La dictadura de Maduro celebra una nueva farsa electoral en Venezuela con opositores cómplices, secuestros y tensiones con Guyana

El chavismo busca renovar 24 gobernaciones, 285 diputados a la Asamblea Nacional, y 520 legisladores regionales en unos comicios que estarán marcados por una alta abstención. María Corina Machado y Julio Borges pronosticaron que la jornada será “un fracaso” para el régimen

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El dictador Maduro celebra una
El dictador Maduro celebra una nueva farsa electoral en Venezuela (AFP)

A menos de un año del fraude electoral del 28 de julio del año pasado, los venezolanos vuelven a estar llamados a las urnas para participar de elecciones regionales y parlamentarias. Unas elecciones hechas, una vez más, a la medida de la dictadura de Nicolás Maduro, con un sistema viciado de trampas, falta de garantías democráticas, amenazas, y denuncias de supuestos complots.

Con llamados al boicot desde los principales sectores de la oposición, y con una población apática y con poco respaldo al proceso electoral, el chavismo busca renovar 24 gobernaciones, 285 diputados a la Asamblea Nacional, y 520 legisladores regionales.

“El intento de Nicolás Maduro es tratar de diluir o de sepultar el 28 de julio, que fue un triunfo milagroso en el sentido que se superaron todos los obstáculos y se logró duplicar el voto por encima de la dictadura”, comentó a Infobae Julio Borges, uno de los principales líderes de la oposición venezolana.

La abstención, más que una expresión de apatía, se ha convertido para amplios sectores de la sociedad venezolana en una estrategia de resistencia. Los principales líderes de la oposición -María Corina Machado y Edmundo González Urrutia- hicieron un llamado claro a no participar, argumentando que el régimen busca montar “una gran farsa para enterrar su derrota del 28 de julio”.

Esta posición fue respaldada por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), coalición que agrupa a los principales partidos de oposición. Sin embargo, esta estrategia de resistencia no fue compartida por todos. Figuras como los ex candidatos presidenciales Manuel Rosales y Henrique Capriles, entre otros, han optado por participar en los comicios de este domingo, provocando fuertes críticas tanto en sus pares de oposición como en la ciudadanía.

Por su parte, el régimen mantuvo el mismo libreto que en elecciones anteriores. En las últimas horas, el chavismo informó la detención de casi 50 personas -varias de ellas extranjeras- por participar de un presunto plan conspirativo. Asimismo, las fuerzas de seguridad del régimen secuestraron el viernes a Juan Pablo Guanipa y decenas de colaboradores de Machado. “Son castigados porque defienden el derecho de los venezolanos a ser libres y el mandato del 28 de julio”, afirmó la líder de la oposición venezolana durante una entrevista con Infobae.

Por su parte, en su afán de apelar al nacionalismo venezolano de cara a la farsa electoral de este domingo, la dictadura de Maduro también aprovechó la cita electoral para aumentar las tensiones con Guyana al advertir que en el disputado territorio del Esequibo también se elegirán autoridades.

María Corina Machado habló de la farsa electoral de este domingo en Venezuela

Fraude, aumento del descontento social y abstención

El monumental fraude perpetrado por el chavismo en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 marcó un punto de inflexión. Ese día, de acuerdo a las actas oficiales presentadas por la oposición, Edmundo González se impuso con el 67% de los votos frente al 30% de Maduro. Pero el resultado estaba puesto de antemano. Esa noche el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó vencedor a Maduro, sin divulgar datos ni pruebas que sustentaran su triunfo.

El fraude de aquella jornada -uno más entre tantos del chavismo- se volvió cada vez más evidente a medida que no aparecían las supuestas actas que reflejaban la victoria del oficialismo. Hasta mandatarios que históricamente han sido cercanos al dictador, como Lula da Silva y Gustavo Petro, evitaron reconocer a Maduro como ganador de los comicios. “No hay una democracia en el mundo, ni de izquierda ni de derecha, que haya reconocido a Maduro y la farsa que montó“, recordó María Corina.

Lo que vino después de aquel 28 de julio responde al mismo modus operandi de siempre del régimen: represión, detenciones arbitrarias, amenazas, y violencia: “Es un guion muy articulado que ha seguido de alguna manera el ejemplo cubano a la perfección. Radicalizar, usar la prisión de personas como fichas de cambio, tratar de resetear el juego para volver a abrir ‘espacio de negociación’, y con eso de alguna manera seguir corriendo la arruga para sobrevivir esperando que los contextos internacionales cambien y ellos puedan de nuevo comenzar su juego de cero”, agregó Borges.

