Cómo es el árbol de paraíso y qué precauciones tener si hay uno en casa

Apreciado por la frondosidad de su copa y su crecimiento veloz, este ejemplar puede tener sustancias potencialmente peligrosas. El contacto o la ingesta accidental de sus frutos puede provocar problemas de salud, sobre todo en niños y mascotas

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El árbol puede alcanzar los
El árbol puede alcanzar los quince metros, su copa frondosa proporciona sombra, pero sus componentes tóxicos exigen precaución en jardines y parques

El árbol de paraíso, conocido científicamente como Melia azedarach, es el favorito en múltiples regiones del mundo gracias a su fácil cultivo y la sombra que ofrece. Su presencia se extiende por espacios urbanos, parques y jardines, donde destaca por su copa frondosa y su crecimiento rápido. Sin embargo, su uso paisajístico contrasta con las advertencias de toxicidad de sus componentes y la atención que requiere su manejo, sobre todo en ambientes donde conviven niños o animales domésticos.

Llamado también cinnanomo, agriaz o árbol de los rosarios, este árbol caducifolio puede alcanzar los 15 metros de altura. Su expansión acelerada y facilidad para reproducirse contribuyó a que se lo califique como invasor en lugares donde desplaza la vegetación nativa, por lo que exige frecuentes evaluaciones sobre su impacto sanitario y ambiental.

Cómo es el árbol de paraíso

El Sistema de Información de Biodiversidad (SIB) informa que el árbol de paraíso pertenece a la familia de las meliáceas. Proviene de Asia subtropical y actualmente se distribuye de manera ornamental en zonas templadas, por ejemplo en partes de la Patagonia. Es un árbol caducifolio, es decir, pierde sus hojas en alguna estación, y puede alcanzar alturas de hasta 15 metros, con una copa redondeada que genera gran cantidad de sombra.

La proliferación de este árbol,
La proliferación de este árbol, favorecida por su rápida reproducción, puede ocasionar el desplazamiento de especies nativas

El Instituto de Salud Pública de Chile detalla que sus hojas pueden ser muy grandes, llegando hasta un metro de largo en algunos casos. Están divididas en muchas partes más pequeñas, similares a pequeñas hojas unidas a una hoja principal, y toda la estructura se ramifica desde un tallo central. Cada uno de estos segmentos suele ser ovalado, con los bordes irregulares, que pueden parecer dientes pequeños o tener ondulaciones. La corteza del árbol puede tener un color gris o rojizo y se reconoce fácilmente porque tiene ranuras o surcos que van de manera vertical a lo largo del tronco.

Se trata de una especie invasora en numerosas regiones, según la Universidad Estatal de Carolina del Norte, gracias a su capacidad de adaptarse a distintos tipos de suelo y tolerar distintas condiciones ambientales, incluso en ambientes donde otras especies presentan dificultades para desarrollarse.

Cómo cultivar el árbol de paraíso

Las claves del cultivo del árbol de paraíso pueden observarse en un trabajo realizado por el Instituto de Silvicultura y Manejo de Bosques de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Esta investigación, que analizó plantaciones en el Chaco seco argentino, subraya que la especie se elige tanto para uso urbano como en plantaciones comerciales por su madera apreciada en ebanistería y para la producción de leña.

En regiones subtropicales y tropicales, como documenta la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la planta prospera en áreas de suelos bien drenados y se adapta tanto a suelos lodosos como arenosos, lo que incrementa su comportamiento invasor en muchos sistemas naturales.

El fruto ovalado y amarillo
El fruto ovalado y amarillo del paraíso, llamado drupa, madura desde diciembre y puede permanecer meses en el árbol, lo que incrementa el riesgo de consumo accidental (Wikipedia)

Adicionalmente, el SIB menciona que la multiplicación puede producirse por semillas o brotes de raíz, y que las plantaciones comerciales deben considerar la necesidad de raleos periódicos para mejorar el rendimiento y calidad de la madera. El raleo consiste en quitar algunos árboles de la plantación de manera planificada, para que los ejemplares que quedan tengan más espacio, luz y nutrientes, lo que favorece su crecimiento y mejora el rendimiento y calidad de la madera.

Cómo son sus flores y cuándo aparecen

Los informes del SIB y el Instituto de Salud Pública de Chile señalan que las flores del árbol de paraíso aparecen en grupos que nacen junto a las hojas y no superan su largo. Pueden ser blancas o violetas y tienen un perfume intenso que se percibe fácilmente. Cada flor resulta pequeña, de unos 1 o 2 centímetros de ancho, y suele tener 5 o 6 pétalos.

La floración ocurre principalmente entre septiembre y noviembre. Después, el árbol produce frutos pequeños y ovalados de color amarillo, llamados drupas, que maduran entre diciembre y marzo. Cada fruto puede contener entre 3 y 5 semillas negras y lisas. Estos pueden quedarse varios meses en el árbol, lo que hace fácil que los recojan animales o personas por accidente.

La Universidad Autónoma de Barcelona indica que los racimos de flores con tonos violetas o lavanda, junto con la apariencia vistosa del árbol, explican por qué el paraíso suele elegirse para adornar calles y plazas, sobre todo en ciudades mediterráneas o de clima templado.

¿Por qué es tóxico el árbol de paraíso y qué cuidados tener si hay uno en casa?

Ingerir de seis a nueve
Ingerir de seis a nueve frutos del paraíso puede causar náuseas, vómitos, diarrea y alteraciones del sistema nervioso, afectando especialmente a niños (@cesarmassi)

El Instituto de Salud Pública de Chile alerta sobre la toxicidad de estos árboles. El riesgo recae especialmente en los frutos, semillas y corteza. Las drupas contienen meliatoxinas A1, A2, B1 y B2, que son compuestos vegetales identificados como tetranortriterpenos. En concentraciones elevadas pueden inducir intoxicaciones graves tanto en humanos como en animales domésticos.

La ingestión de entre seis y nueve frutos, o de una cantidad equivalente de semillas o corteza, puede causar síntomas digestivos, nerviosos, cardiovasculares y respiratorios en personas, especialmente en la infancia. Las manifestaciones incluyen náuseas, vómitos y diarrea, y pueden sumarse alteraciones del sistema nervioso, con temblores, dolor de cabeza, confusión, convulsiones y somnolencia.

En casos graves, la intoxicación afecta el ritmo cardíaco, la presión arterial y puede dificultar la respiración. Los riesgos para la salud son más altos en niños y animales pequeños, quienes son más propensos a ingerir accidentalmente estos frutos. Ante la sospecha de consumo accidental de sus partes, las fuentes sugieren consultar a un centro toxicológico. Por sus componentes bioactivos, este árbol figura en listados internacionales de especies vegetales cuyo uso tiene restricciones o prohibiciones en algunos países, como Brasil y España.

La Universidad Autónoma de Barcelona concluye que, si se evalúa plantar o mantener un ejemplar de paraíso en viviendas o en espacios públicos frecuentados por niños, el criterio de valor ornamental debe ceder paso al de precaución, dada su toxicidad y la probabilidad de accidentes.