente estadounidense. Como resumió el medio, su primera obra como directora única combina drama y matices de comedia en una crónica de resiliencia que se inserta tanto en el entorno familiar como en la vibrante ciudad de Taipéi.