Cinco frases que definen el juicio de Depardieu

El proceso judicial de Gérard Depardieu revela acusaciones de agresión sexual, defensas contundentes del actor y testimonios contradictorios que cuestionan su comportamiento y la percepción del cambio social en la industria cinematográfica

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París, 13 may (EFE).- Gérard Depardieu, condenado este martes a 18 meses de cárcel exentos de cumplimiento por agresión sexual, protagonizó un mediático proceso en Francia en el que defendió su inocencia ante las acusaciones de las dos denunciantes pero acabó por reconocer comportamientos "groseros" de "otra época".

El juicio, muy mediático, comenzó el 24 de marzo y puede resumirse en cinco frases pronunciadas durante por el acusado y varios de los testigos:

Provocador, el actor aseguró durante el proceso que nunca haría nada contra las mujeres: "Adoro a las mujeres. Yo mismo me siento muy femenino".

A lo largo del juicio, Depardieu reiteró una y otra vez este argumento, que también fue la base de su carta abierta publicada en octubre de 2023, en medio de una tormenta de acusaciones de mujeres contra él: "Nunca, nunca he abusado de una mujer".

"Me sobó el trasero y los senos mientras profería palabras obscenas", aseguró Amélie, el nombre ficticio tras el que protegía su identidad una de las dos denunciantes que llevaron a Depardieu al banquillo de los acusados.

Según esta decoradora, los hechos tuvieron lugar en un palacete donde se rodaba 'Les volets verts' y donde el actor le dijo: "Ven a tocar mi gordo parasol, te lo voy a poner en la vagina".

Sarah, la otra denunciante, era asistenta de dirección en la película y señaló que los tocamientos fueron repetidos y que cuando lo denunció a los responsables del rodaje solo provocó que el actor consiguiera apartarla de sus funciones.

"Yo no he cometido ninguna agresión sexual, una agresión es más grave, creo yo. Una agresión sexual es más que tocarle el culo a una mujer", se defendió el actor, que fue negando los diferentes testimonios en su contra esgrimidos por varias mujeres citadas como testigos de la defensa.

Las víctimas describieron su carácter descarado y su comportamiento sin escrúpulos: "Me dijo: '¿sabes quién soy? Déjate hacer, soy actor, tengo derecho. Las demás se dejan y tu acabarás por dejarte".

A otra testigo, que le apartó la mano de su culo le espetó: "Vaya, pensaba que querías triunfar en el cine", lo que provocó una carcajada del resto de los asistentes.

Fanny Ardant, otro monstruo sagrado del cine francés, aportó uno de los pocos testimonios en favor de Depardieu.

Aunque aseguró que no presenció los hechos que se le reprochan a su "amigo", justificó su carácter "excesivo, grosero, bocazas, extravagante" por su condición de estrella del cine.

"Siempre lo da todo, es como un volcán. El oficio de actor solo puede ejercerse poniendo en peligro tu propia vida. Sin ese riesgo no eres un artista, solo un sirviente", señaló la cineasta.

"Sé que la sociedad ha cambiado, que hay cosas que antes tolerábamos y que ya no son tolerables", agregó Ardant, que confesó que también tuvo que parar los pies a algún hombre en algún rodaje, pero que insistió: "A Gérard se le puede decir no".

Tras dos meses de proceso, Depardieu afirmó sentirse víctima de una persecución como cabeza de turco de un mundo superado del que dijo sentirse ajeno.

"Hace tres años que se me arrastra por el barro con mentiras, con calumnias", dijo en su última declaración.

"Creo que el nuevo mundo no me interesa. Estoy cada día menos cómodo en esta nueva sociedad. Creo que mi tiempo ha terminado", asumió. EFE