En esa histórica jornada se vio, después de mucho tiempo, una alta participación electoral. Los venezolanos salieron masivamente para expresar con su voto su profundo deseo de cambio. Pero la respuesta del dictador fue la misma: desoyó el mandato popular y, una vez más, utilizó todos los resortes del Estado para, mediante la violencia, perpetuarse en el poder.

Para evitar que vuelva a ocurrir lo mismo de ese 28 de julio, la dictadura decidió eliminar el código QR en las actas electorales, recurso clave para verificar su autenticidad. Los expertos advirtieron de esa irregularidad la semana pasada en medio de un simulacro electoral organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), afín al chavismo. Además, como ya viene ocurriendo en los últimos procesos electorales, este domingo tampoco habrá observación internacional independiente.

Más del 85% de los
Más del 85% de los venezolanos encuestados dijo que no participará en la farsa electoral de este domingo (AFP)

Ante este escenario, el llamado a la abstención no se interpreta como una forma de desmovilización, sino como una expresión activa de rechazo al régimen. La reciente encuesta de la firma Meganálisis, realizada entre el 12 y el 16 de mayo, respalda esta visión. El 84,9% de los consultados afirmó que no votará en las elecciones. De ellos, el 83,9 % indicó que los comicios “no van a cambiar nada”, y el 82,5% consideró que “el voto no sirve en Venezuela”.

Además, un 81,3% señaló que se niega a votar “mientras el chavismo esté en el poder”, lo que refleja una oposición no solo a los procesos electorales manipulados, sino al sistema político en su conjunto. La desconfianza es amplia: el 76,1% cree que la elección “está arreglada” y el 72,8% la califica de “show”. Según Borges, “el país sigue compacto y militante en defender el 28 de julio, y la consigna que ha prevalecido es ‘yo ya voté el 28 de julio’, con lo cual creo que Maduro va a tener un fracaso”.

Los venezolanos encuestados también cuestionaron a los dirigentes de oposición que decidieron participar de los comicios: el 82,9% consideró a esos políticos de “traidores que le sirven conscientemente a Maduro y al chavismo”.

La progresiva clausura del espacio cívico ha reducido considerablemente las posibilidades de la oposición para utilizar las elecciones como plataforma de visibilidad o de denuncia. La censura informativa, la criminalización del disenso y las detenciones arbitrarias dificultan la movilización. Organizaciones como el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han denunciado un aumento sostenido de estas prácticas en los últimos meses.

En cuanto a los cargos regionales y legislativos, el chavismo ha demostrado su capacidad para vaciarlos de contenido. Gobernaciones y alcaldías opositoras han sido intervenidas, despojadas de competencias o paralizadas presupuestariamente. Los escaños en la Asamblea Nacional, por su parte, carecen de poder efectivo frente al control institucional absoluto del régimen.

Participar, por tanto, implica aceptar las reglas de un juego donde el desenlace ya está decidido, y donde cualquier victoria es simbólica y reversible a discreción del poder central. La utilidad política de estos espacios, antaño vistos como trincheras institucionales, se ha desvanecido.

“Hoy solamente participan los partidos que a ellos les dio la gana, se los quitaron a sus fundadores y directivos, y se lo entregaron a quienes a ellos les convenía que representaran esos partidos. Hoy ellos deciden quiénes pueden ser candidatos y quiénes no. Hay presos políticos a los cuales los han chantajeado, al decirles que si se inscriben como candidatos los liberan. Ellos deciden quién vota y quién no vota. Y por supuesto ellos van a decidir quién queda con el cargo, a quién se lo asignan, y a quién no”, comentó Machado.

El opositor venezolano Julio Borges
El opositor venezolano Julio Borges dijo que el dictador Nicolás Maduro sufrirá un fracaso este domingo (EFE/Leonardo Muñoz)

Los opositores que participan de la farsa electoral

La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) llamó a la abstención, recordando el fraude del 28 de julio. A pesar de esto, figuras destacadas de la oposición, como Henrique Capriles, han decidido participar en los comicios, desafiando las directrices de la PUD.

