
Tras meses de estancamiento, Israel y Hamas reanudaron en Egipto negociaciones de alto nivel, después de que la semana pasada Hamas anunciara que aceptaría de manera condicional una propuesta respaldada por Estados Unidos para poner fin a la guerra en Gaza. Sin embargo, el plan, impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, carece de detalles y aún persisten diferencias no solo entre Israel y Hamas, sino también entre Israel y varios países árabes que tendrían que colaborar en la implementación del acuerdo.
La propuesta, de 20 puntos, contempla una retirada gradual de las fuerzas israelíes de Gaza, la devolución de todos los rehenes a Israel, el desarme de Hamas y la eventual creación de un gobierno de tecnócratas palestinos encargado de la administración diaria del enclave bajo la supervisión de un nuevo organismo internacional. El plan señala que nadie sería forzado a abandonar Gaza y que “se alentará a la población a permanecer”. También incluye un apartado sobre un “plan económico de desarrollo impulsado por Trump, destinado a reconstruir y revitalizar Gaza”.
Con ello, se descartaría uno de los puntos más controvertidos de una propuesta anterior de Trump y del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu: la expulsión forzada de palestinos de Gaza.
Mientras las negociaciones indirectas cobran impulso —con la participación de altos funcionarios de Qatar, Turquía y otros países—, aún persisten cuestiones clave que podrían obstaculizar un acuerdo, entre ellos, el desarme de Hamas, el alcance y la velocidad de la retirada israelí, la eventual presencia de fuerzas extranjeras, la conformación de un gobierno provisional, el papel de la Autoridad Palestina en el futuro de Gaza y la redacción en torno al objetivo de crear un Estado palestino.
Estos son los principales puntos de la propuesta de acuerdo de paz:
Devolución de rehenes
El plan estipula que “todos los rehenes, vivos y fallecidos, serán devueltos” a Israel en un plazo de 48 horas tras una aceptación pública del acuerdo por parte del gobierno israelí.
Hamas aún retiene a unas 20 personas con vida y a los cuerpos de más de dos docenas. Durante el ataque del 7 de octubre de 2023, el grupo capturó a 251 personas en Israel y las llevó a Gaza. De ellas, 146 fueron liberadas o rescatadas, y 83 confirmadas muertas. En la primera fase del alto el fuego de febrero, Hamas liberó a 25 más con vida, junto con los cuerpos de ocho más.
Según la propuesta, una vez liberados los rehenes, Israel excarcelaría a 250 presos condenados a cadena perpetua y a 1.700 gazatíes detenidos desde el inicio de la guerra, incluidas todas las mujeres y menores arrestados en los últimos dos años. También devolvería los restos de 15 palestinos fallecidos por cada rehén israelí cuya devolución corresponda.
Hamas advirtió, no obstante, que recuperar los cuerpos podría tomar más de 72 horas y que necesitaría libertad de movimiento en Gaza para poder trasladarlos.
Desarme de Hamas
El desarme de Hamas es una de las exigencias centrales de Israel. Netanyahu lo ha vinculado a su objetivo declarado de aniquilar al grupo. “Hamas será desarmado y Gaza será desmilitarizada, por las buenas o por las malas”, declaró el sábado.
Aunque Hamas no rechazó directamente el desarme en el plan de Trump, tampoco lo aceptó de manera explícita. Según un funcionario europeo informado de las conversaciones, el grupo habría aceptado entregar las armas, pero solo a la Autoridad Palestina, que gobierna en partes de Cisjordania. Israel previsiblemente rechazará esta condición, ya que Netanyahu se opone a que la Autoridad Palestina retome funciones en Gaza.
El plan establece que los miembros de Hamas “comprometidos con la convivencia pacífica” recibirán amnistía, y quienes deseen salir de Gaza contarán con “paso seguro hacia países receptores”. No se ofrecen más detalles sobre las condiciones de esa amnistía ni sobre qué países aceptarían recibirlos.
Retirada de tropas israelíes
La propuesta prevé una retirada escalonada de las tropas israelíes de Gaza, pero no fija un calendario, una de las demandas clave de Hamas.
El documento establece que los soldados israelíes retrocederían inicialmente a una primera línea, que las operaciones militares quedarían suspendidas y que los frentes “permanecerían congelados” hasta que se “cumplan ciertas condiciones para una retirada progresiva”.
Un mapa entregado a Hamas la semana pasada muestra las líneas de repliegue, pero sin plazos ni condiciones claras, y contempla la permanencia de una fuerza de “perímetro” israelí dentro de la frontera de Gaza. T
El sábado, Trump publicó además un mapa en redes sociales con una línea de “retirada inicial” dentro de la Franja para facilitar la liberación de rehenes, con un perímetro de entre 1.500 y 6.500 metros desde la frontera exterior.

Gobierno de Gaza
La cuestión de quién gobernará Gaza ha sido central desde el inicio de las conversaciones de alto el fuego.
Hamas rechaza entregar el control a fuerzas externas y sostiene que solo un grupo palestino puede gobernar el enclave. Israel, por su parte, se opone con firmeza a que la Autoridad Palestina regrese, después de que Hamas le arrebatara el poder en 2007 tras su victoria electoral en 2006.
El plan de Trump propone que Gaza sea administrada por “tecnócratas” palestinos bajo la supervisión de un “Consejo de Paz”, presidido por el propio Trump e integrado, entre otros, por el ex primer ministro británico Tony Blair. Este organismo tomaría decisiones estratégicas y diplomáticas, supervisaría la seguridad, trabajaría con Israel y coordinaría con los aliados del Golfo, que aportarían gran parte de la financiación para la reconstrucción.
El gobierno tecnócrata entregaría eventualmente el poder a la Autoridad Palestina, pero solo después de una “reforma profunda” de esta. Netanyahu exige una “transformación duradera” de la Autoridad, incluyendo cambios en los libros de texto escolares y el fin de políticas que apoyan a las familias de palestinos muertos en enfrentamientos con Israel.
Netanyahu reafirmó la semana pasada, desde la Casa Blanca, su rechazo a que la Autoridad Palestina desempeñe un papel en Gaza. “En cuanto a la Autoridad Palestina, valoro su firme postura de que no puede tener ningún papel en Gaza sin antes someterse a una transformación radical y genuina”, declaró Netanyahu.
Una vez aceptado el acuerdo, comenzaría la entrada de “ayuda plena” a la Franja de Gaza, destinada a rehabilitar infraestructuras y hospitales, abrir carreteras y retirar escombros.
© 2025, The Washington Post.
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