Edmundo González Urrutia, junto con María Corina Machado, ha insistido en que no se debe participar en los comicios hasta que se reconozca su victoria. Sin embargo, Capriles, quien fue expulsado de su partido Primero Justicia (PJ) por su postura a favor de la participación, se postula como candidato a diputado de la Asamblea Nacional. El ex candidato presidencial ha negado cualquier negociación con el régimen de Maduro y defiende su decisión como una forma de continuar la lucha contra el chavismo.

Otros opositores también han decidido presentarse como candidatos. Entre ellos se encuentran el ex diputado Stalin González, el ex candidato presidencial Henri Falcón, y el ex gobernador del estado Zulia, Pablo Pérez, así como los ex diputados Tomás Guanipa -hermano del secuestrado Juan Pablo Guanipa-, Luis Florido y Nora Bracho. Estos dirigentes argumentan que la participación es una forma de mantener viva la protesta contra el régimen y de no olvidar el fraude del año pasado.

Henrique Capriles, Manuel Rosales y
Henrique Capriles, Manuel Rosales y Juan Requesens participan de la farsa electoral de este domingo en Venezuela

Juan Requesens, ex diputado y ex dirigente estudiantil, busca ahora la gobernación del estado de Miranda. Requesens, quien estuvo preso durante cinco años tras ser acusado de haber participado en un atentado fallido contra Maduro, también cambió su postura sobre la abstención y ahora promueve la participación electoral como un medio para “resignificar” el voto. En el estado Zulia, el actual gobernador Manuel Rosales busca la reelección.

En el estado Barinas, cuna del fallecido presidente Hugo Chávez, el gobernador opositor Sergio Garrido también busca la reelección. Garrido llegó al poder en enero de 2022, después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anulara las elecciones de noviembre de 2021, en las que el opositor Freddy Superlano había vencido al candidato oficialista Argenis Chávez, hermano del ex jefe de Estado.

Consultados por Infobae, tanto Borges como Machado se pronunciaron sobre la participación de estos dirigentes de oposición.

“Es muy doloroso. Honestamente, no se entiende. El país entero está perplejo frente a lo que ha sido la decisión de Rosales, de Capriles, de Tomás Guanipa, de entrar en esta dinámica que a todas luces es absolutamente tramposa. Se trata de personas que tomaron una decisión y que es cruzar la línea y entrar en el juego abiertamente sometido de la dictadura porque, en pocas palabras, se pasaron de equipo. Es una operación muy evidente de lo que en Venezuela se ha bautizado como convertirlos en alacranes”, comentó el dirigente de Primero Justicia y ex presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

“Obviamente duele cuando tú ves personas en las que alguna vez confiaste, que sucumben por la razón que sea, yo no voy a especular ni voy a juzgar. Siento que ya el pueblo de Venezuela ha hecho su juicio y la historia será implacable con quien hace lo correcto, con quien hace lo incorrecto y con el que no hace nada”, añadió Machado.

El chavista aseguró que estaban detrás de una trama terrorista

Denuncias de complot, detenciones arbitrarias y secuestros

La dictadura chavista llevó a cabo una ola de detenciones bajo la acusación de conspiración contra las elecciones regionales y parlamentarias de este domingo. Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo, confirmó el viernes que las fuerzas de seguridad chavistas habían detenido a más de 70 opositores, activistas, periodistas, dirigentes políticos y defensores de derechos humanos de diversas nacionalidades, incluidos colaboradores cercanos a María Corina Machado, como Juan Pablo Guanipa.

En una conferencia de prensa, el ministro de Interior y Justicia del régimen informó que los arrestos se produjeron en el marco de la “Operación Tun Tun”, que el régimen inició durante las protestas de 2017 y activó en reiteradas oportunidades en el pasado, con la que asegura que persigue a disidentes que planean actos desestabilizadores contra el país y funcionarios del Palacio de Miraflores.

Cabello no dudó en responsabilizar a la líder opositora María Corina Machado por este supuesto complot, aunque no presentó pruebas concretas que respaldaran sus acusaciones. En su intervención, insistió en que las elecciones del domingo serían un “éxito” y aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) desplegó más de 412.000 efectivos militares para resguardar las instalaciones y el material electoral.

El lunes pasado, el ministro chavista ya había denunciado que el supuesto plan antielectoral incluía ataques contra embajadas, comandos policiales, hospitales, estaciones de servicio e instalaciones del sistema eléctrico nacional, así como atentados contra figuras de la oposición, especialmente contra candidatos contrarios al régimen. Además, Cabello anunció la suspensión de todos los vuelos desde Colombia, acusando a ese país de permitir la llegada de presuntos mercenarios, entre ellos ciudadanos con nacionalidad colombiana, mexicana y ucraniana.

El dictador Maduro elevó la
El dictador Maduro elevó la tensión con Guyana por el Esequibo

Crece la tensión con Guyana por el Esequibo

En los últimos meses el régimen chavista aumentó la tensión con Guyana por el Esequibo, territorio que reclama como parte de su país, pese a los fallos internacionales que dan la soberanía a Georgetown.

Días atrás, el dictador Maduro elevó aún más la tensión al manifestar su “inquebrantable” voluntad de “recuperar completamente” ese territorio en disputa.

En este contexto, este domingo habrá por primera vez elección de 16 cargos para el Esequibo, pese a la orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ordenó a la dictadura venezolana abstenerse a celebrar comicios en esa región.

Ante las reiteradas amenazas del régimen venezolano, Guyana advirtió que cualquier residente que participe en las elecciones será acusado de traición y otros delitos graves. “Para nosotros, esto es una amenaza, y así es como la estamos abordando”, dijo el presidente Irfaan Ali.

En febrero de este año, Georgetown denunció que seis de sus soldados resultaron heridos en una emboscada en la región y la semana pasada informó de tres ataques en 24 horas contra tropas que patrullaban el Esequibo.

Irfaan Ali, presidente de Guyana
Irfaan Ali, presidente de Guyana (BRYAN R. SMITH/Pool via REUTERS)

“En su sala de guerra, por ponerle un nombre, tienen la necesidad de tener muchos frentes abiertos y dentro de esos frentes abiertos desde hace varios años, no es reciente, el tema de Guyana y el Esequibo ha sido un tema que Maduro ha utilizado muchas veces para tratar de cohesionar a la población, para tratar de convocar al país, para tratar de insuflar a la Fuerza Armada un espíritu nacionalista, pero realmente la respuesta de la gente es muy muy baja, muy pobre”, explicó Borges.

Y agregó: “Además, si nos vamos a lo concreto, Maduro ha sido el responsable que el Esequibo, hoy por hoy, en el aspecto del derecho internacional está en riesgo de perderse, porque Maduro nunca quiso participar en serio en esa disputa legal y el tribunal sigue operando (...) Él no es defensor de ese territorio, sino ha sido más bien el que lo entregó legalmente y Chávez en su momento lo entregó de hecho cuando invitó a Guyana a que abrieran todos los proyectos de investigación, a todos los proyectos de exploración con el tema petrolero que es lo que ahora más le duele a la dictadura, de manera que es su responsabilidad exclusivamente".

Un mensaje al país y al mundo

En este contexto, la abstención masiva adquiere un nuevo significado. No representa un vacío democrático, sino una manifestación colectiva de resistencia. Al negarse a convalidar un proceso electoral diseñado para legitimar al régimen, la ciudadanía reafirma el mandato popular expresado en las elecciones del 28 de julio de 2024 y desafía la narrativa oficial de normalidad política.

La abstención, lejos de ser una estrategia pasiva, busca impedir que el régimen recupere una apariencia de pluralismo que no existe. En última instancia, representa un llamado a la comunidad internacional a no ignorar las condiciones bajo las cuales se desarrollan estos comicios, y a reconocer que la crisis institucional en Venezuela no se resolverá mediante elecciones formales sin garantías democráticas.

María Corina Machado aseguró que
María Corina Machado aseguró que hay mucha desconfianza en la cúpula del régimen chavista (REUTERS/Carlos García Rawlins)

Los resultados de la consulta de Meganálisis, en los que el 70,8 % afirma haber “votado ya el 28 de julio”, refuerzan esta idea: para una gran parte del país, la cuestión pendiente no es una nueva elección, sino el reconocimiento del resultado que el régimen se niega a aceptar.

En la Venezuela de 2025, donde la represión se ha convertido en norma y las elecciones en rituales vacíos, la abstención se ha transformado en un gesto político con carga simbólica. Frente a la imposibilidad de ejercer plenamente la ciudadanía mediante el voto, la renuncia a participar en procesos viciados se erige como un acto de afirmación democrática.

“Estos son los últimos coletazos de una era que se cierra, de un sistema que colapsó. No les queda nada, ya ni plata tienen. Les queda el miedo, sí. Ellos intentan sembrar el miedo, pero hoy tienen miedo. Yo duermo tranquila. Te aseguro que ellos no, porque se tienen miedo entre ellos”, concluyó María Corina Machado.

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